Supone el 10% del empleo nacional

Pandemia mortal para la agricultura española: faltan 150.000 temporeros

  • Los agricultores se quejan de que "los trabajadores extranjeros no pueden venir y se quedarán millones de toneladas de frutas y verduras sin recoger".
Inmigrantes trabajan de temporeros en España. / EFE
Inmigrantes trabajan de temporeros en España. / EFE

“Los espárragos de abril para mí, los de mayo para el amo y los de junio para el burro”. Así dice el refranero español respecto al fruto que ahora se encuentra en plena campaña. Pero este año de la pandemia del Covid-19 se corre el serio riesgo de que no haya espárragos ni en abril, ni en mayo... ni en junio. Lodosa, la 'zona cero' del espárrago en Navarra, producto con denominación de origen. Jesús Martínez 'Perón' tiene una conservera y 30 hectáreas de plantación de espárrago. En estos momentos debería de estar en plena producción, pero "entre lo del coronavirus y otras cosas, estamos a medio gas. No hay temporeros extranjeros y la gente de aquí no quiere trabajar en el campo. Nosotros hemos mandado cinco cartas a la Seguridad Social pidiendo trabajadores y hemos recibido la callada por respuesta. Estamos a medio gas, con 10 o 12 trabajadores, cuando necesitaríamos el doble, pero no hay manera de conseguirlos. Hacemos lo que podemos, pero si esto sigue así se quedará mucho espárrago en el campo".

Las palabras de este agricultor navarro reflejan perfectamente el 'drama' que está viviendo el campo español en plena situación de alarma por la pandemia del Covid-19. Para situarnos sobre la magnitud del problema, el sector agroalimentario supone el 8% del PIB nacional, unos 1.300 millones de euros y el 10% del empleo, alrededor de 1,9 millones de trabajadores. Ahora, en plena campaña del espárrago o la fresa y a punto de comenzar la de la fruta de hueso, como la cereza, por ejemplo, no hay mano de obra disponible para la agricultura española, que en estas semanas suele emplear a unas 300.000 personas, y faltan entre 100.000 y 150.000. "Si esto no se soluciona rápidamente se pueden quedar en el campo sin recoger millones de toneladas de frutas y verduras. Ésta sí que es una situación de emergencia nacional", repiten las organizaciones agrarias, desde UPA a COAG, pasando por ASAJA. 

Y es que el coronavirus ha paralizado también los viajes de los temporeros que venían a España a recoger las cosechas. El propio ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, considera que el campo necesita con urgencia entre 100.000 y 150.000 trabajadores para las próximas semanas y asegura que está estudiando con las organizaciones agrarias, las comunidades autónomas y el Ministerio de Trabajo qué medidas adoptar para encontrar una "solución" al problema. Desde Lodosa (Navarra), 'Perón' dice que "son palabras vacías, no creo para nada las palabras del ministro. No saben lo que es el campo. No son conscientes de la situación desesperada que vivimos". 

Las restricciones de movilidad han propiciado que los trabajadores de Marruecos, Bulgaria o Rumanía no puedan venir a España a recoger la cosecha, pero además está el problema de cómo hacer, con esas restricciones de movilidad, que los temporeros que ya estaban en España antes del cierre de las fronteras puedan llegar al campo a realizar su labor.  Un problema que no es solo de España sino de toda la UE. Francia necesita 200.000 temporeros, Alemania 270.000, Italia 200.000... "Tenemos que buscar una solución a las necesidades de España y de la lucha contra el coronavirus", ha dicho Planas. "Habrá que buscar soluciones imaginativas", ha añadido. Y es que los ministerios de Agricultura y Trabajo barajan la posibilidad de que el campo contrate a personas de otros sectores que se han quedado en paro y han sufrido ERTEs como consecuencia de la crisis del coronavirus. "Una posible solución sería la contratación de trabajadores del entorno local, personas que en estos momentos se encuentren sin ocupación y que podrían colaborar en estas tareas", se piensa en Agricultura.

Desde las organizaciones agrarias se advierte que "además de pérdidas millonarias irreparables", se puede producir cierto desabastecimiento en el mercado "de frutas y verduras" porque "el producto se quedará en el campo sin recoger". COAG cifra en "un 60% la mano de obra que tenemos cubierta en el campo español para las próximas semanas y meses. Nos falta un 40% aproximadamente". Incluso, hasta la Comisión Europea ha pedido a España y a otros países de gran producción agrícola de la UE abrir las fronteras para que los trabajadores temporales puedan cruzar y provocar la menor alteración posible en la cadena de suministro, así como evitar afectaciones en las jornadas laborales de otros empleados que deben cruzar límites territoriales para hacer su trabajo. El Gobierno comunitario dijo este lunes que los países miembros de la Unión Europea deberían permitir el tránsito de miles de trabajadores temporales que trabajan en el sector de la agricultura, y que se les considere como "trabajadores esenciales", a pesar de sus medidas nacionales para contener el Covid-19.

Incluso, Philippe Binard, delegado general de la Asociación Europea de Productos Frescos, ha asegurado que que la falta de mano de obra amenazaba la producción de suministros, sobre todo en España, como el mayor productor de frutas y verduras de Europa. Y es que, con la llegada de la primavera, comienza la campaña del espárrago y la fresa  y la de la cereza, albaricoque, melocotón, nectarina... Y todavía no ha finalizado la de los cítricos, como naranjas, mandarinas, caquis, limones...

A modo de ejemplo, hasta esta semana solo habían entrado en España unos 7.000 de los 16.000 temporeros marroquíes, principalmente mujeres, que se esperaban para la recogida de fresas y frutos rojos en Huelva. "El 60% de la mano de obra que necesitamos para la campaña de la fresa  se ha quedado allí en Marruecos, ya que el pasado día 12 se cerraron las fronteras con aquel país. Tampoco han podido venir los trabajadores de Rumanía y de Bulgaria por lo que la situación es crítica", explica Manuel Piedra, Secretario general de UPA en Huelva. 

En otra zona de 'huerta' por excelencia, en Murcia, Pedro García, de COAG, explica la difícil situación del campo por la pandemia: "Tenemos que 'esclarecer' ya los frutales y aplicarles los tratamientos necesarios y no encontramos trabajadores. Ni de aquí ni de fuera. Hay mucho miedo al contagio, lo que es lógico. Los de fuera de España no pueden venir y los trabajadores locales tienen muchas dificultades para desplazarse, ya que solo puede ir un ocupante por cada vehículo y eso impide a muchas personas acudir a trabajar".

En Aragón se necesitan, por ejemplo, 16.000 trabajadores para la campaña de la fruta de hueso que comienza en pocas semanas. Un invierno benigno ha dejado la fruta temprana a punto de maduración y se inician ya los los trabajos de aclareo de la producción de verano. Así, el secretario general de UPA Aragón, José Manuel Roche, explica que "para estas labores requerimos unos 15.000 temporeros. El 95 % de ellos vienen siempre de fuera de España. Necesitamos esos trabajadores para desarrollar una actividad básica: suministrar alimentos a población".

En este sentido, UAGA-COAG, la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Aragón, se ha posicionado pidiendo una solución similar a la que puede plantearse desde el Gobierno central. "Que el servicio de empleo promueva entre los trabajadores afectados por ERES y ERTES la posibilidad de trabajar en el sector agrario. Hay que hacer una apuesta decidida por la valorización de los trabajos del campo, fomentando la difusión de este nicho de mercado laboral entre las personas en situación de paro o entre los jóvenes que buscan un primer empleo".

Por último, los agricultores aragoneses y a ello se les suma 'Perón' el agricultor y conservero navarro, proponen otra solución, aunque ésta puede ser mucho más polémica: "Una legalización provisional de aquellos extranjeros empadronados en nuestros municipios que no tienen regularizada la documentación para trabajar, como se hizo con anterioridad con personas procedentes de países con conflictos bélicos". El campo español va de crisis en crisis. Si hace unas semanas salió a las calles en defensa de un sector acosado por los bajos precios de los productos en origen, ahora, este mismo campo no tiene quién lo recoja.

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