La importancia del capital humano: así salvó Sergio Marchionne a Fiat Chrysler

  • El histórico CEO levantó a los dos firmas de automoción cuando estaban a punto de desaparecer, el mercado ahora 'llora' su adiós definitivo.
Moody's rebaja la calificación de Fiat de "Ba1" a "Ba2"
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Fiat Chrysler, junto a su participada Ferrari, han sucumbido en bolsa ante la triste noticia de la marcha de su histórico CEO, Sergio Marchionne. Pese a que la retirada de Marchionne tenía ya fecha, el próximo mes de abril, tanto Fiat Chrysler como Ferrari, las dos firmas que dirigía, se han hundido en bolsa. La caída que en algún momento ha superado el 5%, es quizás el mejor reconocimiento al gran legado que deja Marchionne.

El que fuera el vigésimo séptimo mejor CEO del planeta, según la revista anual de Harvard, era mundialmente reconocido por levantar compañías que parecen hundidas. Es el caso de Fiat, la histórica firma italiana, que estaba prácticamente en la bancarrota cuando Marchionne se hizo cargo de ella. Eso fue en 2003, tres años más tarde no solo daba beneficios, sino que su estructura financiera era mucho más sólida.

En 2009, Marchionne volvió a repetir milagro: en este caso con Chrysler. La firma transalpina con el italiano al mando, decidió dar un paso adelante y comprar la compañía estadounidense. Todo ello, pese a que Chrysler estaba prácticamente en fase de liquidación. Un par de años más tarde, la misma compañía que había estado en fase de liquidación volvía a ser rentable.

Con Marchionne al mando, la compañía Fiat Crhysler ha pasado de ser un desastre financiero a una de las compañías mejor valoradas del sector. Además, por volumen de negocio también es una de las más importantes. El buen hacer de Marchionne al mando de sus empresas tiene su propio dato espectacular: cualquiera que hubiera invertido en las empresas dirigidas por Marchionne, durante los años que estuvo en ellas, habría multiplicado por 100 su inversión.

Ferrari, su última jugada maestra

Una de las últimas decisiones estrella del histórico CEO fue el de sacar la marca Ferrari a bolsa. La lujosa firma italiana formaba parte del conglomerado de Fiat, pero no brillaba lo suficiente. Marchionne pensó que su salida a bolsa otorgaría mayor valor a la propia Ferrrari y con ello podría dar solidez financiera a la matriz. Ambos movimientos salieron a la perfección como si una jugada de ajedrez se tratase.

La inyección de capital que recibió Fiat alcanzó los 700 millones. Marchionne solo puso a la venta un 10% de Ferrari para mantenerse como principal propietario, pero el movimiento iba mucho más allá. El CEO estableció una negociación bilateral para poder reducir la deuda de FIAT. En primer lugar, se decidió que por cada 10 acciones de Fiat, se entregaría una de Ferrari. Ese extra tenía como contrapartida que una parte de la deuda de la matriz, pasase a la filial. La negociación fue satisfactoria y finalmente Fiat vio como su deuda se reducía en 3.000 millones. Ambos efectos financieros, otorgaron un amplio margen a la compañía para afrontar nuevos retos.

En cuanto a la valoración de Ferrari, sus especiales características le permitieron revalorizarse con fuerza, como había intuido el propio Marchionne. En total, desde su salida a bolsa la firma se ha multiplicado casi por tres, proporcionando todavía más valor para los accionistas tanto de la propia Ferrari como a los de Fiat.

Ambas compañías han apaciguado a los inversores, las caídas a media sesión se habían amortiguado hasta el 2,4%, debido a que ha asegurado que el nuevo CEO, Mike Manley, trabajará para ejecutar el plan de estratégico del propio Marchionne. La hoja de ruta que deberá seguir Manley, que antes era el responsable de Jeep, será aumentar la producción de todoterrenos, en especial los SUVs, y de coches eléctricos.

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