Deterioro significativo

La OIT alerta del efecto de la subida de tipos en el empleo del cuatro trimestre

Las perspectivas para el mercado de trabajo son muy inciertas por la elevada inflación, las restricciones en política monetaria, el aumento de la carga de la deuda y la disminución de la confianza de los consumidores.

Gilbert F. Houngbo, director General de la OIT
Gilbert F. Houngbo, director General de la OIT
Jean-Pierre Pouteau / ILO (OIT)

La subida de los tipos de interés por parte de los principales bancos centrales del mundo es uno de los factores que más va a contribuir al deterioro significativo del empleo que, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), va a producirse lo que resta de año. El organismo advierte de que las perspectivas para el mercado de trabajo son muy inciertas, y de que el riesgo de que su situación empeore es cada vez mayor, en particular debido a los efectos de la elevada inflación, las restricciones en materia de política monetaria para hacerle frente, el aumento de la carga de la deuda y la disminución de la confianza de los consumidores.

En un informe publicado esta semana la OIT explica que, pese a que, por lo general, es necesario un cierto periodo de tiempo para que una desaceleración económica o una recesión den lugar a una reducción del nivel de empleo y acaben generando un aumento del paro, los datos reflejan cómo ha comenzado a producirse ya un frenazo en el mercado de trabajo. Tanto, que el organismo prevé una gran disminución del nivel de empleo a escala mundial a lo largo de este trimestre. 

Los grandes emisores mundiales han acelerado las subidas de tipos para contrarrestar una inflación galopante. El Banco Central Europeo (BCE) los ha situado en el 2%, su nivel más elevado desde 2009, después de subirlos en octubre por tercer mes consecutivo. La Reserva Federal estadounidense, que se reúne entre hoy y mañana, podría elevarlos por cuarto mes consecutivo en tres cuartos de punto para situar la tasa de referencia en un rango entre el 3,75% y el 4%. Sus movimientos, han obligado a otros bancos centrales de países desarrollados y en desarrollo ha replicar también las subidas para evitar un desplome de sus monedas, con el consiguiente efecto restrictivo para sus economías. 

Si a comienzos del año la recuperación de la cantidad de horas trabajada era "alentadora" tras el zarpazo de la pandemia, esta tendencia no se ha mantenido, de forma que persisten diferencias amplias entre regiones y grupos de ingresos. Según sus estimaciones, entre julio y septiembre la cantidad de horas de trabajo fue un 1,5% inferior al nivel registrado en el cuarto trimestre de 2019 (antes de que estallase la crisis de la covid). Según la OIT, esta situación sería equiparable a un déficit de 40 millones empleos a tiempo completo. La organización también lamenta que los avances logrados para disminuir la brecha de género en esa variable (las mujeres acaban reduciéndose jornada en mayor medida para cuidar a menores o dependientes a su cargo) podrían revertirse debido a la disminución del ritmo de recuperación.

Otro efecto que preocupa al organismo capitaneado por Gilbert F. Houngbo es que la situación de los trabajadores altamente cualificados (directivos, profesionales y técnicos y profesionales conexos) en el segundo trimestre había mejorado más que la de los profesionales de cualificación baja o media, en particular en los sectores de los servicios y las ventas, que mantienen cifras peores que la registrada en el mismo trimestre de 2019, antes de la covid. Al mismo tiempo, la OIT prevé que en el conjunto del ejercicio actual el empleo informal aumente al mismo ritmo que el formal, lo que pondría en riesgo la lenta pero ininterrumpida tendencia a la formalización constatada en los últimos 15 años.

Ayudas a los vulnerables e intervención de los precios públicos

El hecho de que se hayan concatenado e incluso superpuesto varias crisis (la de la covid, la rotura de las cadenas de suministro, la inflacionaria, la energética, la guerra en Ucrania...) aumenta el riesgo de que se produzca una nueva "recesión de gran alcance en el mercado de trabajo a escala mundial", advierte la organización. Esto requiere una evaluación al detalle de las prioridades políticas para abordar no solo la inflación, sino también su incidencia más amplia en las empresas, la creación de empleo y la calidad del mismo, así como en el nivel de pobreza.

El conjunto de instrumentos políticos necesarios para afrontar una coyuntura de este tipo debería ampliarse, según la OIT, a través del diálogo social. En concreto, el organismo recomienda una intervenciones para fijar el precio de los bienes públicos; la reasignación de los beneficios imprevistos; mayores garantías de ingresos en el marco de los programas de protección social; el aumento de las ayudas para garantizar los ingresos y mantener el poder adquisitivo de las rentas del trabajo; y la focalización de la ayuda en las personas y las empresas más vulnerables.

Por último, la Organización Internacional del Trabajo hace una mención especial a la situación de Ucrania. Con objeto de impulsar el mercado de trabajo en el país  y brindar ayuda a las personas afectadas por el actual conflicto, pide incidir en la promoción del empleo decente y de la protección social, en particular en el marco del debate en curso sobre reconstrucción del país. "También es necesario fortalecer las medidas de integración de los refugiados ucranianos en el mercado de trabajo", recalca.

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