Brasilia, 2 oct.- El ministro de Comunicaciones de Brasil, Paulo Bernardo Silva, afirmó hoy que en principio no objeta la posible fusión entre la telefónica brasileña Oi y Portugal Telecom, que dará vida a una operadora con 100 millones de clientes en Brasil, Portugal y algunos países africanos.
"No veo grandes problemas. Creo que la empresa va a continuar del mismo tamaño, pero es mejor que le demos una mirada a eso primero", afirmó el ministro en unas declaraciones que concedió a los periodistas tras haber participado en una audiencia en el Senado.
El ministro afirmó que la fusión no eleva la participación de ninguna empresa en el mercado brasileño de telecomunicaciones, ya que Portugal Telecom no opera directamente en el país sino como accionista de la propia Oi.
En su opinión, la fusión tan sólo consolida un proceso de integración iniciado en 2010, cuando Portugal Telecom le vendió a la española Telefónica su participación en Vivo, mayor operadora de telefonía móvil de Brasil, y se asoció a Oi.
Portugal Telecom, el antiguo monopolio estatal de telecomunicaciones luso, posee un 23 % de participación en el capital de Oi, mientras que la mayor operadora brasileña de telefonía fija tiene un 10 % de participación en la portuguesa
"El caso ya venía siendo anunciado. Portugal Telecom ya había entrado como socia de Oi y por lo tanto no había competencia entre ambas empresas. Lo que defendemos es que se mantenga la competencia porque favorece al consumidor", aseguró.
El ministro adoptó un tono cauteloso en sus declaraciones sobre la fusión tras haber sido desautorizado la semana pasada por la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, luego de haber dicho que Telefónica tendría que vender activos en Brasil por la operación que la convierte en controladora de la italiana TIM.
El ministro afirmó inicialmente que Telefónica no podía controlar dos empresas competidoras en Brasil, Vivo y TIM, ya que ambas se disputan el liderazgo de la telefonía móvil en el país.
"No me manifiesto sobre este asunto y el Gobierno todavía no se ha manifestado. Hubo una opinión de un ministro, pero no es una opinión oficial del Gobierno", dijo Rousseff un día después.
Según el ministro, a diferencia del caso de Telefónica, que tendrá que ser analizado por los organismos antimonopolio de Brasil por involucrar la unión de dos competidores, en el caso de Oi y Portugal Telecom inicialmente no hay modificaciones en el mercado.
"Hasta donde vi será creada una empresa binacional con actuación en Brasil, Portugal y África, con 100 millones de clientes y sede en Brasil. Vamos a examinar lo que están proponiendo", dijo.
Agregó que la sede de la nueva empresa estará en Río de Janeiro y que la mayoría del capital estará en manos de accionistas brasileños, incluyendo un banco público de Brasil y fondos de pensión de empresas estatales.
Según los cálculos iniciales, la participación de los brasileños en el capital de la empresa resultante alcanzará cerca del 61 %.
La operación para crear la llamada CorpCo, que los controladores de las dos empresas esperan concluir en el primer semestre del próximo año, prevé un aumento de capital de 7.000 millones de reales (unos 3.111,1 millones de dólares) en recursos nuevos, sin contar el valor de las acciones que sean intercambiadas.
Si se suman los ingresos de las dos compañías, los de la resultante de la fusión son de 37.450 millones de reales (unos 16.644,4 millones de dólares).
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