¿Corralito? La economía argentina busca a contrarreloj un acuerdo con el FMI

  • La caída del peso y la fuga de capitales encienden todas las alarmas en el Gobierno de Macri que necesita créditos ya para salir a flote.
Fotografía Macri para portada
Fotografía Macri para portada
EFE

El miedo a otro corralito se extiende en la sociedad argentina. El dólar volvió a dispararse hoy en Argentina y ya cotiza a 23,70 pesos, una cifra récord desde que Mauricio Macri llegó al poder, lo que aviva la incertidumbre sobre el futuro económico del país, mientras se negocian a contrarreloj créditos con el Fondo Monetario Internacional y otros organismos multilaterales.

La moneda nacional, devaluada abruptamente en las últimas dos semanas por la fuerte subida de tasas en Estados Unidos y la consecuente fuga de capitales hacia ese país, llegó este viernes a sus horas más bajas -un dólar se vendía a mediodía a más de 24 pesos- y solo una nueva venta masiva de dólares (más de 1.000 millones) por parte del Banco Central frenó la tendencia al cierre.

Esta crisis cambiaria, con final incierto, ha puesto contra las cuerdas la economía argentina y ha incrementado el nerviosismo de una sociedad atada a un peso con un valor ya de por sí en caída libre por la inflación, que el Gobierno Macri ha logrado moderar pero no frenar: en el primer trimestre los precios subieron un 6,7%.

Con la vista puesta en los mercados y para terminar una semana laboral marcada por la decisión del Ejecutivo de negociar créditos con el FMI, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco de Desarrollo de América Latina-CAF, la residencia presidencial de Olivos, a las afueras de Buenos Aires, fue hoy un hervidero de reuniones con el jefe de Estado a la cabeza.

Una de las más relevantes, y de la que no trascendieron detalles, fue el cara a cara con el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, recién regresado de Washington, donde este jueves mantuvo un encuentro con la directora del FMI, Christine Lagarde, para iniciar las negociaciones de un acuerdo "Stand-By" -muy habitual pero de una fuerte intervención en las políticas económicas nacionales- que permita afrontar la crisis del peso.

Si bien todo apunta a que el préstamo será de unos 30.000 millones de dólares, de momento ninguna fuente oficial ha confirmado los detalles.

Se trata de "un crédito preventivo del FMI que nos permita tener mayor solidez y sortear esta situación, que tiene que ver con un problema de liquidez, pero no de solvencia, que está teniendo la economía argentina", dijo a la prensa el ministro de Producción, Francisco Cabrera.

El ministro participó esta tarde junto a Macri en una reunión con empresarios locales de diversos sectores para charlar sobre la situación económica y en la que no se obvió la ayuda pedida al FMI, con la que todos, según Cabrera, "estuvieron de acuerdo".

Un apoyo que no es menor teniendo en cuenta las fuertes críticas que en el país se han despertado por volver a pedir dinero a un organismo con el que Argentina ha tenido una tortuosa relación desde hace décadas, por los duros ajustes exigidos por los prestamos concedidos, en especial durante la grave crisis del "corralito bancario", en 2001.

"Ir al FMI implica que la gente esté peor. No es un delirio pensar que para el Gobierno el FMI le va a dar un programa económico, seguramente sea criminal para la sociedad y nocivo para el Estado", dijo Rodolfo Tailhade, diputado de la oposición kirchnerista, a Radio Cooperativa AM 770.

Sin embargo, esta semana países como EE.UU. China, España y Brasil han apoyado la política de Macri y su acercamiento al FMI. "Estados Unidos apoya el programa económico reformista del presidente Mauricio Macri en Argentina, que está orientado al mercado, centrado en el crecimiento y ha mejorado el futuro de Argentina", dijo anoche la Casa Blanca.

La diatriba sigue ahora entre los que opinan que un préstamo del Fondo conllevará un fuerte ajuste para reducir el déficit (que el Ejecutivo insiste heredó del Gobierno de Cristina Fernández) y los que consideran que el actual FMI ha cambiado y ha suavizado sus exigencias.

No obstante, la organización liderada por Lagarde, en un informe presentado hoy, auguró un crecimiento del 2 % (la misma tasa que Latinoamérica en su conjunto) para Argentina en 2018. También optimista, el ministro del Interior, Rodolfo Frigerio, remarcó esta mañana que hace "siete trimestres" que la economía crece y es necesario que este camino no se corte por un "shock externo".

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