Moscú abre la puerta al contacto con Kiev mientras Crimea galopa hacia Rusia

  • Moscú, cada vez más presionada por la comunidad internacional, entreabrió hoy una puerta a un eventual primer contacto con las nuevas autoridades de Ucrania, mientras que la rebelde Crimea ya da por hecho su pronta adhesión a Rusia y quema a toda prisa los puentes con Kiev.

Moscú, 13 mar.- Moscú, cada vez más presionada por la comunidad internacional, entreabrió hoy una puerta a un eventual primer contacto con las nuevas autoridades de Ucrania, mientras que la rebelde Crimea ya da por hecho su pronta adhesión a Rusia y quema a toda prisa los puentes con Kiev.

A las sanciones adoptadas y anunciadas por Estados Unidos y la Unión Europea, se sumó la congelación del proceso de adhesión de Rusia a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y una seria advertencia del G7, que entre otras cosas, exigió a Rusia abrir un diálogo directo con Kiev.

La Cancillería rusa anunció a última hora de la tarde su disposición de acudir mañana, 14 de marzo, a una reunión en Minsk de viceministros de Asuntos Exteriores de la postsoviética Comunidad de Estados Independientes (CEI), de la que forma parte Ucrania.

"Todo depende de la parte ucraniana, que en una nota del Ministerio de Exteriores aseguró que tal encuentro sería inaceptable", señala la Cancillería rusa en un comunicado.

Hasta ahora, el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, se ha negado a reunirse con su colega de Ucrania, ya que Moscú no reconoce como legítimas a las autoridades surgidas en Kiev tras el derrocamiento de Víktor Yanukóvich.

Ante las crecientes e incesantes presiones de la comunidad internacional, el presidente ruso, Vladímir Putin, ha planteado al Consejo de Seguridad de Rusia la necesidad de revisar las relaciones de Moscú con Occidente

"Vamos a pensar juntos sobre cómo afrontar nuestras relaciones con nuestros socios y amigos en Ucrania, y con nuestros socios en Europa y Estados Unidos", apuntó el líder del Kremlin en una reunión a la que acudió toda la plana mayor del país.

El referéndum de la autonomía ucraniana de Crimea sobre su reunificación con Rusia se acerca inexorablemente y Moscú, que ha garantizado a las autoridades crimeas la adhesión del territorio, se ve cada vez más arrinconada por el resto del mundo, aunque mantiene la esperanza de que las sanciones se limiten al ámbito político.

"Estamos preparados para cualquier devenir de los acontecimientos. Pero mantenemos la esperanza de que serán sanciones políticas, y no un bloqueo más amplio que afecte a las relaciones económicas y comerciales", dijo hoy el viceministro de Economía ruso, Alexéi Lijachov.

No lo creen así los inversores, como demostró hoy la bolsa de Moscú, que retrocedió a sus peores números en casi cinco años y cuyos dos índices se situaron en registros de la dura crisis económica que golpeó Rusia en 2009, año que concluyó con una caída del PIB de casi un 8 por ciento.

Algunas de las empresas públicas más importantes de Rusia acumulan pérdidas superiores al 20 por ciento de su valor de mercado desde que el Senado ruso autorizara el pasado 1 de marzo la intervención militar rusa en Ucrania.

Mientras, las autoproclamadas autoridades de Crimea ponen tierra de por medio con Ucrania y dan por hecho que la península se integrará en Rusia antes de que finalice este mes de marzo.

"El procedimiento es el siguiente: Crimea vota en el referéndum, luego votan la Duma (cámara de diputados) de Rusia, el Senado ruso lo ratifica y el presidente (ruso) lo promulga. En Crimea esperamos que estas tres acciones no lleven más de dos semanas", dijo el presidente del Parlamento regional crimeo, Vladímir Konstantínov.

Las autoridades crimeas ya controlan los yacimientos de petróleo y gas en sus aguas territoriales de los mares Negro y Azov, al igual que la compañía ucraniana que extrae estos hidrocarburos, "Chernomorneftegaz".

"Las propiedades públicas que pertenecen a Ucrania como Estado pasarán a la propiedad de Crimea, mientras que las propiedades privadas seguirán siendo privadas", reiteró Konstantínov.

Incluso la hora en Crimea podría ser la misma que en Moscú a partir de la semana que viene, una decisión que alejaría aún más la península de la órbita europea.

"Si Crimea se pronuncia por el ingreso en Rusia, habrá que sincronizar la hora", indicó Konstantínov.

Actualmente, la diferencia horaria entre Moscú y Crimea es de una hora en verano y dos en invierno, después de que Rusia renunciara hace unos años al cambio de hora estacional practicado en la mayor parte del mundo.

Crimea se prepara para decidir el domingo en referéndum si se reunifica con Rusia, de la que formó parte hasta 1954, o permanece en Ucrania con un grado de autonomía mayor del actual.

En la rebelde península, bañada por el mar Negro, viven casi un 60 por ciento de rusos, un 25 por ciento de ucranianos y un 12 por ciento de tártaros.

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