Tras su visita a España

La misión de eurodiputados obliga a Bruselas a echar el resto con los fondos

La buena gestión de las ayudas diseñadas por la Comisión Europea por parte de los países beneficiarios se considera clave para instaurar un mercado de deuda pública que funcione con transparencia.

La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen
La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen
DPA vía Europa Press

La visita a España de una delegación del Parlamento Europeo, que entre el lunes y el miércoles pasado examinó sobre el terreno el control de los fondos europeos y su ejecución, sirvió para recordar que los países beneficiarios no son los únicos que se juegan mucho con la correcta ejecución de los 'Next Generation EU'. La propia Comisión Europea y su presidenta, la alemana Úrsula von der Leyen, han asumido un papel muy relevante con esta intervención financiera masiva.

El programa de 750.000 millones de euros diseñado para hacer frente a los efectos de la pandemia de Covid sobre las economías del bloque -y que también servirá para encarar la crisis inflacionaria y energética agravada por la guerra en Ucrania- siempre se ha visto como el terreno de pruebas idóneo para poner en marcha un proyecto todavía mayor: el de un futuro mecanismo para emitir eurobonos (o deuda mutualizada de los Veintisiete) de una forma recurrente. Von der Leyen lo sacó adelante en un momento en que desde el propio Europarlamento se la había acusado de falta de ambición.

El de España ha sido solo el primer examen de los tres que a lo largo de este semestre hará la misión capitaneada por Monika Hohlmeier, del Partido Popular Europeo (PPE), que tienen pendiente visitar Francia y Hungría de aquí a junio. "Somos por naturaleza críticos para con la labor de la Comisión y de los países", se justificó en tono moderado la alemana durante su comparecencia ante los medios en Madrid. Sin embargo, antes incluso de su llegada a España, la delegación puso en evidencia el habitual choque de poderes entre Parlamento y Comisión. 

La Comisión Europea "se juega mucho" porque un plan de recuperación de esta envergadura era impensable hasta hace nada, apunta a este diario Susana Solís, eurodiputada de Ciudadanos que acompañaba a la misión. Es "la primera interesada" en que el programa se desarrolle bien y debe asegurarse de que tanto el mecanismo como los fondos millonarios de que se le ha dotado funcionan, de que los intereses económicos de la región "están salvaguardados", añade. "Si queremos que en un futuro el tema de la deuda conjunta sea aprobado", la Comisión Europea tiene que garantizar que el Plan de Recuperación sale bien.

Durante la crisis financiera parecía impensable poner siquiera sobre la mesa la propuesta de una emisión conjunta de bonos que "hubiera ahorrado muchos sacrificios", por ello Solís entiende que antes de dar ese siguiente paso hay que asegurarse de que la adenda de los países es buena, de que se da realmente un uso transformador a los fondos, de que el control sobre estos funciona y de que hay suficiente transparencia en la información sobre los mismos que se ofrece a los ciudadanos en general. 

Control a la Comisión... no a España

Incide, además, en que como representantes de la autoridad de control presupuestario de la UE, la misión tiene previsto viajar al resto de países que serán beneficiarios de los fondos para comprobar de primera mano qué se está haciendo a nivel nacional para proteger los intereses financieros de la UE con este nuevo instrumento. "Estamos controlando a la Comisión, no a España", sentencia. "No venimos aquí para quejarnos por amor a la crítica. Venimos para que las cosas mejoren, poniendo el dedo en la llaga, por el bien de todos", apuntaba en esa misma línea la propia Hohlmeier el pasado miércoles, rebajando notablemente el tono en relación a sus declaraciones previas, en las que llegó a poner en duda el destino del dinero que Europa ha transferido a España.

Solís reconoce que la visita ha sido muy positiva, también para la imagen de España, como ha podido comprobar de primera mano en conversaciones con varios directores generales de fondos de inversión. Tras dejar claro que la misión no la componen auditores, incide en que existen aspectos que, en su opinión, podrían mejorarse, como la transparencia a la hora de presentar los datos o el tema de la cogobernanza con las autonomías. También apunta al hecho de que España no haya utilizado proyectos fiscales, como sí han hecho otros países que han hecho han conseguido liberar más rápidamente los fondos. Ha sido una de los aspectos que les trasladaron esta semana las empresas con las que se entrevistaron. 

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