Una farmacéutica, un viñedo y un hotel. La multinacional Novartis cuenta con una combinación inusual en el entramado de negocios que conforman su Sociedad. La empresa farmacéutica es dueña del hotel cinco estrellas Abadía Retuerta -Le Domaine, que está integrado en una emblemática abadía del siglo XII; y rodeado por un viñedo ubicado en Ribera del Duero, la 'Milla de Oro' vinícola de España. Su prestigio no deja de crecer -al igual que sus ventas- y en su memoria de 2019 ha revisado al alza el valor del inmueble hotelero. El edificio pasó de estar valorado en 8.339.000 euros a 10.364.250, casi dos millones más, por las conclusiones de un estudio independiente. El cambio puede ser de gran ayuda para 'aguantar' el año de la pandemia.
El inmueble es todo un emblema de la compañía y representa más del 25% del total de activos de la Sociedad. El complejo está construido sobre una finca catalogada como Bien de Interés Cultural desde 1931 y solo cuenta con 30 habitaciones para hospedar a sus exclusivos huéspedes. El Grupo Novartis ha apostado por "mantener nuestra posición como uno de los mejores destinos de turismo de experiencias del mundo". Lo logra a través de Refectorio, un restaurante reconocido con una estrella Michelin, y ofrece múltiples facilidades, como un helipuerto, para que la experiencia vacacional supere las expectativas de sus visitantes. Los resultados del grupo en 2019 evidencian el buen sabor de boca que han dejado en los clientes. Su actividad registró un crecimiento del 6% en 2019, un porcentaje que consolida el crecimiento del 114% registrado desde 2013.
La Abadía Retuerta buscar evocar un "momento de lujo sensorial y experiencias globales" en un entorno en el que reina el silencio y la elegancia. El arrojo del grupo por la perfección hasta en el más mínimo detalle le permitió obtener una cifra de negocio de 12.468.907,00 en 2019, en comparación con los 11.767.322 del año anterior.
Llegar a la meta no ha sido fácil. El grupo contaba con más de 119 trabajadores en 2019 y ha elevado el gasto de plantilla. Estas cuentas corresponden al año pre-Covid, ya que el hotel decretó su cierre el 15 de marzo, cuando se anunció el primer estado de alarma, hasta hoy, por lo que los próximos informes pueden no ser tan halagüeños. Aún así, el complejo puede echar mano de su 'colchón' para amortiguar el golpe: el grupo tiene establecido un sistema de cuentas bancarias centralizadas para todas sus sociedades en España, en las que se cargan los intereses correspondientes a los saldos negativos y se remuneran los positivos.
Todavía se desconoce el impacto de la pandemia para el grupo, pero éste no pasará desapercibido. Su facturación proviene de actividades como la venta de vino, los servicios prestados en el hotel y restaurantes, las visitas a las bodegas y la abadía, y las gestiones diversas de contratación, elaboración y desarrollo del proyecto de rehabilitación y construcción del hotel. Todas han tenido que ser suspendidas o restringidas de alguna forma durante el paso de la pandemia por el país.
La joya inmobiliaria de Novartis es una gran fuente de empleo y posee activos que las autoridades han decidido salvaguardar. La Junta de Castilla y León ya otorgó una subvención de 240.646 euros al grupo para la restauración del monasterio Santa María de Retuerta entre los años 1997 y 2000, y el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio realizó en 2008 un desembolso de 89.350 euros para la investigación y el desarrollo del centro, que todavía no se ha agotado.
El Grupo Novartis presume de uno de sus principales activos en un momento muy delicado. Los expertos han justificado la revisión al alza del inmueble tras el estudio del descuento de flujos de caja y las ventas comparables en el sector hotelero en los últimos ejercicios. La Sociedad ha publicado unas cuentas 'sanas', pero el cierre del hotel y de sus instalaciones vinícolas podrá alterar las siguientes. Aún así, el hecho de que los activos y servicios pertenecen al Grupo Novartis, que está controlado por la sociedad española Novartis Farmacéutica S.A., cuya matriz es Novartis AG, constituida en Suiza y que cotiza en las bolsas de Zúrich y Nueva York, aporta un extra de seguridad.
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