Prevé una recuperación más suave que el Gobierno

La OCDE 'suaviza' el golpe para España y mejora al 5,7% el crecimiento del país

El organismo internacional sitúa a la economía española entre las que sufrirán daños más prolongados por los efectos de la pandemia y pide acelerar la vacunación y más ayudas directas al tejido empresarial.

HANDOUT - 14 December 2020, France, Paris: OECD's Secretary General Angel Gurria delivers a speech during a ceremony marking the 60th anniversary of the creation of the Organisation for Economic Co-operation and Development (OECD) at its headquarters in Paris. Photo: Dario Pignatelli/EU Council/dpa - ATTENTION: editorial use only and only if the credit mentioned above is referenced in full (Foto de ARCHIVO) 14/12/2020 ONLY FOR USE IN SPAIN
La OCDE 'suaviza' el golpe para España y mejora al 5,7% el crecimiento del país,. 
DPA vía Europa Press

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha incrementado en siete décimas su previsión del crecimiento del producto interior bruto (PIB) de España para 2021, hasta situarlo en el 5,7% - aún muy por debajo del 9,8% que figura en la previsión del Gobierno-, según se desprende de la actualización de marzo de su informe 'Perspectiva Económica', publicado este martes.  El organismo presidido por Ángel Gurría también ha mejorado en ocho décimas su expectativa de crecimiento de la economía española para 2022, de forma que ahora esperan que crezca un 4,8%, frente al 4% que preveían hace solo un trimestre.

La OCDE ha incorporado de esta forma a su cuadro de previsiones el efecto de la resistencia demostrada por la economía española en la segunda y la tercera ola del virus, en que las medidas de contención y restricción a la actividad se han modulado más que en el primer embate de la Covid-19 y eso se ha traducido en un mejor rendimiento de la economía doméstica, que incluso eludió la recaída en el cuarto trimestre del año en contra del pronóstico general y de lo que ocurrió en el resto de grandes economía del euro. La OCDE se une así a la mejora generalizada de las expectativas sobre España que se ha apreciado en las últimas semanas y que se ha filtrado a las previsiones del consenso de los analistas y de la Comisión Europea.

Esa mejora de las previsiones no alcanza, sin embargo, para avalar el optimismo del Gobierno, que a día de hoy continúa manteniendo su previsión oficial de crecimiento para 2021 en el 9,8% - pese a que la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, hace semanas ya que sólo habla del 7,2% de la llamada previsión inercial - y su expectativa de recuperar el PIB anterior a la crisis a lo largo de 2022. La OCDE es bastante más pesimista respecto a la duración de los daños de la pandemia sobre la economía española. Un demoledor cuadro publicado en su último informe de perspectivas sitúa a España, junto a otros países como India, Indonesia o Argentina, dentro del grupo de economías que sufrirán daños más prolongados en su Producto Interior Bruto por el efecto de la pandemia.

La proyección de los analistas de la OCDE es que al cierre del año 2022 la economía española aún estará cinco puntos porcentuales por debajo del PIB potencial que el organismo le atribuía en noviembre de 2019, en tanto que el daño para Francia estará en torno a los dos puntos porcentuales y en Italia y Alemania ya prácticamente se habrá absorbido por completo. De entre las grandes economías europeas, la OCDE solo prevé un deterioro similar en el caso de Gran Bretaña, que al impacto de la Covid le debe añadir el pernicioso efecto a corto plazo del Brexit.

Es probable que buena parte de ese lastre venga del desplome experimentado por la economía de España en 2020, en que su PIB cayó un 11%, más que en ninguna otra economía avanzada. Esta caída, de hecho, es la mayor de entre todas las economías del G20. Por detrás se situaron Argentina, con una caída del 10,5%, y Reino Unido, con el 9,9%. La parte positiva es que la mejora en las perspectivas de España es la más elevada en comparación con los países de su entorno. Para el conjunto de la zona euro, la OCDE ha situado en el 3,9% el crecimiento para 2021, tres décimas más que su previsión anterior, mientras que la estimación para 2022 se ha situado en el 3,8%, cinco décimas más.

Por países, la OCDE ha empeorado las previsiones de Italia y Francia para 2021 en dos y una décima, respectivamente. De esta forma, el crecimiento del PIB italiano será del 4,1%, mientras que el del francés alcanzará el 5,9%. En el caso de Alemania, la OCDE espera un alza del PIB del 3%, dos décimas más. Con respecto a los datos para 2022, la previsión es que Italia crezca un 4% (ocho décimas más que la estimación anterior), que Francia lo haga un 3,8% (cinco décimas más) y que Alemania se eleve un 3,7% (cuatro décimas más). Para el conjunto de la eurozona, la OCDE ha estimado un incremento del PIB del 3,8% durante el año que viene, cinco décimas más.

Acelerar la vacunación...y las reformas

El título del último informe de la OCDE es 'Fortalecimiento de la recuperación: la necesidad de velocidad' y su orientación parece dar por controlada la fase más agresiva del coronavirus para desplazar el foco a las medidas necesarias para que la economía mundial alcance velocidad de crucero. Y en ese desafío pone especial hincapié en que las grandes economías del mundo, y especialmente las europeas, aceleren sus procesos de vacunación para incrementar la percepción de seguridad de la ciudadanía e impulsar así un repunte de la demanda de bienes y servicios.

El organismo internacional también ha instado a los gobiernos de todos los países a seguir empleando la política fiscal para prestar apoyo a los trabajadores, empresas y sectores más afectados por la pandemia. En este sentido, aboga por actuar en tres frentes: acelerando los planes de gasto previsto, como el Fondo Next Generation EU - del que España espera recibir 140.000 millones de euros -; impulsando planes nacionales de ayudas directas a las empresas y recapitalización para las pymes más afectadas por la crisis; e invirtiendo en digitalización y planes de transición energética.

El organismo internacional aboga también por preservar el gasto público orientado a proteger las rentas de las personas más golpeadas por la crisis y a no olvidar la realización de reformas estructurales para optimizar el impacto de los planes de inversión pública.

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