Sin 'escudo fiscal' para las empresas

Montero aparca el apoyo fiscal a pymes y autónomos y se limita a diferir el papeleo

  • 'Vende' un trámite burocrático como una inyección de 3.600 millones al tejido productivo de menor tamaño, que ya tenía la opción de aplazar ese pago.
La ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero.
La ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero.
Moncloa

Después de un mes esperando algo que pudiera parecerse a un paquete de medidas de estímulo fiscal, tras el primer arreón regulatorio que dispuso la posibilidad de que pymes  y autónomos pudieran aplazar hasta durante seis meses el pago de sus impuestos, el Gobierno ha vuelto a esquivar este martes el clamor del tejido productivo doméstico y se ha limitado a aprobar una medida de corte burocrático que permitirá a los autónomos y las microempresas del país -aquellas que facturan menos de 600.000 euros al año- diferir un mes, del 20 de abril al 20 de mayo, la presentación de sus declaraciones trimestrales de IRPF, IVA e Impuestos de Sociedades, dejando para más adelante otras de mayor calado, que también ha tenido encima de la mesa durante los últimos días.

Entre éstas últimas, la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, ha abierto la puerta, como adelantó La Información, a que en las próximas semanas se apruebe la posibilidad de permitir a 400.000 autónomos 'atrapados' en el régimen de módulos salirse de este sistema -que les obliga a tributar por determinados elementos objetivos de su negocio- para poder pagar impuestos en función de lo efectivamente facturado, pero ni siquiera ha hecho mención a otra de las peticiones de empresas y asesores fiscales: la posibilidad de que los pequeños empresarios que habían optado por pagar los anticipos a cuenta del Impuesto de Sociedades en función de la cuota abonada en 2019 -para reducir sus cargas administrativas- puedan renunciar a este sistema y pagar igualmente por lo realmente facturado.

La ministra de Hacienda y portavoz de Gobierno se ha esforzado en presentar la esperada moratoria para la presentación de las declaraciones tributarias de IVA, IRPF y Sociedades de pymes y autónomos, que ya avanzó la semana pasada, como una decisiva medida de apoyo a 3,4 millones de agentes económicos -el 95% del tejido empresarial español-, que les inyectará hasta 3.558 millones de euros de liquidez en su frágil tesorería castigada por la crisis. Lo cierto, sin embargo, es que desde el primer Decreto de medidas económicas del Gobierno las pymes y autónomos con una facturación inferior a seis millones de euros ya tenían la posibilidad de aplazar el pago de esos impuestos, hasta tres meses sin ningún sobrecoste y hasta seis meses con unos intereses de demora muy reducidos. Esa inyección de liquidez ya estaba descontada.

¿Cuál es la novedad de lo aprobado hoy por el Gobierno? Pues que se retrasa un mes, hasta el 20 de mayo, el plazo para que ese segmento de menor tamaño del tejido productivo sustancie el papeleo y presente sus declaraciones fiscales correspondientes al primer trimestre del año, paso ineludible para solicitar posteriormente el aplazamiento del pago de la cuota resultante. Una medida muy demandada por los asesores fiscales, que auguraban un 'tsunami' de incumplimiento si no se hacía por la imposibilidad física de poder gestionar y tramitar las declaraciones de un puñado de miles de empresas que no llevan su contabilidad en soportes informáticos o que requieren de una atención presencial para cumplir con rigor con sus obligaciones fiscales.

La medida, además, llega tarde, como se han cansado de poner de manifiesto organizaciones de autónomos como ATA y también la práctica totalidad de las plataformas que agrupan a los asesores fiscales, con Aedaf y REAF a la cabeza, porque se aprueba solo 24 horas antes de que finalice el plazo administrativo para domiciliar el pago de la primera declaración fiscal del año, este miércoles 15 de abril -lo que hace que muchos autónomos y pequeñas empresas ya no se puedan beneficiar de esta medida-.

El Ministerio de Hacienda tampoco ha atendido a las voces que le pedían retrasar estas obligaciones hasta la fecha prevista para el segundo ingreso trimestral, el próximo mes de julio, para cuando ya se vislumbra un panorama algo menos excepcional que el actual. Asesores fiscales y organizaciones de autónomos sostienen que atrasarlo al 20 de mayo puede simplemente aplazar un mes la problamática y puede generar un nuevo espacio de incertidumbre si el 'estado de alarma' aún sigue vigente para aquellas fechas.

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