Nuevo golpe de la OCDE a Sánchez: rebaja el crecimiento dos décimas para este año

  • En su informe semestral de perspectivas publicado este jueves, la OCDE se muestra más pesimista que el Gobierno, que confía en mantener la progresión.
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EFE

Nuevo golpe a Pedro Sánchez. Como era previsible, el último informe de previsiones de la OCDE constata que la economía española se está ralentizando más de lo que los analistas del organismo habían calculado en mayo y rebaja sus previsiones de crecimiento dos décimas para este año, hasta el 2%, más o menos en sintonía con lo previsto por el Gobierno (2,1%). Lo preocupante es que de cara a 2020 el organismo es sensiblemente más pesimista sobre España y no solo reduce en tres décimas su previsión del pasado mes de mayo, hasta el 1,6%, sino que espera un desempeño bastante más modesto de la economía española que las previsiones gubernamentales: 1,8%. Con todo, es más optimista que la Comisión Europea que dejó su expectativa sobre el crecimiento de España en 2020 en el 1,5%.

Pese a todo, la evolución de España será una vez más mejor que la media de la eurozona, que crecerá un 1,2% este año y un 1,1% el próximo. También será mejor que la de los tres grandes países de la zona euro: Alemania, Francia e Italia. Para 2021, la expectativa de la OCDE es que el crecimiento en España se mantenga en el 1,6% en un contexto en que el consumo privado será el principal vector de progresión, aunque también experimentará una ralentización en su incremento (del 1,8% el próximo ejercicio al 1,3% el siguiente).

Esa ralentización está en relación directa con una menor creación del empleo que conducirá a una reducción muy modesta de la tasa de paro: pasará del 14,2% en 2019 al 14,1% en 2020 y al 13,6% en 2021.

Sobre la inversión de las empresas 

En cuanto a la inversión de las empresas, está siendo menos dinámica que en el pasado (crece al 2,8% este año después de haberlo hecho al 5,3% en 2018) pero va a persistir en un ritmo de crucero importante a la vista del alto nivel de utilización de las capacidades productivas y por las favorables condiciones de financiación con los bajos tipos de interés.

Según la OCDE, el comercio exterior tendrá un impacto negativo de cinco décimas sobre el producto interior bruto (PIB) en 2020 ante la debilidad de los mercados de exportación y el dinamismo de las importaciones. Volverá a repuntar al 3,6% en 2020 para decaer al 3% en 2021.

La OCDE se refiere en su documento a la incertidumbre política, que genera dudas sobre cuál va a ser la evolución fiscal y de las finanzas públicas. Y como prevé que la deuda pública siga a un nivel "elevado" -únicamente bajará del 96,6% del PIB en 2019 al 96,2% en 2021-, insiste en que hacen falta más esfuerzos estructurales para una reducción duradera.

A ese respecto, hace notar que las mejoras recientes en las finanzas públicas no se han debido a la acción gubernamental sino que hay que atribuirlas mayormente a "unas condiciones macroeconómicas favorables". Los autores del informe consideran que para elevar el crecimiento potencial el elemento fundamental es aumentar la productividad, y eso pasa por mejorar la formación de la mano de obra, la competencia y la innovación.

Sobre el primer punto, recomiendan formar a los trabajadores con menores capacitaciones para aumentar sus perspectivas laborales y reducir las desigualdades. Proponen unificar la asistencia laboral y los servicios sociales para los desempleados y dar formación digital a las personas con menor nivel educativo y con bajos ingresos, los mismos cuyos empleos corren más riesgo a causa de la automatización.

La cuenta pendiente de las reformas estructurales 

El diagnóstico de la OCDE, que subraya la persistencia de los desequilibrios presupuestarios y de un elevado nivel de endeudamiento -que prevé su mantenimiento en el entorno del 96% del PIB en el próximo trienio (el nivel permitido por Bruselas es el 60% del PIB), apunta a que España solo podrá salir de esta situación a golpe de reformas estructurales que mejoren la productividad de su economía y le permitan elevar su potencial de crecimiento.

En este sentido, el organismo internacional incide un año más en la urgencia de actuar sobre el mercado de trabajo, donde lleva años advirtiendo una falta de aprovechamiento de sus capacidades, singularmente entre los parados con baja formación.

La OCDE recomienda la puesta en marcha de planes de recapacitación en competencias digitales en ese segmento, la dinamización de las políticas activas de empleo y la coordinación de éstas con el esquema de ayudas sociales públicas para dar un mayor apoyo en la búsqueda de empleo. Los analistas del organismo entienden que actuar ahí es esencial no solo para impulsar la productividad de la economía española sino para reducir el problema de la desigualdad en España, que hasta ahora el Gobierno ha intentado abordar por la vía salarial, con la subida del SMI.

En plena controversia en el campo del debate territorial en España, la OCDE vuelve a llamar la atención sobre la necesidad de avanzar en la configuración de un verdadero mercado único en España, como cauce para generar auténticas economías de escala y aprovechar toda la capacidad del tejido productivo doméstico.

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