Moody's advierte de que la parálisis política pone en riesgo la deuda europea

  • La agencia de calificación de riesgos Moody's advirtió hoy de que la deuda soberana de los países del euro está en riesgo hasta que no se tomen medidas políticas que aporten soluciones a corto plazo a la crisis.

Bruselas, 28 nov.- La agencia de calificación de riesgos Moody's advirtió hoy de que la deuda soberana de los países del euro está en riesgo hasta que no se tomen medidas políticas que aporten soluciones a corto plazo a la crisis.

"Mientras que el conjunto de la zona del euro posee una tremenda fortaleza económica y financiera, las debilidades institucionales continúan dificultando la resolución de la crisis y pesando sobre las calificaciones (de la deuda)", señaló hoy en un informe la agencia estadounidense.

Moody's consideró que, en ausencia de medidas políticas "que estabilicen las condiciones del mercado a corto plazo", el riesgo de los títulos de deuda de los Estados que comparten la moneda única continuará aumentando.

"La rápida escalada de las crisis bancaria y de la deuda soberana en la zona del euro amenaza el crédito de todos los títulos europeos", añadió.

De hecho, la agencia aseguró que, a falta de decisiones políticas, se verá obligada a revisar las calificaciones de toda la zona del euro -e incluso de otros países- durante el primer trimestre de 2012.

Según Moody's, actualmente "la probabilidad de quiebras múltiples (además del programa de participación del sector privado en Grecia) en países de la zona del euro ha dejado de ser despreciable" a causa de la crisis de liquidez.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) afirmó hoy en un informe que el riesgo de suspensión de pagos por el nivel de las deudas soberanas puede amenazar con una gran depresión.

En el caso hipotético de que varios Estados miembros suspendan pagos, Moody's cree factible que algún país deba abandonar el euro para volver a su antigua moneda, lo que, añadió, "tendría repercusiones negativas para el crédito de toda la zona euro".

"El euro no va a desaparecer", declaró hoy el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, quien lanzó un mensaje de "unidad de la eurozona" en el que insistió también en una rueda de prensa el portavoz económico la Comisión Europea (CE), Amadeu Altafaj.

No obstante, tanto Van Rompuy como Altafaj admitieron en que el clima de desconfianza afecta ya a la zona del euro en su conjunto y no sólo a unos pocos países.

El presidente del Consejo Europeo estudia una posible reforma de los tratados de la Unión Europea para reforzar la cooperación económica y aumentar la disciplina fiscal de los Gobiernos europeos, si bien aún deben concretarse y su puesta en marcha podría tardar años.

En los últimos días, la crisis de la deuda se extendió al centro del continente, hasta entonces inmune a las presiones de los mercados, que sólo aquejaban a países periféricos.

Francia, Bélgica, Austria o Finlandia, considerados seguros pocas semanas antes, vieron como se incrementaban los intereses a pagar por sus títulos.

De hecho, hoy mismo Bélgica consiguió el objetivo de colocar en el mercado más de 2.000 millones de euros en obligaciones, aunque se vio obligada a aumentar casi 1,3 puntos porcentuales el interés de sus bonos a diez años en comparación con la última emisión en octubre.

Algunos analistas apuntan a que la desconfianza de los inversores se debe a que consideran a los líderes de la eurozona incapaces de encontrar soluciones a los problemas en un momento en el que las perspectivas económicas apuntan a una fuerte desaceleración -o incluso recesión- para el año próximo.

De hecho, sectores del mundo de las finanzas y académicos culpan al Banco Central Europeo (BCE) del deterioro de la situación, por primar la inflación por encima del crecimiento -la pasada primavera aumentó los tipos de interés- y por negarse a actuar como prestamista a gran escala de los Gobiernos con problemas de deuda.

La posición del BCE coincide con la de la canciller alemana, Angela Merkel, quien defiende, al igual que la Comisión Europea, que la aplicación de duros programas de austeridad debe ser la única solución a los problemas de la zona del euro.

La CE abrió la puerta la semana pasada a la creación de eurobonos para unificar la deuda de la zona euro, una propuesta que también fue rechazada de plano por Merkel.

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