Otro 'colchón de seguridad' para los PGE

Montero acelera la reforma fiscal y abre la puerta a aprobar medidas ya en 2022

Señala que hay "transformaciones sustanciales de algunas figuras fiscales" que se van a abordar mediante leyes específicas y que podrían entrar en vigor a lo largo del año que viene. Afectará a la fiscalidad verde.

María Jesús Montero
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero.
Europa Press

Pese a la insistencia del Gobierno en este punto, no habrá que esperar a 2023 para conocer las perfiles de la reforma fiscal que el Ejecutivo está decidido a acometer y que a día de hoy trabajan con máxima discreción 16 expertos académicos en materia de fiscalidad. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha avanzado este lunes que algunos de esos ajustes fiscales podrían activarse ya este mismo año 2022 "porque hay transformaciones sustanciales de algunas figuras fiscales que van a requerir de leyes específicas" para las que la ministra ha especificado que no va a haber que esperar en 2023 en todos los casos sino que se abordarán ya el año que viene.

La ministra no ha entrado en especificar qué reformas son susceptibles de aprobarse en 2022, pero en el Plan de Recuperación acordado con Bruselas el Gobierno de España ya se comprometía a ejecutar en 2022 algunas medidas de ajuste fiscal como el replanteamiento de los impuestos de circulación y matriculación para convertirlos en auténticas figuras fiscales 'verdes' o la reforma del Impuesto sobre Gases Fluorados, que grava por ejemplo el líquido que se utiliza en algunos sistemas de aire acondicionado y también en algunos electrodomésticos como los frigoríficos. También para 2022 se agendó la revisión del Impuesto sobre Hidrocarburos, que traerá consigo la equiparación fiscal del diésel con el resto de carburantes

El reajuste del impuesto de matriculación vivirá un nuevo episodio en su turbulento caminar, ya que el Congreso ya tumbó el pasado mes de mayo la adaptación del tributo - cuya recaudación va a las comunidades autónomas - a los nuevos estándares establecidos en Europa que incrementan hasta en un 20% el coste de las emisiones de CO2 y dejan a numerosos modelos sin la bonificación fiscal que disfrutan en el modelo actual. La mayoría del Congreso y el conjunto del sector defendían que esa subida era un rejón al sector en un contexto de ventas hundidas por el efecto de la pandemia. El Gobierno, no obstante, se ha comprometido con Bruselas a aprobar esta reforma en el primer trimestre de 2022 y su impacto económico es evidente ya que en los cinco meses que estuvo activo este año permitió más que duplicar la recaudación del impuesto, hasta los 207 millones.

El planteamiento será similar para el Impuesto de Circulación - que cobran los ayuntamientos-, que se adaptarán a los nuevos estándares ambientales. Para 2022, el Gobierno se ha comprometido también con Bruselas a retomar la subida fiscal al diesel que suspendió hace apenas un año para garantizarse el apoyo del PNV a los Presupuestos Generales del Estado de 2021. En esa ocasión, el Gobierno planteó una subida de 3,8 céntimos por litro para llevar la carga fiscal del combustible diesel a los 34,5 céntimos por litro, aún por debajo de los 40 céntimos por litro con los que se grava la gasolina. Esa subida beneficiará tanto a Estado como a comunidades autónomas.

Medidas todas que sobre el papel no se han tenido en cuenta en el capítulo de ingresos de los Presupuestos de 2022, pero que en función de cuando se aprueben podrían aportar un puñado de millones de euros para apuntalar una previsión de ingresos, que al contrario de otros años es más cauta que entusiasta, con un crecimiento del 8,1%, por debajo del crecimiento nominal esperado para la economía del 8,6%. Hay que decir también que ese crecimiento nominal se sostiene sobre una previsión de crecimiento del 7% en 2022 que ahora mismo no comparte ningún analista...

El asunto no es menor, porque el Gobierno ha decidido hacer descansar en la mejora de los ingresos toda la responsabilidad de la reducción del déficit público, que confía en hacer caer del 6,3% al 3,9% en el caso del Estado (del 8,4% al 5% con carácter general) a lo largo de 2022, ya que ha pintado el mismo nivel de gastos que en 2021, pese a que cuenta con que a lo largo del año que viene buena parte de las medidas extraordinarias de apoyo activadas para paliar los efectos de la Covid - el llamado 'escudo social' - vayan desapareciendo progresivamente. En el proyecto gubernamental esos recursos públicos que liberará la desaparición de la pandemia se aplicarán sobre nuevas prioridades de gasto como los jóvenes, la dependencia o la subida de las pensiones. 

Las expectativas gubernamentales se sustentan sobre todo en los ingresos extra que pueda generar la recuperación económica y en el carácter no exento de las ayudas del Plan de Recuperación a empresas y particulares que generarán retornos millonarios a las arcas públicas. Ingresos coyunturales que darán cobertura a gastos que probablemente se consoliden en el Presupuesto, como todos los que tienen que ver con la mejora de las pensiones, de los salarios de los empleados públicos o los programas de becas y bonos a los jóvenes.

La ministra de Hacienda no alberga sin embargo ninguna duda de que el Reino de España puede conseguir sus objetivos de reducción de déficit, ya no supervisados con tanto rigor desde Bruselas, para los próximos años, que pasarían por dejar el déficit en el 5% en 2022, en el 4% en 2023 y en el 3,2% en 2024, una senda que según el Banco de España y la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) se puede alcanzar por mera inercia sin necesidad de ningún ajuste adicional.

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