Volver a construir. Retomar el negocio de la promoción de vivienda y situar de nuevo a Realia como el gran promotor inmobiliario que fue. Ésa es la hoja de ruta que el consejero delegado de Realia, Gerardo Kuri, dejó marcada hace ya casi un año y ése es el objetivo de la negociación que la cúpula de la inmobiliaria propiedad de Carlos Slim ha abierto con Caixabank -donde el magnate mexicano posee alrededor del 0,75% del capital- para disponer de un crédito de 120 millones de euros que le permita financiar su despliegue durante los próximos años, según información proporcionada por la compañía a la CNMV.
La negociación busca prorrogar la vigencia del préstamo de 183,6 millones de euros recibido de la entidad en abril de 2016, del que la inmobiliaria ha ejecutado 50 millones de euros y cuyo vencimiento estaba previsto el próximo 30 de junio. Según la compañía, la intención del equipo gestor de Realia es amortizar 13 millones del préstamo con cargo a la Tesorería disponible y renegociar la ampliación de los 120 millones de euros restantes en unas condiciones similares a las obtenidas en su día, con un interés igual al Euríbor a 3 meses más un diferencial del 0,7%.
Realia necesita esa financiación para afrontar la puesta en marcha de las tres nuevas promociones que configuran la primera etapa de su retorno al negocio promotor: Sabadell, Palma de Mallorca y Alcalá de Henares, donde hace apenas seis meses se hizo por 27,5 millones de euros con un suelo propiedad del Ministerio de Defensa con una edificabilidad de casi 45.000 metros cuadrados. En junio del año pasado, la dirección de la compañía avanzó que estaba estudiando hasta una veintena de proyectos para futuras promociones.
Superando el impacto de la crisis
El retorno de Realia se hará desde la cautela. La compañía insiste en que en esta primera fase solo se meterá en el desarrollo de suelos en zonas donde esté creciendo la población, para la edificación de viviendas de primera residencia y en localizaciones donde la demanda sea consistente y la oferta no excesiva. Muchos requisitos para un mercado cada vez más efervescente.
A cierre de 2017, el negocio promotor de Realia generó 23,8 millones de euros, lo que supone menos de una cuarta parte de la facturación global de la compañía, pese a volcar en ese ámbito casi la mitad de su dotación de recursos humanos. Su actividad en los últimos años ha sido tímida. En 2015 entregó 71 viviendas y facturó 13,1 millones en esta línea de actividad; en 2016 ya entregó 96 viviendas y facturó 19 millones; mientras que el año pasado el número de entregar superó el centenar (103) lo que llevó la facturación de esta línea por encima de los 21 millones de euros.
Las cifras de nueva actividad palidecen ante la carga arrastrada de la crisis. Realia mantiene una cartera de 387 viviendas sin entregar, entre viviendas, locales y oficinas, todas terminadas, pero solo 19 vendidas. Hay 368 a la espera de encontrar comprador repartidas entre la Comunidad de Madrid (62), la zona centro, Levante, Andalucía, Cataluña, Portugal y Polonia.
La inmobiliaria no las tiene todas consigo con la parte de su negocio en el mercado catalán y así lo señala en la información proporcionada a la CNMV. Admite que la incertidumbre de la situación política catalana puede afectar tanto a la demanda de espacios en alquiler como a las viviendas.
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