Moncloa estalla tras la última EPA: culpa al INE de subestimar la subida del empleo

  • El área económica del Ejecutivo cuestiona la metodología de la encuesta y subraya su incapacidad para detectar las nuevas fórmulas de relación laboral
EPA vs afiliación a la Seguridad Social
EPA vs afiliación a la Seguridad Social

"La semana de referencia, de lunes a domingo, ¿trabajó aunque solo fuera una hora?". Esta pregunta, la que abre el cuestionario que los encuestadores del Instituto Nacional de Estadística trasladan a las más de 200.000 personas a partir de cuyas respuestas se elabora trimestralmente la Encuesta de Población Activa, concentra en opinión de un buen puñado de analistas del mercado de trabajo las fortalezas y debilidades de la EPA como indicador de la situación del empleo en España.

Entre las fortalezas, su capacidad para aflorar ese 'empleo de baja intensidad' que tal vez no se traduce en un alta en la Seguridad Social y que, por tanto, no aparece en las estadísticas de afiliación. Y entre las debilidades, como en más de una ocasión ha puesto de manifiesto el investigador de Fedea y reputado analista del mercado laboral, Florentino Felgueroso, su incapacidad para reflejar de forma fiel esa bolsa de decenas de miles de trabajadores temporales que transitan del paro al empleo a lo largo del año - voluntaria o involuntariamente - y cuya situación estadística depende de la que tuvieran en la semana de referencia.

Sea por esa razón o por otras el caso es que la publicación de la última EPA ha desencadenado la indignación del área económica del Gobierno, que considera que la muestra del INE subestima el verdadero ritmo de creación de empleo en España y ofrece una foto fija del mercado de trabajo que no se corresponde con la realidad. Su argumento, compartido tanto en el Ministerio de Empleo como en la Oficina Económica del Gobierno según ha podido constatar La Información, es el abismo existente entre el volumen de creación de empleo reflejado por los datos de la Seguridad Social (611.146 nuevos afiliados en 2017) y por la Encuesta de Población Activa, que redujo esa cifra a apenas 401.600. Una situación que se ha repetido en los últimos años como se puede comprobar en el gráfico que acompaña esta información.

Hasta el Banco de España en su informe de balance del comportamiento del mercado laboral en 2017 subrayaba, respecto a los datos de la EPA, que "este menor dinamismo (en la creación de empleo) contrasta con la estabilidad observada en los registros de afiliados a la Seguridad Social a lo largo del mismo periodo". Las fuentes consultadas del área económica del Gobierno asumen la inevitabilidad de una cierta discrepancia entre la EPA y los datos de afiliación a la Seguridad Social, no solo por las diferentes metodologías utilizadas sino porque miden conceptos diferentes, pero entienden que la diferencia puesta de manifiesto en los últimos años es una prueba de que la metodología de la EPA necesita de una revisión urgente.

No son los primeros en solicitarlo. "A veces parece que estamos queriendo medir los viajes espaciales con una regla", sostenía de forma muy gráfica el investigador de Fedea, Samuel Bentolila, en un celebrado post en el blog del think tank, 'Nada es Gratis', en el que, bajo el significativo título de 'Las estadísticas pierden el paso", se preguntaba si las estadísticas tradicionales estaban preparadas para detectar, por ejemplo, la actividad económica y la generación de empleo de nuevas plataformas como Uber o AirBnb. 

Ésta última es, además, otra de las carencias que el Gobierno echa en cara a Estadística: su incapacidad para reflejar el nuevo empleo surgido al calor de este nuevo tipo de actividad económica que genera, en muchos casos, relaciones laborales intermitentes en el tiempo.

Desde el ámbito sindical se ha planteado también en las últimas semanas, en concreto desde Comisiones Obreras, la necesidad de revisar el modo en que se elabora la EPA para obtener un reflejo estadístico de realidades laborales que no están en su radar como el trabajo de los becarios o los falsos autónomos o falsos cooperativistas, en línea también con la supuesta ineficacia de la EPA para detectar estos fenómenos.

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