En plena crisis del sector inmobiliario, y con una deuda de 6.000 millones que no consigue refinanciar, Metrovacesa se ha coronado como la inmobiliaria más espléndida del sector, con unos elevados gastos generales y una generosa retribución de su cuerpo directivo. Un cuerpo que, además, cuenta en muchos casos con generosos blindaje.
En concreto, 5 de los 16 componentes delequipo ejecutivo tienen cláusulas de garantía o blindaje en sus contratos, aunque también debe puntualizarse que en el ejercicio anterior eran siete los directivos que gozaban de estas prebendas.
Uno de los ejecutivos que ya no está en la compañía es el consejero delegado de Metrovacesa, Jesús García Ponga, que dejó la empresa con una indemnización de 2,8 millones de euros después de apenas un año y dos meses en el cargo. García Ponga fue el hombre de confianza de la familia Sanahuja desde que ésta comenzó el asalto al capital de Metrovacesa.
El grupo catalán tomó el control tras el acuerdo de separación de activos con el anterior presidente, Joaquín Rivero, pero el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y el alto endeudamiento de la compañía convirtieron en efímera la presencia de la familia Sanahuja en el puente de mando del grupo, en el que las entidades financieras acreedoras han tomado el control canjeando deuda por acciones.
Además, según el informe de gobierno corporativo remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el viernes, los componentes de la alta dirección del grupo obtuvieron en 2009 una retribución de 4,45 millones de euros, un 4,46% más respecto a los 4,26 millones del año anterior, incremento debido, en parte, a la incorporación de un miembro más a la alta dirección del grupo.
La que más gasta del sector
Estos incrementos en la alta dirección contrastan con la austeridad impuesta en el resto de la plantilla en todas las grandes compañías del sector. En 2009, las diez inmobiliarias cotizadas de la bolsa española recortaron sus gastos generales y de personal una media del 38% en 2009, hasta 235 millones de euros . A la fuerza, las grandes damnificadas de la crisis han adelgazado sus plantillas y han aplicado políticas de rebajas y congelación salarial.
Sin embargo, ninguna inmobiliaria mantiene unos gastos generales y de personal tan altos como los de Metrovacesa: 80 millones de euros. Como referencia, la segunda compañía del sector que más gasta es Reyal, con casi 37 millones de euros.
El año pasado, Metrovacesa registró una pérdida neta de 879,8 millones de euros en 2009, frente a los números rojos de 737,6 millones de 2008. Mientras, los ingresos cayeron un 50,8% en 2009, hasta 698,5 millones de euros.
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