La huelga convocada por la Plataforma para la Defensa del Sector del Transporte de Mercancías se extiende ya nueve días y las cadenas de suministro de los supermercados españoles siguen sufriendo para mantener los estantes llenos, sobre todo en lo referido a productos frescos. Aunque desde las asociaciones de supermercados aseguran que el desabastecimiento no se corresponde con el estado actual de sus stocks, los productos frescos son los que más se están resintiendo. La carne, el pescado, los lácteos, la pasta y las legumbres, entre otros, se han convertido en los artículos de más difícil reemplazo.
Desde los supermercados hacen un llamamiento a la calma para evitar una situación similar a la vivida en la semanas inciales de la pandemia, cuando el temor a una carestía en el papel higiénico llevó a agotar estos productos en supermercados de diferentes puntos del país. "No hay un problema de abastecimiento, solo uno de transporte que está localizado", señala la Asociación de Supermercados de la Comunitat Valenciana (ASUCOVA). Un mensaje similar al que traslada Fedepesca, representante de 7.000 establecimientos detallistas de venta de productos pesqueros que, no obstante, admite que la oferta de determinadas especies empieza a escasear y destacan que en A Coruña la venta de producto fresco está "colapsada".
Desde Mercamadrid, nodo logístico para el mercado alimentario de la capital y sus provincias cercanas, el golpe de los transportistas provocó que la semana pasada el volumen de mercancías se quedase en el 61% respecto al movimiento habitual. Sin embargo, la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, destaca que han conseguido a su vez dar salida al "73%" de las existencias respecto a la situación previa a la huelga. "Se parece a una situación cercana a la normalidad, pero no bajamos la guardia", apunta la dirigente madrileña.
La industria perecedera
En este sentido, los productos perecederos son los que, de forma lógica, primero se han resentido por las protestas de los transportistas. El sector cárnico ha sido el último en alzar la voz para denunciar que, la combinación de los precios de los cereales con las dificultades en el suministro, les está conduciendo a "una crisis industrial sin precedentes" que está poniendo "contra las cuerdas hasta a las empresas más solventes", lamenta la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (Anice). Un mensaje en el que incide el secretario general de Unións Agrarias de Galicia, Roberto García, y el presidente de Federación gallega de productores de porcino (Fegapor), José Antonio Vidal, quienes creen que están siendo los "rehenes" de los transportistas por la gestión del Gobierno.
La flota pesquera, que esta semana realizará un día de huelga por el precio de los carburantes, también está sufriendo las consecuencias del paro de los transportistas, que ya avisó de que estaba contra la espada y la pared: o daban salida al pescado que tenían almacenado o deberían comenzar a tirar la mercancía. "La situación varia según las regiones y ciudades, con situaciones de relativa normalidad y otras de más carestía", reseñan desde Fedepesca.
Una perspectiva muy similar a la que ahora se enfrentan la industria láctea. Algunas compañías del sector en Cantabria han empezado a reducir su capacidad de producción por la falta de salida de sus productos. La alarma la lanza el presidente de la Asociación de Industrias Lácteas, Álvaro Ortiz, que asegura que el mayor problema ahora es la falta de suministro material para el envasado, bricks y tapones, que apenas están llegando desde los almacenes de producción y cuyas reservas por partes de las productoras lácteas se están acabando. "Si no se arregla este problema en muy breve plazo de tiempo los ganaderos tendrán que tirar la leche", advierten desde la patronal. Y el poco suministro de los productos esenciales del que están disfrutando, asegura Ortiz, proviene del que proveen aquellos transportistas que gozan de la escolta de la Guardia Civil.
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