Ni Facebook ni Apple... las inversiones más rentables son el litio y el cobalto

  • Ambas materias primas están disparadas por su creciente uso en los coches eléctricos y porque la oferta en el mercado todavía es pequeña.
Hochtief (ACS) logra obras en minas de Australia por 333 millones de euros
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En los últimos dos años, las materias primas han renacido como uno de los activos más de moda en los mercados. El petróleo es uno de los que más titulares ha ocupado, en detrimento del oro que está en mínimos, aunque son otras materias las que más se han disparado, en concreto el litio y el cobalto. El primero, se ha revalorizado un 120%, mientras que el segundo se ha quedado muy cerca de un increíble 300%. Ambas inversiones han estado por encima de otros valores como Facebbok o Apple, y muy cerca de los dos cohetes del Nasdaq: Amazon y Netflix.

El ineroxable avance del coche eléctrico está detrás de la fuerte revalorización de ambas materias primas, puesto que son componentes básicos de la nueva tecnología. El litio y el cobalto forman parte imprescindible de las baterías de iones de litio que funcionan en los coches eléctricos. Además, de estar muy presentes en otro tipo de aparatos eléctricos de última tecnología cuya demanda ha crecido con fuerza como los ordenadores, los móviles o las tablets.

Pese al fuerte efecto que tiene en el precio el crecimiento de la demanda de dichos materiales, han sido otros dos factores, relacionados, los que más han empujado el precio al alza. El primero, es que no solo se ha disparado el uso de ambos, por la mayor generación de vehículos, sino que va a crecer con fuerza. Las estimaciones que ofrece el centro de estudios del BBVA señalan que el uso del litio va a pasar de un 20% a un 49%, en unos años y que se multiplicara en 2030. En el caso del cobalto, pese a que algunos fabricantes están reduciendo su uso, se espera que se multiplique por 8 su demanda hasta 2030.

El segundo elemento, que ha afectado en especial al cobalto, es que el dinero que se invertía, el denominado capex, años atrás en su búsqueda, recolección y tratamiento era pequeño. La razón es obvia, puesto que no se necesitaban grandes cantidades, no era necesario tampoco grandes inversiones. Años después, la demanda se ha elevado con fuerza, mientras que la oferta tarda en reaccionar, lo que lleva a una subida de precios cómo la que presentan ambas materias.

Además, cada materia prima presenta una características especiales que dificultan su extracción, por lo que eleva el precio. En el caso del cobalto, pese a que las reservas son muy abundantes, la gran mayoría de ellas están en la República del Congo, por lo que existe un factor político de inestabilidad muy grande. Además, su extracción suele realizarse con trabajo infantil lo que da un problema ético a su explotación.

Por el otro lado, el litio, del que también hay reservas muy elevadas, tiene un problemas más técnico que exógeno. En su caso, tras su extracción a partir de salmueras gran parte de la materia prima se convierte en carbonato de litio, cuyo uso no está relacionado con sus propios fines. Lo que realmente se busca es el hidróxido de litio que suele requerir de inversiones adicionales. Esas dificultades, unidas a la poca inversión en los últimos años, ha generado rigideces en la cadena de valor que han tensionado el precio.

Abaratar la batería es el gran reto de la industria

El sector del vehículo eléctrico prosigue en la buena dirección, aunque obviamente todavía le quedan muchos retos. El más problemático es el que ocupa a las baterías, por dos razones: la primera, por la poca potencia que todavía ofrecen para realizar grandes viajes, por no hablar de poder llevar su explotación hacía vehículos más grandes destinados al transporte. El segundo, es el elevado precio que todavía suponen para los consumidores.

En cuanto al segundo problema es en el que más está trabajando la industria. El precio de una batería, un coche necesita un volumen muy elevado de ellas, ha caído desde los 800 dólares a los 200, pero aun es demasiado caro. Los analistas consideran que hasta que no se reduzcan a la mitad, hasta los 100 euros, los motores eléctricos no serán una alternativa real a los motores de propulsión.

El último en sumarse a la lucha por crear baterías baratas ha sido China, generando optimismo en el mercado. El gigante asiático, que posee un mercado interno enorme, puede convertirse en un punto de inflexión para la firma. Con ello, los inversores son todavía más optimistas con las evolución de los precios de ambos materiales, al menos hasta que las rigideces en la oferta no se solucionen.

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