Por la elevada inflación

La OCDE critica el tope al gas y la rebaja del IVA y pide ayudas a las rentas bajas

Advierte de que medidas de este tipo pueden servir en el corto plazo para atajar la inflación, pero acaban por generar problemas de escasez a medio o largo plazo y contribuyen a que los precios vuelvan a subir.

Mathias Cormann, secretario general de la OCDE
Mathias Cormann, secretario general de la OCDE
Maud Bernos / OCDE

La Organización que engloba a los países más desarrollados, la OCDE, ha instado a los Gobiernos a dejar a un lado las políticas de subvención de los precios de la energía, que considera insostenibles presupuestariamente e injustas desde el punto de vista social, y les recomienda que centren sus esfuerzos en ayudas destinadas a las rentas más bajas. En un informe publicado este miércoles, la entidad presidida por el australiano Mathias Cormann, ha lanzado una batería de propuestas ante la posibilidad de que el contexto de inflación elevada se mantenga en el tiempo. 

El club que engloba a buena parte de las principales economías del planeta muestra su rechazo por las políticas destinadas a contener los precios energéticos, que iniciaron su rally ya en el verano del año pasado y cuyo avance se aceleró a raíz de la invasión de Ucrania. Advierte la organización de que medidas de este tipo subvencionan los combustibles fósiles, cuando la prioridad debería ser reducir su uso a nivel global para combatir los efectos del cambio climático. Se refiere, en concreto, la OCDE a las medidas de control de los precios o topes por debajo del precio de mercado. Desde el punto de vista de sus expertos estas medidas acaban beneficiando más a quienes más energía consumen, que suelen ser a la vez los grupos que cuentan con más recursos.

Respuestas como estas pueden servir en el corto plazo para atajar la inflación, pero a medio o largo plazo acaban por generar problemas de escasez y contribuyen a que los precios vuelvan a subir. "No permiten que la demanda se ajuste a las restricciones de la oferta, lo que podría exacerbar la escasez de productos básicos y sostener la inflación futura", apunta el documento. No cita el informe expresamente la "excepción ibérica", que pone un tope al gas para generación eléctrica en España y Portugal, pero sí que pone como ejemplo a nuestro país en relación a medidas como la reducción del IVA a la luz y el gas que, a su juicio, alteran la señal de los precios y reducen los ingresos fiscales lo que, con el tiempo, puede elevar los costes presupuestarios.

Ayudas directas a los más vulnerables

La OCDE sostiene que los Gobiernos deben apoyar a las poblaciones vulnerables a través de un respaldo específico a los ingresos, al mismo tiempo que desarrollan fuentes de energía y de transporte alternativos. En contraste con el apoyo a los precios, esas medidas destinadas a respaldar los ingresos (como las transferencias temporales sujetas a la comprobación de recursos) fomentan el ahorro de energía y "proporcionan un salvavidas financiero a los consumidores", añade en su informe. 

Esas ayudas directas en forma de cheques o transferencias a los más vulnerables, pueden suponer un desafío a la hora de administrarlas o implementarlas. "Pero incluso en los países en los que los sistemas de prestaciones sociales son más sofisticados, la focalización efectiva seguiría requiriendo algo más que el simple aumento de las transferencias existentes", señala. Puede ser necesario innovar en los mecanismos de transferencia para garantizar que se llega a los grupos más vulnerables a la crisis provocada por los precios de la energía. Es posible que se necesiten métodos digitales de entrega de transferencias, como los que se utilizaron para llegar a los trabajadores informales en las economías emergentes durante la crisis de la Covid-19.

Apoyo solo a las empresas que ya eran solventes 

En lo que respecta al tejido productivo, la OCDE considera que los gobiernos deben centrarse en las empresas que antes eran solventes pero que sufren problemas de liquidez derivados directamente de la crisis. Esto rebajará el riesgo de mantener con vida a las empresas ineficientes, lo que podría restringir la competencia, frenar el crecimiento de la productividad nacional e incluso distorsionar los mercados internacionales. Este apoyo debe tener una duración limitada "incluso si los costos de la energía siguen siendo altos", puesto que las empresas deberán adaptarse con el tiempo.

Esta situación de precios de la energía persistentemente altos tras la invasión de Ucrania pone de manifiesto que los combustibles fósiles se han convertido en "una fuente de energía menos fiable, lo que genera preocupaciones sobre la seguridad energética, especialmente en Europa", advierte la entidad. En este nuevo contexto geopolítico, recomienda a los Gobiernos explorar a medio plazo las sinergias entre la política climática y la política de seguridad energética para reducir la dependencia de los combustibles fósiles. Así, las intervenciones que atenúan las señales de precios y reducen los incentivos para reducir el uso de energía de origen fósil deben eliminarse gradualmente. 

A la vez, la organización recomienda desarrollar bien la respuesta al impacto que la crisis de precios tiene en los hogares y acelerar el desarrollo de fuentes alternativas de energía. Un ejemplo de lo anterior sería apoyar las mejoras en la eficiencia energética y asegurar que las redes e infraestructuras se adaptan a tecnologías de cero emisiones. Con el tiempo, invertir en capacidades para que los usuarios de energía adapten su consumo y cambien a combustibles alternativos "debería ser una prioridad común" para las políticas climáticas, energéticas y sociales, zanja el informe.

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