¿Merece la pena invertir en petróleo ahora que está tan alto?

  • El precio del petróleo está en su nivel más elevado en casi tres años y los expertos empiezan a dudar de que pueda dar más de sí. Por eso, aconsejan que sólo los inversores profesionales y amantes del riesgo apuesten por el oro negro, que podría estar a las puertas de sufrir una corrección fuerte.
El barril de Brent abre al alza y se sitúa en 122,90 dólares
El barril de Brent abre al alza y se sitúa en 122,90 dólares
Ana P. Alarcos

La escalada del precio del petróleo no ha dado síntomas de flaqueza en los últimos meses. En lo que llevamos de año, el barril de crudo brent, la referencia europea, se ha disparado un 30%, hasta 122,7 dólares, mientras que el americano Texas ya ha repuntado más de un 18%, hasta 108 dólares.

Sin embargo, los expertos empiezan a dudar de que el oro negro pueda mantenerse en estos niveles. Por eso, previenen a los inversores, al considerar que apostar ahora por el petróleo es una estrategia demasiado arriesgada.

"Los inversores que vayan a apostar por el crudo deben ser inversores profesionales, que saben entrar y salir, que tengan una estrategia a corto plazo, para aprovechar los posibles tirones, y con un perfil especulador, porque está jugando al riesgo. Pero no todo el mundo es capaz de invertir en estas condiciones", explica José Luis Martínez Canpuzano, estratega de Citigroup en España.

Son muchos los expertos que adelantan que el petróleo va a cerrar el año en unos niveles inferiores a los que marca hoy en el mercado. El banco de inversión estadounidense Goldman Sachs, por ejemplo, estima que el crudo americano se moverá en una horquilla de entre 100,5 dólares y 103 dólares en los próximos seis/doce meses. Para el crudo europeo prevé un precio de entre 105 dólares y 106,5 dólares el barril.

En cambio, la previsión de su homólogo JP Morganes más conservadora. La entidad norteamericana, que ha cerrado el primer trimestre con un 67% más de beneficios, augura que el crudo brent cerrará este año y el próximo en torno a 110 dólares el barril (6 dólares por encima de su anterior pronóstico). Para el petróleo Texas, la previsión es de 99 dólares en 2011 y de 104 dólares el próximo año.

El motivo de que las previsiones apunten un descenso en el precio es que, como explica Julián Benavente, de CM Capital Markets, "el petróleo ha corrido mucho durante los últimos tres meses y, en estos niveles, es lógico que la demanda caiga. Por eso, no debería haber subidas muy fuertes, aunque las caídas sí pueden ser bruscas. Personalmente, y salvo que haya más tensiones, apostaría por una moderación del petróleo en el segundo semestre".

Además, hay otro argumento que justifica la teoría de que el oro negro se está quedando sin fuelle alcista: la OPEP aún tiene margen de maniobra para aumentar su producción, lo que supondría un descenso automático del precio.

Según datos de Bloomberg, hoy en día la OPEP está produciendo unos 28 millones de barriles, aunque su capacidad estimadapara este añoasciende a 34,8 millones.

"La OPEP nunca ha tenido necesidad de subir la producción hasta su capacidad total. Ni siquiera lo hizo en 2008, cuando el crudo alcanzó los máximos históricos de 146 dólares. Por eso, teniendo un margen de casi un 20% a su alcance, es más probable que el petróleo corrija a la baja que al alza", asegura Estefanía Ponte, directora del departamento de economía de Cortal Consors, el bróker online de BNP Paribas.

Y el antecedente de 2008 es otra de las razones que usan los expertos para pensar que a la materia prima le toca corregir. "Entonces, no había fundamentales que explicaran un petróleo a 146 dólares el barril. De hecho, después de marcar esos máximos históricos en julio, se desplomó más de un 75% en apenas cinco meses. Y ahora se está repitiendo parte de la escena: realmente, no hay fundamentales que justifiquen los niveles. Por eso, creo que el precio tiene que bajar a lo largo del año", puntualiza Francisco López, experto en materias primas de X-Trade Borkers.

Así pues, parece que la inversión en petróleo queda limitada a los inversores que quieran tener en cartera un riesgo extremo. A los inversores de calle, en cambio, les toca protegerse de las tempestades de los mercados.

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