Nikos Kassimatis, el hombre sin rostro que le debe casi 1.000 millones al fisco griego

  • Un misterioso empresario y contable de Tesalónica tiene el dudoso honor de presidir la llamada 'lista de la vergüenza', el índice de los 4.000 ciudadanos que deben al Estado un total de 15.000 millones de euros en impuestos impagados. Kassimatis asegura que la trama de corrupción salpica al menos a medio centenar de inspectores de Hacienda.
Nadie conoce la apariencia de Nikos Kassimatis, el mayor defraudador de Grecia
Nadie conoce la apariencia de Nikos Kassimatis, el mayor defraudador de Grecia
Newsbie Pics / Flickr
Roberto Arnaz
Roberto Arnaz

Nikos Kassimatis es el hombre del momento en Grecia. Su nombre no deja de alimentar los titulares de la prensa helena desde hace aproximadamente una semana, y eso que  Kassimatis no es un importante político, una estrella del cine o un deportista de élite, sino un estafador confeso y condenado.

Este empresario y contable de Tesalónica tiene el dudoso honor de presidir la llamada 'lista de la vergüenza', el índice de los 4.000 ciudadanos que deben al Estado un total de  15.000 millones de euros en impuestos impagados, un dinero suficiente como para cubrir el pago de bonos que el Gobierno heleno debe afrontar el próximo 20 de marzo.

Sólo Kassimatis, de 57 años, adeuda la friolera de 952 millones de euros al fisco. Sin embargo, casi nadie en el país conoce su rostro, los detalles de cómo se las ingenió para defraudar semejante cantidad de dinero o que se encuentra cumpliendo una condena de 504 años por esta estafa.

La rocambolesca historia de este hombre sin rostro comienza en 1993. Hace casi dos décadas, el misterioso contable comenzó a cimentar las bases del entramado de medio centenar de empresas fantasma con el que durante años defraudó casi 1.000 millones de euros a la Hacienda griega en concepto devoluciones fraudulentas de IVA.

En 2001, la fiscalía anticorrupción destapó la trama de Tesalónica, que incluía sobornos, documentos contables falsificados y cuentas en paraísos fiscales. Cinco personas fueron condenadas.

Cuando, tras tres años de investigación, todos los indicios comenzaban a apuntar a Kassimatis como cabecilla de la trama, decidió evaporarse. Según informa el diario 'Ta Nea', en 2004 escapó de una comisaría de policía en circunstancias poco claras, sólo unas horas antes de acudir a la cita con el juez que debía decidir sobre si ingresaba en prisión preventiva.

Los años siguientes en la vida de Kassimatis parecen sacados del guión de una película mala de espías: se sometió a cirugía estética para modificar su rostro, destruyó su documentación personal, compró una nueva identidad en el mercado negro y consiguió escapar del país.

Nada se supo de él hasta el verano de 2009, cuando sus huellas dactilares le delataron en un control policial rutinario en el puerto de El Pireo, cerca de Atenas. Los agentes portuarios detuvieron a Kassimatis, sobre el que en aquel momento pesaba una orden de busca y captura por 66 condenas en firme, que sumaban un total de 223 años de prisión.

Finalmente, fue condenado a cumplir 504 años 'a la sombra' por una extensa lista de delitos que incluía fraude, falsificación de documentos públicos, estafa o resistencia al arresto.

De cerebro criminal a 'chivato'

Según cuenta el diario on line griego 'Iefimerida', nada más entrar en prisión Nikos Kassimatis accedió a colaborar con la justicia a cambio de una reducción de la pena. Implicó a empresarios, políticos y funcionarios en la trama fraudulenta y explicó cómo compraron hasta 15 cargos públicos –entre ellos varios fiscales y supervisores– a razón de 1,2 millones de euros.  

Además, el empresario de Tesalónica ha amenazado con tirar de la manta y entregar a las autoridades documentos que supuestamente probarían la existencia de una "maquinaria de fraude perfectamente engrasada" en el Ministerio de Hacienda griego que incluiría hasta 50 funcionarios corruptos en una trama multimillonaria que desviaba directamente a sus cuentas entre el 30% y el 40% de las devoluciones fraudulentas de IVA ideadas por Kassimatis.

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