Miami desfila en honor del "apóstol" cubano José Martí

  • Cada 28 de enero los niños en el populoso barrio miamense de la Pequeña Habana tienen bigote, espeso como el de José Martí, el apóstol de la Independencia de Cuba que es recordado cada año en su natalicio con un alegre y emotivo desfile a lo largo de la emblemática Calle Ocho.

Ivonne Malaver

Miami (EEUU), 28 ene.- Cada 28 de enero los niños en el populoso barrio miamense de la Pequeña Habana tienen bigote, espeso como el de José Martí, el apóstol de la Independencia de Cuba que es recordado cada año en su natalicio con un alegre y emotivo desfile a lo largo de la emblemática Calle Ocho.

Cerca de 8.000 niños cubanos y de las diversas nacionalidades de varias escuelas privadas y públicas de la ciudad fueron los protagonistas de un homenaje al héroe nacional cubano, nacido en 1853 en La Habana.

Fue la oportunidad que tuvieron las niñas de lucir labios y pómulos rojos, además de vestidos tradicionales vaporosos, mientras movían sus pequeñas caderas al mejor estilo caribeño.

Los niños, con traje negro y camisa blanca, recordaron al "apóstol de la independencia cubana" con bigotes, algunos de ellos desdibujados por el calor húmedo propio del sur de Florida.

Este año fue un desfile muy especial para su fundador, el periodista y comentarista de radio Demetrio Pérez Jr., pues además del aniversario del nacimiento de Martí, la "Parada Escolar Martiana", organizada por las escuelas Lincoln Martí, cumplió su cuadragésimo aniversario.

Pérez explicó a Efe que la idea es seguir con una tradición que comenzó en Cuba "antes del comunismo" y que ahora casi "desapareció en la isla".

El también educador recordó que el mayor desfile en honor a Martí se celebró en Cuba en 1953 a propósito del centenario de su nacimiento.

Ahora, el exilio cubano en Miami revive cada 28 de enero el tributo que rendían a este patriota las escuelas y universidades de la isla.

El joven Yonnal Tamayo ensayó animado sus últimos pasos antes de comenzar el desfile. "Es importante para nosotros porque estamos representando a nuestra patria", dijo.

La maestra Ida Jiménez también estaba feliz porque es una fiesta que no permite que se pierda una tradición: "Estamos conmemorando a nuestro apóstol".

Bandas, grupos comunitarios, maestros, padres y estudiantes recorrieron a pie y en carrozas una decena de cuadras de este sector conocido como epicentro de la comunidad cubana, que en esta ocasión volvió a vestirse de rojo, blanco y azul.

El semanario Libre, dirigido por Pérez, recordó las palabras de Martí en una edición dedicada al poeta: "El pan se gana en todas partes/ Pero el decoro de la vida/ Dónde se puede lograr sino en la patria".

"Esto me emociona, me recuerda mi niñez, esto es lo más grande que tenemos aquí... lo más grande de Cuba es Martí", dijo emocionada Dalia Alonso, de 79 años, quien ha asistido al desfile cada año desde que llegó de Cuba en 2000.

"Vamos a ver cuándo lo hacemos allá (en Cuba), así vieja y todo yo iría a desfilar", agregó la mujer mientras una inmensa bandera de Cuba avanzaba por la Calle Ocho.

Una mujer un poco encorvada sostenía con una mano una de las esquinas de esta bandera sin asta, mientras que en la otra alzaba un cartel que decía: "La tiranía castrista sí se cae".

El desfile culminó en el parque que ahora honra al héroe cubano en la Pequeña Habana, con palabras de orgullo en honor a este patriota a cargo de autoridades locales y el símbolo de amistad de Martí, las rosas blancas al pie de su busto, una escultura donada en 1952 por el Gobierno cubano.

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