BBVA, el peor valor del Ibex: Erdogan y México meten más presión a su acción

  • La entidad padece, de nuevo, tensiones en los mercados por culpa de los países emergentes dónde tiene una fuerte presencia
Francisco González, presidente BBVA
Francisco González, presidente BBVA
Cordon Press

BBVA es el peor valor del Ibex en lo que va de jornada. La entidad presidida por Francisco González cae por encima del 2% por las dudas que sigue generando Turquía, su tercer mercado, y la ralentización del mercado de crédito en México, su primer mercado.

El primer foco de inestabilidad para el BBVA es Turquía, como lleva ocurriendo a lo largo de todo el 2018. La figura de Recep Tayyip Erdogan no para de generar dudas ante los mercados por su particular visión de la economía, y porque tras el referéndum celebrado el año pasado y las elecciones hace apenas unas semanas se ha convertido en omnipotente. Un ‘hombre-Estado’ que explicaba ‘The Economist’ semanas atrás.

Erdogan, gracias a dicho poder puede elegir sus ministros sin aprobación parlamentaria, ha podido formar ya su propio gobierno y este ha generado muchas dudas en el mercado. La principal preocupación es que ha nombrado a su yerno, Berat Albayrak, como ministro de Hacienda. Además, para sustituir al reputado exbanquero de Merrill Lynch, Mehmet Simsek. La decisión de Erdogan vuelve a poner en dudas que esté dispuesto, él y su nuevo gobierno, que el país aplique las medidas necesarias para detener la inflación desbocada turca y con ello la fuerte depreciación de la lira. El resultado al anuncio del nuevo gobierno turco fue una caída de la lira del 3,4%.

Turquía sufre una crisis cambiaría de manual, según la más precisa definición de la misma que se tiene (dada por J. Frankel y A. Rose): “habrá crisis cambiaría cuando haya una depreciación del tipo de cambio nominal de al menos el 25% cuando se mide la variación porcentual interanual del logaritmo natural del tipo de cambio nominal”. En el caso de Turquía, dicha variación ya ha superado el 30%.

Para combatir una situación de este calibre se necesita que el Banco Central suba tipos de interés, para volver a atraer inversión y exista demanda de la lira. El principal problema para BBVA, y Turquía, radica en este mismo punto, puesto que el mercado considera que Erdogan no solo no quiere subidas de tipos que enfríen la economía, a más intereses menos crédito, sino que además tiene cada vez más poder para conseguirlo. Por lo que el final puede ser abrupto.

Desde México, tampoco hay buenas noticias para BBVA

El principal mercado de la entidad vasca, México, está empezando a dar señales serias de ralentización, al menos desde el plano del crédito. El principal indicador señala que el crédito privado en el mes de mayo ha caído casi un 12% respecto del mismo mes de 2017. Pese a la fuerte caída, la evolución mes a mes sí ha sido positiva, aunque muy condicionada por el efecto del crédito a empresas, mientras que el destinado a consumo e hipotecas sufre una cierta ralentización ya manifiesta.

El principal motor del crédito en mayo fue el de empresas, según explica BBVA el efecto se debe a que las empresas están optando por financiación bancaria para suplir a la exterior. Lo que en principio es una buena noticia para la banca, no termina de convencer al mercado porque también en una forma de concentrar el riesgo en un punto. La realidad es que las empresas mexicanas, como las de otros muchos países emergentes, cada vez tiene menos capacidad de financiarse en el exterior debido a que los flujos de efectivo en dirección a estos países se están secando.

Por su parte, el crédito al consumo si ha empezado a mostrar signos de ralentización. En mayo de 2018, el crecimiento anual nominal del saldo de la cartera de crédito vigente al consumo fue del 7,7% (3,1% real), la tasa es ligeramente inferior al mes anterior y hasta un 26% inferior al que se registro en mayo de 2017. Además, las partidas que más cayeron, dentro de este campo, fueron las más relacionadas con la economía doméstica: los préstamos para hipotecas cayeron del 11,6% al 9,4% y los créditos financiados a través de tarjeta de crédito.

El problema real de lo anterior es que la ralentización de la evolución del crédito puede deberse “a causas como la pérdida de poder adquisitivo que tuvo el salario real a lo largo de 2017” y que apenas a comenzado a recuperarse. Además, el índice de confianza del consumir en el país azteca no termina de recuperarse, lo cual también es un problema porque provoca más cautela a la hora de pedir préstamos.

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