Cómo nos desplazaremos por las ciudades del futuro, cómo evolucionará la movilidad como servicio ('MaaS', por sus siglos en inglés), qué cambios sociales traerá consigo, qué implicaciones tiene la 'uberización' de la economía... Son sólo algunas de las preguntas que tratará de dar respuesta el proyecto Mobility City, una iniciativa internacional que promueve la Fundación Ibercaja con la colaboración del Gobierno de Aragón para convertir el emblemático edificio del Pabellón Puente de la Expo de Zaragoza en un centro puntero de innovación y divulgación para la industria del automóvil y de la movilidad sostenible.
"Queremos ser exponentes de ese cambio y de la divulgación a los ciudadanos", asegura su coordinador, Jaime Armengol, en una entrevista al podcast 'Una moneda al aire' de La Información, donde explica que el reto ahora es albergar la constitución de la Mesa Nacional de la Movilidad Sostenible. La ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, anunció el año pasado que la mesa actuará como un observatorio de referencia para la nueva movilidad en España, atendiendo a los cambios tecnológicos y a las nuevas directrices emanadas de las instituciones europeas.
Desde que el proyecto echó a andar en junio de 2018 un total de treinta y tres empresas se han incorporado a Mobility City desde ámbitos tan diversos como el del automóvil, las telecomunicaciones, la energía o las infraestructuras. También colaboran instituciones locales y estatales, institutos de investigación, asociaciones y universidades. Entre esos socios se encuentran pesos pesados del Ibex 35 como Iberdrola, Repsol o Endesa; fabricantes de automóvil como PSA, FCA Fiat Chrysler, Nissan Porsche y Jaguar Land Rover; además de firmas como Bridgestone, Europcar, Sacyr, Renfe o CAF, entre otras.
Hacia la movilidad 'inteligente'
En un momento en que el ciudadanos ha pasado a colocarse en el centro de las decisiones sobre movilidad, el siguiente paso es desarrollar la denominada 'movilidad inteligente': aquella que es sostenible porque genera menos emisiones, pero también es compartida. "Se es sostenible no solo utilizando propulsiones más limpias, sino recorriendo menos kilómetros en vacío, compartiendo trayectos o vehículos", recuerda Armengol.
"De cara al futuro, una tendencia que viene con mucha fuerza gracias al despliegue tecnológico y al interés de la sociedad por abrazarla es la conducción autónoma", añade. Es la conectividad "llevada al extremo" con la implantación en contextos muy determinados de vehículos autotripulados o automatizados.
Armengol considera que este despliegue tecnológico de nuevos aparatos y formas de desplazarse es "imparable" y deberá convivir en la ciudad del futuro con el refuerzo de la micromovilidad (patinetes, bicicletas...) y con una red de trasporte público más eficiente. "Al final hay que preguntarse si es necesario mover 1.500 kilogramos de peso para desplazar a una persona y el resto ser metros cúbicos en vacío que se desplazan por las ciudades", sostiene.
Según nos explica, el otro de los retos inminentes que afronta el proyecto radicado en Zaragoza es la reforma y transformación del Pabellón Puente de la Expo, diseñado por la arquitecta británico-iraquí Zaha Hadid, en un centro de referencia en este ámbito. El proyecto de adaptación, valorado en 3,7 millones de euros, se inició el pasado mes de noviembre y está previsto que concluya a mediados de este mismo año.
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