Un nuevo viernes social: Hunosa, el pozo sin fondo por el que apuesta Sánchez

  • El presidente destina 56 millones de dinero público a la cuenca 'talismán' que le permitió recuperar el poder en el PSOE en 2017.
Hunosa.
Hunosa.
HUNOSA.

Solo queda activa una mina de carbón en España: el pozo San Nicolás de Mieres (Asturias), la popular 'mina Nicolasa', propiedad de la pública Hunosa, que con el mineral extraído de sus entrañas alimentará, al menos hasta 2021, pero con posibilidades de continuar hasta el año 2027, las calderas de la central térmica de La Pereda, también bajo el control de Hunosa. Otras minas de carbón españolas, como Hijos de Baldomero García en León, la de Cerredo en Degaña Asturias o la mina más rentable y de mayor producción de España, la explotación a cielo abierto de Samca en Ariño (Teruel), también pretendían seguir activas a partir del 1 de enero de 2019, fecha marcada por la UE, pero han tenido que echar el cierre principalmente porque carecían de centrales térmicas que les garantizasen la compra de carbón.

El último 'viernes social' de Pedro Sánchez -el acuerdo entre los sindicatos y la Sepi sobre el futuro de Hunosa se alcanzó el 5 de abril- ha obrado el 'milagro' y Hunosa, que nunca fue rentable desde su creación en 1967, tendrá una 'transición más justa' hacia una economía descarbonizada que el resto de las compañías carboníferas españolas merced a una inversión pública de 56 millones de euros en los próximos años. En este sentido, muchos se acuerdan del apoyo incondicional que las cuencas mineras asturianas, feudo socialista por antonomasia, dieron a Pedro Sánchez, frente al presidente asturiano y entonces al frente de la gestora del PSOE, Javier Fernández, cuando aquél comenzó a recorrer España para recuperar la Secretaría General de los socialistas.

Adrián Barbón, declarado 'sanchista', secretario general de los socialistas asturianos y candidato del PSOE a la presidencia del Principado de Asturias, ha declarado que "otros hablan, nosotros hacemos y lo que se acaba de firmar es transición energética justa" porque "da tranquilidad y seguridad jurídica a los trabajadores" frente al plan elaborado por el Gobierno del PP que planteó a la UE "el cierre de toda la minería en España hasta en dos ocasiones: en 2013 y 2016". Lo cierto es que toda ella está cerrada menos el citado Pozo San Nicolás de Hunosa.

Hunosa, compañía pública y motor económico del centro de Asturias durante muchos años, siempre se ha puesto de ejemplo de 'antieconomía', ya que la configuración geológica de sus vetas de carbón hace muy costosa su explotación y desde sus inicios en 1967 ha arrojado pérdidas constantes, por lo que únicamente ha podido sobrevivir por las aportaciones públicas. Ahora apuesta por las energías verdes como la geotermia y la biomasa, pero también por mantener abierto uno de los tres pozos que mantenía activos hasta el 31 de diciembre pasado, San Nicolás (Mieres), Carrio (Laviana) y Santiago (Aller), para abastecer de carbón a la central térmica de la Pereda, que realizará también las millonarias inversiones medioambientales que exige la UE para seguir en funcionamiento y que han desechado realizar en otras instalaciones térmicas en España empresas como Endesa, Naturgy o Iberdrola.

El 90% de los ingresos de Hunosa –que en 2017 perdió 14 millones de euros, un 70% menos en todo caso que los 46,4 de 2016- provienen ya de la generación de electricidad y no de la extracción de carbón. Hunosa cuenta en la actualidad con unos mil trabajadores y lejos quedan ya aquellas cifras de mediados de los 70 del siglo pasado cuando la hullera pública asturiana tenía cerca de 27.000 mineros en plantilla y producía 3,5 millones de toneladas de carbón.

Ahora, Hunosa parece haber sorteado, con el apoyo del Gobierno, la obligación de la Unión Europea de devolver todas las ayudas públicas percibidas desde 2010 para seguir adelante, unos 250 millones de euros. En su día, la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ya aseguró que el futuro de Hunosa "no se vería afectado" por la Ley de Transición Ecológica y podría mantener una explotación abierta para abastecer a la térmica de La Pereda, "siempre que cumpla la normativa europea".

Al alcanzar el acuerdo con los sindicatos el pasado 5 de abril, la propia Sepi difundió una nota en la que se congratulaba por "garantizar el futuro de Hunosa a largo plazo" y la "actividad del Grupo en la transición de una estructura de empresa minera a otra con actividad centrada en los ámbitos de la energía, los servicios energéticos y la restauración medioambiental, pero manteniendo la actividad en la minería del carbón, que dio origen a la empresa".

El acuerdo prevé la prejubilación de la mitad de la plantilla a partir de 51 años, unos 500 trabajadores, la mayoría de ellos en los dos primeros años del plan (hay que tener en cuenta que Hunosa ya soporta unos gastos superiores a los 1.000 millones de euros en prejubilaciones de planes anteriores), y mantendrá el trabajo para otros 500 trabajadores más otros 100 de las subcontratas. De los 56 millones que se invertirán en los próximos años, 20 serán para la térmica de La Pereda, cuatro para garantizar la explotación del pozo San Nicolás y que se siga extrayendo carbón del mismo y el resto para políticas de diversificación de la empresa y reindustrialización de las comarca mineras. "Lo importante es que no es un plan de cierre, sino de futuro", ha declarado el secretario general del sindicato Soma-UGT Fica, José Luis Alperi, mayoritario en la empresa, y el propio Pedro Sánchez aseguraba el pasado 14 de marzo en Gijón que Hunosa sería el "buque insignia" del nuevo modelo energético.

"Los viernes sociales obran milagros", reconocía un edil de la izquierda de las cuencas mineras que prefiere mantener su anonimato, en una empresa como Hunosa que se resiste a morir y que siempre, desde su creación hace ya más de 50 años, ha estado en el ojo del huracán. Incluso, ahora mismo, cuando se garantiza su continuidad, Podemos Asturias ha anunciado una demanda ante la Fiscalía por supuestas irregularidades en la gestión de la anterior presidenta de la hullera, Teresa Mallada, actual número 1 del PP al Congreso por Asturias de cara a las elecciones del 28 de abril, y ésta ha contraatacado anunciando una querella contra el líder de la formación morada en el Principado, Daniel Ripa, por calumnias. Hunosa, que ha demostrado que tiene más vidas que un gato, y la gestión que de ella han hecho los políticos, siempre en el ojo del huracán.

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