Ciudadanos y el Partido Popular, que cerraron el día de Navidad un ambicioso acuerdo programático con 90 medidas para gobernar Andalucía los próximos cuatro años, ya han empezado a recibir duras críticas de los responsables de Ejecutivo central incluso antes de desembarcar en San Telmo. La encargada en esta ocasión ha sido la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que ha puesto en el punto de mira el paquete fiscal pactado por los dirigentes del 'partido naranja' y los 'populares', que incluye rebajas en IRPF y en el impuesto que grava la compra de viviendas y la práctica eliminación de Sucesiones y Donaciones.
La ministra aseguró que es poco factible impulsar la importante reducción de impuestos planteada por las dos formaciones de centroderecha, ya que sería necesario recurrir a otras fuentes de ingresos o, en su defecto, a una considerable reducción del gasto. Así, señaló que es "difícil" que la propuesta fiscal salga adelante debido al estado de las cuentas andaluzas, si bien indicó que supone que las formaciones han hecho los cálculos "oportunos" para que sea posible.
Montero advirtió que las reformas pactadas entre PP y Cs deberán sostenerse en otras medidas complementarias que permitan a la Junta de Andalucía obtener una mayor cantidad de ingresos. "Espero que las cuentas no salgan a costa de bajar el gasto social", apuntó la ministra.
Por otro lado, Montero recordó que el Gobierno andaluz debe cumplir las condiciones impuestas por Bruselas y ha destacado que en los últimos años, bajo el mandato socialista, la comunidad ha cumplido con el déficit, la deuda y la regla de gasto.
Entre otras medidas, el nuevo acuerdo fiscal alcanzado por PP y Ciudadanos el pasado lunes incluye un descenso del Impuesto de la Renta en todos los tramos de la escala autonómica, una reducción de un millón de euros en la base imponible por heredero dentro del Impuesto sobre Sucesiones, así como la rebaja del Impuesto de Patrimonio y su equiparación a los tipos de la escala nacional del impuesto.
Por otro lado, el pacto también contempla la aprobación legislativa de un nuevo texto refundido de la Ley del Suelo de Andalucía y la exigencia de una reforma inmediata del modelo de financiación autonómica al Gobierno.
Carga contra Vox
Montero también hizo un llamamiento para que se deje gobernar al Partido Socialista en Andalucía, "que es el que ha tenido mayor respaldo en las urnas", y pidió al PP y a Ciudadanos que "no se asocien con las fuerzas de la ultraderecha". La ministra recalcó que Vox "quiere deshacerse de las autonomías y la ley de violencia de género", y de las "medidas sociales que han permitido tener familias distintas y un escenario familiar que no se corresponde con el de la familia tradicional, lo que es igualmente respetable".
En declaraciones a los periodistas en un acto de Cermi, Montero dijo que no le corresponde a ella decidir si la formación liderada por Santiago Abascal debe tener un puesto en la Mesa del Parlamento andaluz. "Vox es un partido elegido democráticamente en las urnas y le ampararan los derechos que le amparen", se limitó a decir.
Eso sí, la ministra y exconsejera andaluza reconoció que "no es plato de buen gusto" para el PSOE que "Vox forme parte de las instituciones y que algunas formaciones políticas se alíen para quitarle el gobierno".
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