Obama promulga acuerdo para elevar el techo deuda y cierra amenaza de mora

  • El presidente Barack Obama promulgó hoy el acuerdo bipartidista que permite la elevación del techo de deuda de Estados Unidos, con lo que concluyeron semanas de pugnas políticas en Washington y se evaporó el fantasma de un cese de pagos sin precedentes en la historia del país.

Jorge A. Bañales

Washington, 2 ago.- El presidente Barack Obama promulgó hoy el acuerdo bipartidista que permite la elevación del techo de deuda de Estados Unidos, con lo que concluyeron semanas de pugnas políticas en Washington y se evaporó el fantasma de un cese de pagos sin precedentes en la historia del país.

Alejado de las cámaras y sin más notificación pública que una sucinta confirmación de la Casa Blanca, Obama promulgó un acuerdo que nadie apoya por completo ni satisface mucho a ningún partido, pero imprescindible para hacer desaparecer la amenaza de bancarrota que se cernía sobre el país a partir de esta medianoche si el Congreso no hubiera dado el visto bueno.

El Senado había aprobado hoy por 74 votos a favor y 26 en contra el acuerdo bipartidista que autoriza el aumento de la deuda estadounidense y evita lo que hubiera sido una cesación de pagos sin precedentes en la historia del país.

Antes del Senado -de mayoría demócrata-, la Cámara de Representantes, de mayoría republicana, ya había aprobado la medida la pasada noche, por 269 votos a favor y 161 en contra.

"Es importante que aprendamos a vivir a la medida de nuestros medios", dijo Obama desde el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca, poco después de la votación en el Senado.

Aunque el acuerdo estipula reducciones de gastos del Gobierno pero no aumentos de impuestos, el mandatario insistió en que a largo plazo se necesita "un enfoque equilibrado, incluida una reforma del código impositivo para que los más ricos paguen su justa contribución".

"No podemos equilibrar el presupuesto pisando sobre la espalda a quienes han soportado lo peor de esta recesión, los trabajadores, los estudiantes, los ancianos", advirtió Obama al señalar que en los próximos meses seguirá "luchando por nuevos empleos, sueldos más altos y un crecimiento más rápido de la economía".

Después de seis semanas de acalorados debates y advertencias sobre las consecuencias catastróficas de la negativa a subir el tope del endeudamiento nacional -hasta ahora de 14,29 billones de dólares-, los mercados reaccionaron casi con indiferencia al acuerdo.

La agencia de calificación de riesgo Fitch indicó pocos minutos después de la votación que el pacto sobre la deuda es conforme a la calificación AAA -excelente- para el riesgo de EE.UU.. Según Fitch, el peligro de que EE.UU. entre en mora es extremadamente limitado.

Hasta último momento antes de que se iniciara la votación en el Senado, el líder de la minoría republicana, Mitch McConnell, sostuvo que el pacto no le agrada mucho y culpó de las pugnas para aprobar este aumento de la deuda al Partido Demócrata y al presidente Obama, que insistieron demasiado en la necesidad de aumentar los impuestos.

En tanto el líder de la mayoría demócrata, Harry Reid reprochó al Partido Republicano de atenerse demasiado a la intransigencia de su ala más derechista, el Tea Party, que insistía en la necesidad de recortar el gasto público a toda costa.

Bajo los términos de lo pactado, la autorización de endeudamiento sube de inmediato en 900.000 millones de dólares, y se añadirán otros 1,5 billones el año próximo. De esta manera Obama consiguió que el asunto no vuelva a aparecer en la puja legislativa hasta después de los comicios presidenciales de noviembre de 2012, en los que el mandatario buscará la reelección.

Como contrapartida se aplicará un plan que garantiza la reducción del gasto en al menos 2,1 billones de dólares en la próxima década.

Así, se aplicarán de inmediato recortes que sumarán casi 1 billón de dólares, mientras un comité bicameral y bipartidista tiene plazo hasta fin de año para identificar otras áreas de gasto del Gobierno, cuya eliminación o reducción bajará otros 1,2 billones de dólares el déficit federal.

Como el arreglo no incluye impuestos a los más ricos y sí posibles recortes a programas sociales ha decepcionado profundamente al ala más progresista del Partido Demócrata y a votantes independientes que respaldaron a Obama cuando en 2008 ganó la Presidencia con las consignas de "Cambio" y "Sí podemos".

En el otro extremo los legisladores allegados al Tea Party, que habían jurado literalmente que no votarían por un aumento de la deuda, se sienten decepcionados con los dirigentes republicanos que apoyaron tal incremento sin asegurarse recortes drásticos en el gasto del Gobierno.

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