Montero ve alarmismos innecesarios y la gran empresa exige que se reaccione ya

  • La ministra de Hacienda recuerda a los empresarios que decir que el vaso está medio lleno o medio vacío influye en las expectativas de los inversores.
Francisco J. Riberas y María Jesús Montero / EFE
Francisco J. Riberas y María Jesús Montero / EFE

España se desliza por la pendiente descendiente de la desaceleración económica con diagnósticos muy diferentes por parte de la gran empresa y el Gobierno, en funciones, de España. Así quedó de manifiesto en la ceremonia de clausura del XXII Congreso del Instituto de la Empresa Familiar, a la que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, acudió en sustitución de Pedro Sánchez con un mensaje de tranquilidad respecto a la situación económica, que fue contestado de manera firme por el presidente del IEF, Francisco J. Riberas, con la exigencia de que se actúe "aquí y ahora" ante los primeros síntomas de fragilidad en un lustro.

No estaba preparado pero ambos tomaron la misma referencia para sostener sus argumentos: la comparación con la situación inmediatamente anterior a 2008. La ministra de Hacienda desgranó uno a uno un rosario de indicadores que revelan que la economía española es hoy mucho más robusta que en el prólogo de la que fue la peor crisis económica en medio siglo y también tiró de cifras macro para avalar la fortaleza de la economía española en el marco general de ralentización internacional, recordando que hace apenas unas semanas se ha remitido a Bruselas un cuadro que prevé un crecimiento del 2,1% este año y del 1,8% en 2020, con mantenimiento de la creación de empleo.

Con estos datos sobre la mesa, y un día después de que el barómetro de opinión de los empresarios familiares arrojara una foro mucho más sombría, Montero se animó a advertir a los empresarios sobre el efecto pernicioso de "los alarmismos innecesarios sobre la situación económica" y sobre su influencia en la formación de la opinión de los inversores internacionales a través de las célebres 'profecías autocumplidas' a las que tanto se apuntó en la gran crisis. "Es importante que hablemos claro sobre la economía", dijo la ministra, "y ya sabemos que hablar de que el vaso está medio lleno o medio vacío influye en la opinión que los inversores internacionales tienen sobre España", recalcó justo antes de poner de manifiesto que algunos de los mensajes que se trasladan sobre la economía española chocan con la opinión de las agencias de rating que han mejorado la calificación de la deuda española por la fortaleza de los fundamentales de la economía.

El presidente de la Empresa Familiar también se acordó de 2008 y, aunque matizó que la situación de hoy en nada se parece a aquella, sí recordó la tibieza de la primera reacción a la crisis. "En 2008 también nuestros datos económicos eran muy positivos, e incluso se habló del milagro económico español, pero después, la crisis se cebó en nuestro país con mayor virulencia que en otros, especialmente a nivel de empleo. No podemos permitirnos que esto se vuelva a repetir", advirtió.

Frente al discurso de tranquilidad de Montero, Riberas ha calificado la situación económica de "preocupante". "Es necesario actuar aquí, en España. No podemos caer en la autocomplacencia", ha afirmado Riberas, que ha apuntado a la inacción política como riesgo, del mismo modo que lo hicieran los empresarios familiares en su barómetro de opinión. "Ante esta preocupante situación, llevamos ya cuatro años celebrando elecciones generales que no consiguen desembocar en gobierno estables, con una perspectiva que vaya  más allá de unos pocos meses".

El imperativo del consenso para desbloquear España

Como ya dijera en su discurso inaugural, Riberas insistió a la clase política en que el 10-N debe ser un punto de llegada y no la apertura de una nueva etapa de inestabilidad. "Las empresas familiares hacemos un llamamiento a la clase política en su conjunto para que, sea el que sea el resultado electoral que resulte, dialoguen, busquen acuerdos y consensos que faciliten un gobierno estable".

Un mensaje que caerá en saco roto si se atiende a las posiciones tácticas trasladadas en el foro tanto por el líder del Partido Popular, Pablo Casado, como por la ministra Montero. Casado se ha desmarcado de un posible acuerdo, tácito o explícito, entre PSOE, PP y Ciudadanos para desbloquear la situación política en España en contra de lo trasladado a puerta cerrada en otros foros empresariales. Montero, por su parte, tampoco alimentó la opción de pacto alguno y se limitó a instar al PP a respaldar a la lista más votada si se cumplen las expectativas reflejadas en las encuestas para garantizar esa ansiada estabilidad.

De estabilidad también ha hablado el presidente de KPMG en España, Hilario Albarracín, que ha defendido la estabilidad y la seguridad jurídica en materia impositiva "para favorecer las inversiones de empresas locales y extranjeras a medio y largo plazo".

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