División en el equipo económico del Partido Popular. Pablo Casado ha dado plenos poderes a Daniel Lacalle -que será diputado al ir de número 4 en la lista por Madrid- para perfilar el discurso económico del partido conservador de cara al 28-A y éste ha asumido el papel con todas las consecuencias, ejerciendo como el principal ariete de los populares en debates y entrevistas en medios de comunicación, y agitando el debate económico con planteamientos de rebajas masivas de impuestos y eventuales recortes de pensiones que han escandalizado tanto a sus rivales, como han creado inquietud a nivel interno.
La última polémica, centrada en un asunto tan delicado y tan crítico para las expectativas electorales de los populares como las prestaciones de los pensionistas -recordó que el debate al respecto en toda Europa no era cuánto se revalorizan las pensiones, sino si se recortan un 20%, un 30% o un 40%- no solo ha abierto un flanco sencillo para que los rivales políticos del PP cuestionen su compromiso con el sistema público de pensiones, sino que también ha hecho saltar todas las alarmas y ha animado al ala más moderada del pensamiento económico del partido a pedir a Pablo Casado que tome cartas en el asunto e impida que el nuevo 'gurú' económico del partido comprometa las expectativas del PP el 28-A, según han asegurado a La Información distintas fuentes del partido.
El esfuerzo realizado por Lacalle para matizar a posteriori las interpretaciones, a su juicio malintencionadas, realizadas de sus palabras no han impedido que afloren las voces discordantes en el seno del PP. Había mar de fondo. Sus propuestas y la forma en la que las está trasladando a la sociedad están generando una incomodidad manifiesta entre los integrantes del ala más moderada de la candidatura popular, que critican la ligereza con la que habla el nuevo dirigente de Génova. También se pueden escuchar comentarios no precisamente afables entre integrantes del antiguo Gobierno de Rajoy, ahora defenestrado.
Daniel Lacalle se ha convertido por encima de otras personalidades con más trayectoria en el partido como Alberto Nadal o Isabel García Tejerina en el asesor de cabecera de Casado y, por extensión, del PP. Instruye al presidente, según cuentan en Génova, y ha pilotado junto a Javier Fernández Lasquetty la transición del programa económico hacia los territorios más liberales, que han sustentado el ideario económico del PP pero que siempre se han modulado en su discurso público.
El alma económica partida del PP
El 'pack fiscal' ofertado por Pablo Casado, con la reducción del tipo máximo del IRPF al mínimo histórico del 40%, la rebaja del tipo de Sociedades al 20% y la eliminación de los impuestos de Patrimonio, Sucesiones y Donaciones y Actos Jurídicos Documentados, que aportan en torno a 5.000 millones de euros anuales a las arcas de las autonomías, no tiene parangón en los programas electorales del PP y ha llevado la tradicional apuesta popular por las rebajas de impuestos a otro nivel.
"Es lo que siempre ha defendido el Partido Popular", reivindica uno de los representantes más conspicuos de ese alma liberal del PP. "Fomentar el desarrollo económico a través de la libertad de actuación de los agentes económicos y reducir el peso del aparato del Estado. ¿Que tiene más que ver con las ideas de Luis de Guindos que con las que defendía Cristóbal Montoro y que no siempre ha sido el planteamiento que más se ha aplicado en el partido? Es cierto. Pero esas propuestas siempre han estado ahí y están en línea con lo que siempre ha planteado Faes, por ejemplo".
No todos en el PP están de acuerdo con ese análisis. Las críticas se refieren, esencialmente, a algunas de sus "ocurrencias" -según la definición de los cargos populares consultados- como la defensa de que las rebajas de impuestos, por agresivas que sean, "se financian por sí mismas" o la polémica que ha rodeado a sus comentarios sobre el sistema de pensiones. Las fuentes consultadas entienden que ese tipo de afirmaciones alejan al PP de su electorado más centrado y pueden despertar desconfianza entre los electores.
Dentro del área económica del partido algunos afean que se haya pasado del 'nadalismo' -por el singular peso sobre las políticas económicas del PP de los hermanos Nadal, Álvaro (ex ministro de Energía) y Alberto (ex secretario de Estado de Presupuestos) -, caracterizado por un relato liberal y un reseñable intervencionismo del Estado; al liberalismo más puro, planteando cuestiones como someter a revisión todos los impuestos del sistema fiscal para ver cuáles se puede eliminar.
La opinión de los pesos pesados del 'marianismo'
En el antiguo equipo económico del PP tampoco hay buena sintonía con Lacalle en este momento. Los Montoro, Báñez o Nadal colaboraron en su día con él, cuando actuaba de asesor externo del Gobierno de Rajoy. Durante los últimos años ha visitado a los diferentes ministros del área económica en sus despachos para conversar con ellos y transmitir en diferentes medios de comunicación las medidas en las que venía trabajando el Gobierno. "Era nuestra prolongación en algunas televisiones", explica un exministro del marianismo.
Pero la relación hoy es diferente. Entre estos pesos pesados tampoco gusta que ahora Lacalle vaya vendiendo una rebaja de impuestos radical que no deja en muy buen lugar a un Gobierno que estaba en el poder hace apenas diez meses. Creen que el nuevo cerebro económico de Casado debería moderar sus propuestas y ser menos agresivo.
Estos exministros son partidarios de enfocar la campaña electoral de otra forma e insistir durante las próximas semanas en el legado que ha dejado el PP en España durante los dos periodos en los que han gobernado. Consideran que sería conveniente dejar a un lado promesas que podrían convertirse en inalcanzables si llegan a La Moncloa. Son comentarios, sin embargo, 'soto vocce' y que realizan en privado, ya que la actual cúpula de Génova no cuenta con ellos y les ha sacado de las listas.
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