¿El fin de las de 1  y 2 céntimos?

La UE está eliminando las monedas de céntimos: ¿cuánto subirían los precios?

Casi la mitad de los españoles retirarían los billetes de 500 y las monedas de uno y dos céntimos
Casi la mitad de los españoles retirarían los billetes de 500 y las monedas de uno y dos céntimos

España y otros 10 países tuvieron que decir adiós a sus monedas en 2002. La transición al euro fue dolorosa. Los precios subieron por el redondeo y el aumento arbitrario del valor de algunos productos. Un euro valía 166,386 pesetas. Rubén Sánchez, de Facua, ha contado a La Información que algunos vendedores aprovecharon la coyuntura para ofrecer productos de 100 pesetas a un euro. España sobrevivió, pero la propuesta de la Comisión Europea para eliminar las monedas de uno y dos céntimos podría aligerar el bolsillo de los ciudadanos a costa de una leve pero significativa nueva alza de precios.

Irlanda, Países Bajos, Bélgica e Italia ya han dado pasos en esta dirección. Los comerciantes cuentan con la libertad para ajustar el valor de sus productos hasta los cinco céntimos más cercanos al precio original en los tres primeros países e Italia no acuña estas monedas de cobre desde 2018. Varios medios de Alemania y Francia han desvelado el interés de sus Gobiernos por sumarse a la iniciativa. En nuestro país, fuentes del Banco de España han asegurado a este periódico que en estos momentos no hay ningún plan firme para entrar en la dinámica, pero pudiera pasar porque se trata de un "cambio práctico. Es un tema de uso y utilidad".

La implementación del proyecto permitiría ahorrar costes de fabricación y distribución a los países que decidan cortar la circulación de las monedas de 1 y 2 céntimos. La comisión de la UE calcula que el coste de acuñar estas piezas es alto en comparación con su valor. Sacar al mercado 1 céntimo supone un desembolso de 1,65 céntimos y una de dos, uno de 1,94. La presidenta de la institución europea, Úrsula von der Leyen, ha criticado en numerosas ocasiones que la zona se haya gastado 1.400 millones de euros entre 2002 y 2013. Los expertos también rescatan que el cobre que se deje de usar podría ser destinado a otros fines.

El vicepresidente de la Comisión, Maros Sefcovic, explicó este miércoles que está analizando la eficiencia del uso de estas monedas para determinar los pasos a seguir. El temor a una reacción negativa por parte de los ciudadanos existe, pero las últimas encuestas son esperanzadoras para la entidad. El Eurobarómetro de 2018 mostró que el 56% de los españoles está a favor de eliminarlas y establecer un redondeo obligatorio al alza o a la baja, y el 64% del conjunto de europeos, también. 

El analista Jean-Paul Betbeze aseguró al medio francés 'L'Express' que los mayores perjudicados con el cambio serán, previsiblemente, las empresas pequeñas, porque una gran cantidad de clientes está acostumbrada a dejar su 'suelto' como propina, que a la larga suma una cantidad considerable de dinero extra para la empresa. En cuanto a los ciudadanos, Rubén Sánchez apunta a que la medida no los golpeará tanto mientras "se respete la regla de redondeo: si son 1 o dos céntimos se redondea a la baja y si son 3 o 4, al alza".

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