Once premios nobel de la paz piden a putin la libertad de los activistas de greenpeace detenidos en el ártico


Un total de 11 galardonados con el Premio Nobel de la Paz han enviado una carta conjunta al presidente de Rusia, Vladimir Putin, en la que le piden que se libere a los 28 activistas de Greenpeace y el fotógrafo y cámara independientes detenidos en el Ártico.

Estas 30 personas fueron arrestadas el pasado 19 de septiembre por las fuerzas especiales rusas después de que trataran de encadenarse ante una plataforma petrolífera de Gazprom, en aguas del mar de Barents, en el Ártico. Los detenidos están acusados formalmente de piratería y se enfrentan a penas de hasta 15 años de cárcel.
Los autores de la misiva son las norirlandesas Betty Williams y Mairead Corrigan (ganadoras del Nobel en 1976), el argentino Adolfo Pérez Esquivel (1980), el sudafricano Desmond Tutu (1984), el costarricense Óscar Arias (1987), la guatemalteca Rigoberta Menchú (1992), el timorense José Ramos-Horta (1996), la estadounidense Jody Williams (1997), la iraní Sirin Ebadi (2003) y la liberiana Leymah Gbowee y la yemení Tawakkul Karman (2011), según informó este jueves Greenpeace.
En su carta, los ganadores del Nobel de la Paz urgen a Putin "a hacer todo lo que esté en su poder para asegurar que los desproporcionados cargos de piratería contra los 28 activistas de Greenpeace, el fotógrafo y el cámara independientes sean retirados y que cualquier acusación sea consistente con las leyes rusas e internacionales".
Los firmantes describen al Ártico como “un precioso tesoro de la humanidad” y muestran su apoyo a los esfuerzos para proteger el alto Ártico de las perforaciones petrolíferas y del cambio climático.
"Realizar perforaciones petrolíferas es una actividad peligrosa y arriesgada. Un vertido de petróleo en estas aguas heladas tendría unos efectos catastróficos en uno de los paisajes más limpios, únicos y maravillosos del planeta. El impacto de un vertido en las comunidades que viven en el Ártico y sobre las ya vulnerables especies de la zona sería devastador y duradero”, señalan.
Añaden que “los riesgos de este tipo de accidentes están siempre presentes y los planes de respuesta de la industria del petróleo siguen siendo totalmente insuficientes. Igualmente importante es la contribución de la extracción de petróleo del Ártico al cambio climático”.
“El cambio climático en el Ártico y en otros lugares nos amenaza a todos, pero son los más vulnerables de este mundo los que están pagando el precio por el fracaso en la actuación de los países desarrollados”, subrayan.

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