Merkel empieza a cohabitar con Hollande y busca compromiso con pacto fiscal

  • La canciller alemana, Angela Merkel, empezó a cohabitar en Europa con el socialista francés François Hollande, en busca de un compromiso entre el pacto fiscal y el crecimiento económico, tras la derrota en las presidenciales galas del que fue su gran aliado en la defensa de la austeridad, Nicolas Sarkozy.

Gemma Casadevall

Berlín, 6 may.- La canciller alemana, Angela Merkel, empezó a cohabitar en Europa con el socialista francés François Hollande, en busca de un compromiso entre el pacto fiscal y el crecimiento económico, tras la derrota en las presidenciales galas del que fue su gran aliado en la defensa de la austeridad, Nicolas Sarkozy.

"Ambas partes están dispuestas a buscar un compromiso pragmático y viable para lograr el objetivo común de la estabilización del euro", afirmó el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, en declaraciones a la televisión pública ZDF.

El pacto fiscal en la UE "se mantendrá vigente", afirmó Westerwelle, en alusión a la defensa férrea por parte de Merkel de la vía de la austeridad y frente al propósito anunciado por Hollande en campaña de renegociarlo.

Ahora llegó el momento de incluir un pacto para el crecimiento, añadió el ministro, lo que a su parecer no implica necesariamente gastar "más dinero", sino "gastarlo mejor".

La propia Merkel llamó por teléfono al vencedor de las presidenciales francesas para invitarlo a visitar Berlín en cuanto asuma la presidencia, indicó el portavoz del gobierno, Steffen Seibert, según el cual a ambos políticos les guía el propósito común de mantener "la estrecha colaboración" que caracteriza al eje Berlín-París.

La inclusión de la palabra "crecimiento", junto con pacto fiscal, no es nueva en Berlín, sino que Merkel se encargó en los últimos días -a medida que se auguraba la victoria del socialista- de incorporarlo como "segundo puntal" de la lucha contra la crisis.

El equipo de la canciller llevaba días trabajando en quitar dramatismo a un eventual relevo en el Elíseo y repitiendo que Merkel mantendría su colaboración estrecha fuera quien fuera el vencedor de las presidenciales francesas.

El eje Berlín-París es de largo recorrido, como lo documentan las buenas relaciones entre correligionarios como Konrad Adenauer y Charles de Gaulle o entre líderes de bandos distintos, la más legendaria de las cuales fue la de François Mitterrand y Helmut Kohl, el patriarca de la CDU.

Las señales del equipo de Merkel parecen ser compartidas por el ciudadano común: según una encuesta de la ZDF, antes de conocerse la victoria del socialista galo, un 42 % de los ciudadanos considera que las relaciones París-Berlín seguirán igual, frente a un 35 % que creen empeorarán y un 5 % que mejorarán.

Merkel y Sarkozy eran, de entrada, dos caracteres contrapuestos que no congeniaron automáticamente, se recuerda ahora, y en cambio el perfil de Hollande parece cuadrar mejor con el de la canciller, por mucho que hasta ahora hayan defendido posiciones divergentes frente al gran problema global, la crisis de la eurozona.

Hollande envió, ayer, el primer mensaje de acercamiento a través de uno de sus asesores, Pierre Moscovici, quien desde el diario conservador "Frankfurter Allgemeine Zeitung" afirmaba que, de ganar, se mantendrá la "colaboración constructiva" con Berlín.

La derrota de Nicolas Sarkozy obliga a Berlín a abrir la puerta a compromisos, en una jornada en que, además, la Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller se defendió bajo mínimos como primera fuerza en el "Land" de Schleswig-Holstein, donde se celebraban elecciones regionales.

La CDU obtuvo un 30,8%, menos de medio punto por encima del Partido Socialdemócrata (SPD), con un 30,4 %, según los resultados oficiales finales.

La formación de Merkel no podrá reeditar su coalición en ese "Land" con el Partido Liberal (SPD), puesto que su socio de gobierno en Berlín quedó en un 8,2%.

Tampoco parece ser posible una alianza entre el SPD y Los Verdes, ya que el 13,2 % de los "ecopacifistas" es asimismo insuficiente para una mayoría sólida, de manera que las alternativas van de una gran coalición a un tripartito, tal vez con participación del partido de la minoría danesa SSW -un 4,6 %-.

Los Piratas se consolidaron como fuerza emergente, con un 8,2 % que les da acceso a su tercera cámara regional -tras Berlín y el Sarre (oeste)-, lo que es un hito en una formación que hasta septiembre pasado no contaba para la vida parlamentaria alemana.

Las regionales alemanas dan alas nuevas al socio liberal de Merkel, que por primera vez en meses logró romper la racha de naufragios y no quedar degradados a rango de fuerza extraparlamentaria, como venía ocurriéndole.

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