BPI apuesta por intervenir criptomoneda para garantizar la estabilidad financiera

  • El boom de las divisas digitales obedece más a una obsesión especulativa que al uso como medio de pago por lo que hay razones de peso para actuar. 
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La "fascinación" actual con criptomonedas como el bitcoin se parece más a una obsesión especulativa que al uso de un medio electrónico de pagos, existiendo "razones de peso" para la intervención de las autoridades con el fin de controlar los riesgos relacionados con estos 'tokens' y garantizar que no "parasitan" a las monedas reales ni ponen en riesgo la estabilidad financiera, según ha advertido el director gerente del Banco de Pagos Internacionales (BPI), el mexicano Agustín Carstens.

"Hay razones de peso para la intervención", ha reconocido el banquero mexicano durante su intervención en un acto celebrado en Fráncfort, organizado por la Universidad Goethe y el Bundesbank, justificando que las autoridades cada vez estén adoptando medidas más drásticas de control para contener los riesgos relacionados con las criptomonedas.

"Estos activos pueden plantear problemas relacionados con la protección de consumidores e inversores. Además de las preocupaciones vinculadas a la evasión fiscal, el lavado de dinero y la financiación criminal", ha añadido Carstens. En este sentido, el sucesor de Jaime Caruana al frente del BPI ha expresado la necesidad de que estos 'tokens' digitales privados como el bitcoin u otros activos que pretenden ser monedas y que han proliferado recientemente "no deben poner en peligro" la confianza en el valor y la naturaleza del dinero.

De hecho, Carstens ha recordado otras infelices experiencias con dinero privado, cuestionándose si la proliferación de criptomonedas es deseable o sostenible, puesto que, incluso si un tipo de ellas es limitado, "el crecimiento como hongos" de muchas otras significa que la oferta de diferentes formas de criptomonedas "es ilimitado".

Así, el director gerente de la institución financiera internacional más antigua del mundo, pues sus orígenes se remontan a 1930, ha subrayado que en este momento, ni el bitcoin ni otras criptomonedas, pueden ser sustitutos del dinero, señalando que, por el contrario, el bitcoin y otras monedas privadas "cuentan con algunos defectos obvios".

En primer lugar, el banquero mexicano ha señalado el riesgo de adulteración de estas criptomonedas, sometidas a bifurcaciones mediante las que los desarrolladores pueden clonar el software, publicándolo con algunas variaciones y un nuevo nombre, capitalizando la familiaridad de las criptomonedas más populares como bitcoin, de la que en el último año aparecieron casi una veintena de clones.

Asimismo, Carstens ha advertido de que las criptomonedas no cuentan con el respaldo de nadie, mucho menos de ninguna institución o autoridad, mientras cuentan con la debilidad de una excesiva concentración de su propiedad, además de que su uso requiere de intermediarios.

El director del BPI ha señalado también la ineficiencia tecnológica demostrada en el caso de bitcoin, "destinado quizás a ser un medio de pago alternativo sin intervención gubernamental, pero convertido en una mezcla de burbuja, esquema Ponzi y desastre medioambiental", además de que en cuanto a su uso, resulta más atractivo para los que buscan realizar operaciones en el mercado negro o ilegales que para el uso en el día a día.

Papel de los bancos centrales

De este modo, el director del BPI ha instado a los bancos centrales a velar por el sistema de pagos, evitando la parasitación de este por criptomonedas como bitcoin, así como a intervenir para garantizar la estabilidad financiera y la confianza del público. "Hasta la fecha, el bitcoin no es funcional como medio de pago, pero depende del oxígeno ofrecido por la conexión a métodos estándares de pago y apps de negociación vinculadas a cuentas bancarias convencionales de sus usuarios", ha apuntado el mexicano, señalando que, si el único caso de negocio es usarlo para transacciones ilícitas, los bancos centrales no pueden permitir que estos 'tokens' puedan disfrutar de la misma infraestructura institucional que sirve al conjunto del sistema financiero, así como tampoco de la confianza que proporciona.

Por otro lado, el banquero ha considerado que las autoridades financieras pueden llegar a tener que intervenir con el fin de garantizar la estabilidad antes de que las criptomonedas lleguen a alcanzar un grado de interconexión con el sistema financiero que pueda resultar una amenaza.

"Los bancos centrales y las autoridades financieras deberían prestar especial atención a dos aspectos: En primer lugar, que la relación entre criptomonedas y monedas reales no es parasitaria. En segundo lugar, aplicar el principio de 'mismo riesgo la misma regulación', sin excepciones", ha apostillado.

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