Movimiento indígena, ¿una piedra en el zapato de Evo Morales?

  • El movimiento indígena, base del gobierno del presidente Evo Morales, podría trocarse en fuerte opositor si es excluido de las consultas sobre los planes de explotación de la riqueza hidrocarburífera, nacionalizada en 2006, clave para que la economía boliviana no decaiga.

Una manifestación de descontento por la ausencia de la 'consulta previa' se gatilló esta semana cuando guaraníes de la región de Takovo Mora (este) ocuparon una importante ruta hacia Argentina, exigiéndole a la estatal petrolera cumplir la Constitución. La protesta fue reprimida por la policía.

El Estado está obligado por ley a consultar a los indígenas para que den su visto bueno a cualquier explotación hidrocarburífera en su territorio. En caso de aceptación, se procede al pago de una compensación económica negociada, que parece ser el quid del asunto.

Además, Bolivia suscribió el Convenio 169 de la OIT y de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los pueblos indígenas que establece la necesidad de consulta.

En una aparición pública Morales ha advertido que, de no explorar, Bolivia podría quedarse sin gas para 2025. Denunció además corrupción en el manejo de los recursos compensatorios y enfatizó que en el caso de Takovo Mora no corresponde una compensación porque la exploración petrolera no está en territorio indígena.

"Quitar la mamadera cuesta", razonó, y anunció que en adelante la compensación será en obras de infraestructura para los poblados y no en dinero. Sin embargo el asunto de la evasión de la consulta previa parece tener otro motivo.

Para el politólogo y académico Marcelo Varnoux, el asunto es que al gobierno "le ocurre algo parecido que (al extinto dictador Hugo) Banzer (1971-78) que cuando se fueron al diablo los precios de la minería, se fue al diablo su gobierno", razón por la que se impone una política extractivista intensiva.

Tras el 'boom' de las materias primas que impulsó a las naciones emergentes exportadoras como Bolivia, los precios han decaído, complicando el crecimiento económico.

Ante la falta de propuestas para enfrentar la crisis, "van por el lado fácil, que es ingresar a áreas protegidas, dañar el medioambiente, no consultar a los pueblos indígenas y de paso criminalizar las protestas de quienes han sido sus aliados más firmes", señaló a la AFP.

Morales admitió en un reciente mensaje al Congreso pérdidas en las exportaciones por 2.500 millones de dólares este año por la baja de las materias primas, entre ellas el gas y los minerales. Las ventas al exterior el año pasado bordearon los 13.000 millones de dólares.

A pesar de la caída de los precios, el ministro de Economía, Luis Arce, garantizó que la economía boliviana crecerá este año 5% incluso si el precio internacional del petróleo -actualmente en torno a los 40 dólares- se desploma más allá de 30 dólares el barril.

El presidente de la estatal petrolera YPFB, Guillermo Achá, confirmó a la AFP que la entidad buscará hidrocarburos en siete de sus 22 áreas protegidas, ricas en flora, fauna y recursos hídricos, que ocupan una superficie de 17,2 millones de hectáreas.

La superficie total del país es de 109.858.100 hectáreas (1.098.581 km2). "Donde efectivamente se van a realizar actividades es en 215 (hectáreas), mas o menos, entonces eso representa el 0,04% de toda la superficie de todas las áreas protegidas. Considerando las 22 áreas es el 0,008%", abundó.

En el territorio de Takovo Mora ya fueron perforados 2 pozos y se harán 18 más, buscando gas y petróleo. Bolivia invertirá este año 2.400 millones de dólares en el sector hidrocarburífero.

El director de la ONG Centro de Documentación e Información (Cedib), Marco Gandarillas, opinó que "estas medidas lo que hacen es dar una sentencia a las áreas protegidas (..), sin respetar (..) los derechos de las comunidades y pueblos que también viven en áreas protegidas".

Esa declaración desató la furia del gobierno que cuestionó fuertemente el rol de las ONGs y amenazó con expulsarlas del país. "Cada vez son menos necesarias las ONG", dijo el vicepresidente Álvaro García, declaración considerada por 28 intelectuales, muchos afines al gobierno, de "gesto de autoritarismo e intolerancia".

Sin embargo, no es esta la primera vez que Morales -reelecto en diciembre para un tercer mandato con el 61% de los votos- se enfrenta con los indígenas. En 2012 tuvo que retroceder ante la dura oposición a una polémica ruta que iba a cortar en dos el parque nacional TIPNIS, en la Amazonia boliviana.

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