Negociadores sobre cambio climático vuelven a la mesa con nuevo impulso

  • Los negociadores de un histórico acuerdo de lucha contra el cambio climático volvieron este martes a la mesa en Bonn con un nuevo impulso, después de que los países en desarrollo lograran enmendar el texto en discusión.

El borrador de acuerdo debe ser presentado en la gran conferencia sobre el clima (COP21) de París en diciembre, y supone el primer esfuerzo coordinado a nivel internacional para luchar contra el calentamiento del planeta.

"Hubo un progreso sustancial para corregir los desequilibrios" del texto, aseveró la portavoz del denominado G77, que agrupa a los países en desarrollo y a China, la sudafricana Nozipho Mxakato-Diseko.

La representante de ese grupo de 134 países dio un puñetazo en la mesa el lunes al considerar que el borrador, reducido de 80 a 20 páginas, no reflejaba los intereses de esas naciones en desarrollo.

Tras una jornada de enmiendas, el martes la negociación arrancó con un nuevo texto de 34 páginas. Los negociadores deben cerrar las discusiones de aquí al viernes.

La COP21 de París debe ser inaugurada por jefes de Estado y de gobierno el 3 de noviembre.

"Queremos tener éxito en París, y para tener éxito en París hay que avanzar de aquí al viernes en Bonn", declaró el canciller francés Laurent Fabius, que visitó la sede de las negociaciones.

El forcejeo negociador es clave en esta última recta antes de París porque los objetivos son ambiciosos.

"El hecho que desde el primer día se presentaran enmiendas, que se decidiera tener un nuevo texto y que se hayan creado grupos de trabajo es un signo positivo", añadió Fabius.

Preguntado sobre cuántos temas del borrador espera que estén resueltos cuando se abra la COP21 de París, Fabius respondió: "el mayor número posible, y el texto, lo más corto posible".

La negociadora jefa francesa, que asumirá el timón de la organización de la COP21, Laurence Tubiana, declaró en la misma rueda de prensa: "la capacidad del G77 para presentar enmiendas agrupadas ha sido destacable".

La COP21 quiere limitar el aumento de la temperatura del planeta a un máximo de 2ºC mediante un recorte de las emisiones de gases en las próximas décadas.

También quiere establecer las bases para abandonar paulatinamente las energías de origen fósil (petróleo, carbón) de aquí a 2050, financiar la ayuda a los países en desarrollo, evaluada en 100.000 millones de dólares anuales, y establecer controles mutuos para verificar el cumplimiento de los compromisos.

Los países desarrollados ya han alcanzado en general su cúspide de producción energética, y sus avances tecnológicos les permiten al mismo tiempo buscar alternativas para reducir sus emisiones de gases.

En Bruselas, el comisario encargado de Clima, Miguel Ángel Cañete, recalcó que la Unión Europea ya ha reducido sus emisiones en un 23% entre 1990 y 2014.

El temor que flota en Bonn es que el texto, aún lleno de corchetes, desemboque en una parálisis de las negociaciones.

El último intento de la comunidad internacional para alcanzar un acuerdo tan ambicioso se saldó con un sonoro fracaso, en Copenhague en 2009.

"Está claro que el texto ha sido expandido, pero no está ni de lejos cerca de las más de 180 páginas que teníamos antes de Copenhague", recordó este martes en rueda de prensa un representante de la ONG Christian Aid, Mohamed Adow.

A medida que avanzaba la jornada las reacciones de las partes negociadoras indicaban que se había superado un cierto bache.

"Hemos avanzado en el sentido de que hemos realmente empezado a escucharnos mutuamente" declaró a la AFP el jefe negociador cubano, Pedro Luis Pedroso.

Cuba fue uno de los países que se opuso a un acuerdo en Copenhague hace seis años.

"Tengo mucha confianza, la disciplina es muy importante. No tenemos intención de hinchar excesivamente el texto", aseguró el representante de los Estados Insulares (Aosis), Amjad Abdula.

jz/dmc

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