"Hay que solucionar esto sin vandalismo"

Navantia, el 'gigante' público al que le estalla su régimen de subcontrataciones

El posible acuerdo al que llegue tanto la patronal como los sindicatos tiene en vilo a todo un país, ya que afecta a más de 20.000 trabajadores y puede servir de guía para las centenares de industrias españolas.

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Navantia, el 'gigante' público al que le estalla su régimen de subcontrataciones.
Javier Leal

Gabi, que trabaja en una de las empresas del sector del metal, está plantando un San Pedro -"una planta muy agradecida porque luego da mucha flor"- en un jardín cercano a su casa. "Cádiz es como una piruleta: el palo es la avenida principal y el caramelo es el casco antiguo". Una ciudad, que aunque puede ser descrita como una de las golosinas favoritas de los niños, está viviendo estos días un conflicto casi sin precedentes en este siglo. Una situación que se ha convertido en el escenario perfecto para agitar proclamas políticas y avivar aún más el conflicto por parte de algunos sectores interesados de la sociedad. Sin embargo, según la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en medio lo que hay son “trabajadores, no delincuentes”, que buscan unas condiciones de trabajo dignas y empresarios que no quieren ver sus negocios inundados en pérdidas.

Navantia es junto con Dragados y Airbus (que está en un proceso de desmantelamiento) una de las empresas 'madre' de toda la ciudad que compiten por hacerse con los proyectos que hay por todo el mundo. La compañía que consigue los grandes contratos de inversión es la que luego se encarga de subcontratar a las empresas auxiliares para que lleven a cabo la obra, siempre bajo la dirección de la entidad matriz. Un proceso que mueve la economía de toda una zona que se encuentra cada vez "más descapitalizada" por el continuo cierre de empresas a lo largo de estos últimos años, como el de Delphi, que fue una de las empresas mas importantes de Andalucía, Tabacalera o la actual Airbus.

"Navantia tiene el 80% subcontratado", sostiene una fuente con un cargo relevante dentro de la empresa pública de Navantia, que ha preferido mantener su anonimato y a la que ha tenido acceso en exclusiva La Información. "Aquí ni la empresa es mala ni el trabajador es malo ni los dos son buenos. Es un tema muy complejo y de muchos años". Según él, "Navantia se come el marrón de encontrar el contrato, de defender la rentabilidad y, encima, ofrece los paquetes a las empresas auxiliares". Son los trabajadores de estas últimas los que exigen mejorar sus condiciones (un IPC indexado, no trabajar más horas extra ni perder pagas extraordinarias...). Pero si acceden las empresas a estas peticiones acabarán "repercutiéndolo" en la propia Navantia, por lo que la empresa pública, consciente de que el dinero que maneja es "muy delicado", puede verse tentada y acudir a otras ciudades donde las ofertas laborales que reciban sean más baratas, ya que "Navantia no puede aceptar condiciones leoninas de las empresas auxiliares".

Si uno se acerca durante estos días a cualquiera de las tres fábricas que tiene Navantia en la provincia de Cádiz -San Fernando, Puerto Real y Cádiz capital- se encontrará con las entradas desiertas y con un silencio dentro de las instalaciones que sorprende a los pocos trabajadores que tienen que hacer los servicios mínimos de mantenimiento de gas. "No hay nadie, tío, es increíble". Una realidad que también se traslada a las decenas de empresas subcontratadas que tiene la compañía pública. Una de ellas es Moncobra, cuya oficina se encuentra en un apartamento de Cádiz capital, y donde un cartel pegado dice: "Entrar sin llamar". Pero hoy ni llamando abren la puerta. Y no es la única: le secundan Sacekon, Turnaval, Montube, Mandesur, Tincasur, Coasa o Siasa, entre muchas otras.

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Un vehículo quemado, a la entrada de una fábrica de Navantia (en San Fernando).

Javier Leal

"Esta situación daña la imagen de la empresa, sobre todo en la división de reparaciones (tiene un porcentaje dentro de la empresa reducido) porque los plazos son muy cortos", señala la misma fuente, que añade: "Esto, al final, se solucionará y nadie se acordará. Las dos partes tendrán que ceder y esa será la solución, lo demás es politiqueo". "Hoy es el noveno día de huelga e históricamente los diez días siempre han sido un límite, porque el empleado no quiere estar más tiempo sin cobrar y el empresario no quiere perder más dinero", apunta. Una situación, que para esta destacada fuente, provocará que haya pronto un anuncio de "preacuerdo". 

"No entiendo cómo esto se ha ido de las manos, qué poco control tienen los dos sindicatos más importantes -CCOO y UGT- en las manifestaciones", afirma a este periódico un representante de un sindicato que tiene una de las empresas que subcontrata Navantia. Una afirmación que acompaña acusando a los responsables: "No sé cómo dejan que encabecen esta manifestación cuatro niñatos para que la lien. Era una protesta pacífica, nos acompañaban nuestros hijos, nuestras mujeres... hay que solucionar esto sin vandalismo". Por otro lado, desde Navantia reconocen que las condiciones de los empleados son difíciles, con contrataciones temporales (ya que dependen de los proyectos de obra), con muchas horas a la espalda y en lugares "duros" para trabajar. 

Este miércoles es la cuarta reunión y sobre la mesa está el IPC. Los empresarios piden un IPC pactado con revisión temporal y los sindicatos reclaman un IPC real para asegurarselo siempre en su base salarial. Ambos tendrán que ceder por sus propios intereses. En caso de que haya un acuerdo -que el movimiento estudiantil ya está dinamitando con anuncios de nuevas movilizaciones- el sistema de subcontratación de Navantia seguirá parcheado y el problema estructural de fondo no habrá sido solucionado. De momento, el convenio del metal lo está observando toda España porque "es de los mejores del país" y según lo que se firme "se fijará en el resto de empresas y de industrias de todo el territorio".

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