Montero acusa al Gobierno del PP de usar "artefactos" contables en el anterior PGE

  • La ministra de Hacienda pide a PP y Cs que permitan la tramitación de los Presupuestos y se abre a más gestos a los independentistas dentro de la ley.
María Jesús Montero, en rueda de prensa Consejo de Ministros / EP
María Jesús Montero, en rueda de prensa Consejo de Ministros / EP

Tras presentar ayer las líneas generales de los Presupuestos Generales del Estado para 2019, la ministra de Hacienda ha cargado hoy contra su predecesor en el cargo, Cristóbal Montoro, a quien ha acusado de utilizar trampas contables en la elaboración de los PGE de 2018. "Había muchos artefactos que hemos tenido que corregir", ha desvelado María Jesús Montero en los micrófonos de la Ser.

La ministra ha comenzado su intervención lanzando una acusación que no ha querido dejar pasar la oportunidad de transmitir a la ciudadanía: el anterior Gobierno del PP dejó importantes lagunas en los Presupuestos que este Ejecutivo socialista se ha visto obligado a corregir. Una labor, la de "desgranar las cuentas de Montoro", que ha costado meses al actual equipo del Ministerio de Hacienda, según ha revelado antes incluso de someterse a las preguntas de los periodistas.

Cuestionada después sobre esta polémica declaración, Montero se ha reafirmado al asegurar que los Presupuestos que salieron de las Cortes para 2018 "no cumplían con los preceptos normales". Se refería la ministra a que algunos de los derechos reconocidos no tenían contrapartida en los ingresos y, en algunos casos, ni siquiera contaban con asiento contable. Es lo que sucedió, por ejemplo, con la subida de las pensiones del 1,6% pactada con el PNV, para la que no se asignó dinero, o con el compromiso para el transporte subvencionado desde Canarias y Baleares a la península, que tampoco tenía reflejo presupuestario, y sin embargo se había concedido el derecho a una subvención del 75%.

"Los números no cuadraban y, cuando hacíamos cuentas, no salían", se ha quejado la ministra, que ha preferido poner así la venda antes de la herida. La realidad es que Montero ha utilizado este argumento para defenderse de las voces que señalan al Gobierno socialista por pecar de excesivo optimismo en sus previsiones de recaudación presupuestaria.

No en vano, ella misma ha tirado de este tipo de triquiñuelas presupuestarias para encajar sus números en la senda de déficit del PP, cinco décimas menos flexible de lo que le hubiera gustado. Tal y como explica La Información, por ejemplo, Montero ha utilizado la misma estratagema para cubrir una parte de las dos décimas de déficit extra que ha perdido la Seguridad Social y el Estado realizará una inyección extra de 850 millones de euros al organismo que gestiona las pensiones. 

No obstante, la titular de Hacienda ha evitado ir más allá en sus acusaciones y ha querido dejar claro que España cumple la ley, tranquilizando a las autoridades nacionales internacionales al asegurar que "tenemos unas cuentas robustas" y la contabilidad nacional "cumple con los reglamentos". 

Respecto a las complejas negociaciones que encara el Ejecutivo en estas semanas para lograr aunar los máximos apoyos posibles a sus Presupuestos, Montero ha insistido en que las conversaciones están abiertas con "todo el arco político" y ha repetido el mensaje a las principales formaciones políticas: a PP y Ciudadanos les ha pedido que, si no apoyan las cuentas, se abstengan y permitan su tramitación parlamentaria; mientras, a los independentistas les ha vuelto a dejar la puerta abierta a más gestos políticos y económicos, al reconocer que el Gobierno está dispuesto a "cambiar una cifra, un punto o una coma", eso sí, "siempre que hablemos dentro de la legalidad".

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