Torra relanza el sistema informático de la Hacienda catalana que frenó Montoro

  • La Generalitat reactiva el despliegue de e-SPRIU, el soporte informático creado para que la Hacienda catalana pudiera recaudar todos los impuestos
Foto Puigdemont Junqueras Hacienda catalana
Foto Puigdemont Junqueras Hacienda catalana

Cuando el Govern de Carles Puigdemont y Oriol Junqueras trazó la hoja de ruta que conduciría a Cataluña a la independencia por la vía del referéndum ciudadano se encontró con un problema operativo de gran calibre: la incapacidad real de la Agencia Tributaria Catalana para digerir los ingentes volúmenes de información fiscal que exigiría la asunción íntegra de la gestión, recaudación y control de todos los impuestos que pagan los contribuyentes catalanes en un ejercicio.

Identificado el problema, la Generalitat se puso manos a la obra para sustituir el caduco sistema G@udí con el que se apañaba para recaudar e intentar controlar sus impuestos propios -apenas el 2% de la recaudación total- por un soporte más sofisticado y con capacidad para gestionar y recaudar no sólo los impuestos propios y los cedidos sino los grandes impuestos de competencia estatal, como el IRPF, el IVA o el Impuesto de Sociedades, como se encargó de recalcar el secretario de Hacienda de la Generalitat, Lluis Salvadó, en la puesta de largo de la herramienta. Así nació el e-SPRIU, acrónimo de servicios y procesos para la relación integral con los usuarios tributarios.

El sistema informático en sí -que se activó hace ahora un año- nunca tuvo nada de ilegal, pero siempre fue observado con desconfianza desde el Ministerio de Hacienda, que no tuvo reparo alguno en deslizar a diestro y siniestro que lo desactivaría -al menos en sus aplicaciones más 'agresivas'- en cuanto trascendió que el Ejecutivo activaría al fin el artículo 155 de la Constitución para tomar las riendas de la situación política y económica en Cataluña-.

Pero el artículo 155 ya no está en vigor y tampoco está Cristóbal Montoro al frente del Ministerio de Hacienda, y la intención de la Generalitat es continuar con el despliegue del sistema e-SPRIU a lo largo de este año 2018, según avanza en el capítulo de retos de futuro de la Memoria de la Agencia Tributaria Catalana del año 2017.

La preocupación del ex ministro de Hacienda debía estar relacionada más con el potencial de la nueva herramienta informática de la Hacienda catalana que con su utilización real, ya que a lo largo de 2017 el e-SPRIU apenas se utilizó para la gestión de dos impuestos propios con un potencial recaudatorio muy limitado en relación a los ingresos totales que maneja la Generalitat: el impuesto propio sobre las bebidas azucaradas y la tasa sobre las estancias turísticas.

Es más, en su declaración ante el juez Ramírez Sunyer, el director de la Agencia Tributaria Catalana (ATC), Eduard Vilà, confesó que ni siquiera con esa nueva herramienta informática la Hacienda catalana estaba preparada en el entorno del 1-0 para asumir la gestión de todos los impuestos de Cataluña y que, en realidad, el nuevo sistema informático se activó para dar soporte al plan de la Generalitat para asumir la relación tributaria con la Hacienda estatal de los ayuntamientos, universidades y otras entidades públicas que se adhirieron al llamado 'Programa Gestoría' del Govern.

Vilà también declaró al juez que durante la aplicación del artículo 155 en Cataluña la Administración catalana continuó, aún bajo el control del Estado, el despliegue del sistema e-SPRIU, dejando entrever que la herramienta no constituía la amenaza que se quería hacer ver.

Los planes de la Generalitat es que de cara a este año 2018 la Agencia Tributaria Catalana también utilice el nuevo sistema para gestionar los pagos fraccionados en el Impuesto de Patrimonio, en un paso más para ir migrando del G@udi al e-SPRIU el grueso de la gestión tributaria.

Seguir con la arquitectura institucional de la Hacienda catalana

El despliegue del sistema informático es solo uno de los ejes en los que la Generalitat tiene intención de avanzar este año para "desarrollar los organismos esenciales para configurar de forma definitiva la arquitectura institucional de una Hacienda catalana que tendrá que ser moderna, orientada al ciudadano y proyectada al futuro".

Con este objetivo reforzará también la red de oficinas territoriales de la Generalitat, anunciada a bombo y platillo en vísperas del 1-0, que implicó la apertura de 14 nuevas oficinas en todo el territorio catalán con un significativo esfuerzo presupuestario, pero que según admite la Agencia Tributaria Catalana en su informe, por las circunstancias que fuera no han conseguido obtener los mismos resultados que los convenios de prestación de servicios con los registradores y con la Agencia Tributaria Estatal. De hecho, el número de liquidaciones gestionado por éstas cayó un 41% y la recaudación obtenida un 51%.

El plan prevé también el desarrollo del controvertido Código Tributario Catalán, que el Gobierno llevó al Constitucional por la dudosa legalidad de alguno de sus artículo como el que permitía a la Generalitat fichar con total libertad a inspectores de Hacienda de la Agencia Tributaria para sentar las bases de la nueva Inspección de Tributos de la ATC. 

Bloqueada esa vía, el Govern catalán ha anunciado que este año convocará 24 nuevas plazas de inspectores de Hacienda y 40 nuevas plazas de técnicos de Hacienda para continuar con el reforzamiento de su Agencia Tributaria propia, venga lo que venga por delante.

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