
Los agentes sociales renuncian a renovar en lo poco que queda de año el IV Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva, que caduca el día 31 de diciembre. Se trata del AENC, el marco plurianual en el que se encajan, entre otras cuestiones, las subidas salariales recomendadas para los convenios. "No es el momento de abordar este asunto", coinciden desde ambos flancos del diálogo bipartito. Según ha podido saber La Información, representantes de la patronal y de los sindicatos, a petición de estos últimos, se han reunido en 'petit comité' para abordar este tema y explorar si existen posibilidades de negociar un quinto pacto. La resolución del discreto encuentro es la siguiente: en cualquier caso, no se va a hablar de esto hasta 2021.
El pasado miércoles, los segundos de abordo de CCOO, UGT y CEOE mantuvieron una reunión que no trascendió a los medios de comunicación. Fuentes conocedoras de este encuentro detallan que fueron los sindicatos los que pidieron la cita por escrito. La patronal accedió y se sentaron a hablar. Las organizaciones sindicales iban con ánimos de "calentar el ambiente". Las partes son sabedoras de que una negociación del calado del AENC requiere meses (el último se cerró tras más de medio año de conversaciones) y es imposible de abordar en lo poco que queda de 2020, pero los sindicatos querían, al menos, hacer una evaluación del IV AENC, explorar las oportunidades de llegar a un nuevo acuerdo y, sobre todo, poner sobre la mesa el quid de la cuestión: qué esperar de los salarios el próximo año.

"Esto no se va a hablar mientras dure la pandemia". Es la conclusión que sacaron los sindicatos. La patronal se plantó ante las pretensiones de CCOO y UGT y aseguró que la cuestión salarial es "imposible" de abordar en un momento como el actual en el que las empresas están ahogadas por la Covid. Los empresarios se ven incapaces de aterrizar una cifra que sirva de guía a los convenios cuando hay sectores que están absolutamente hundidos, como los dependientes del turismo, otros que están experimentando una recuperación muy lenta (y que podrían recaer en cualquier momento) y otros cuya supervivencia va a depender en gran medida de los fondos europeos... En definitiva, la situación del tejido productivo es asimétrica e incierta e impide generalizar una recomendación en materia salarial.
Independientemente de esta diferenciación sectorial, las fuentes consultadas aseguran que la patronal habló en términos de "moderación", "congelación" e incluso "rebaja" salarial en un escenario de crisis y deflación. Otras fuentes indican que lo que pidió el interlocutor de la CEOE fue que la cuestión de los sueldos se aborde "empresa por empresa y sector por sector" y siempre en función del ciclo económico. Los sindicatos, por su parte, se abrieron a que las nóminas permanezcan congeladas allá donde no puedan mejorarse por la situación económica de la empresa, pero pidieron a la patronal que se estudie con detenimiento en qué compañías y sectores hay margen y en cuáles no, para, a partir de ahí, acudir de la mano a la Administración para solicitar ayudas para las empresas que las necesiten.
La patronal habló en términos de "rebaja" salarial y los sindicatos se abrieron a la "congelación"
El tema de los sueldos no es baladí. Se trata, de hecho, del caballo de batalla de la negociación. El IV AENC, con vigencia 2018-2020, planteaba mejoras salariales anuales en el entorno del 2%, susceptibles de elevarse en hasta un punto porcentual ligado a conceptos como la evolución de la productividad, los resultados empresariales y el nivel de absentismo laboral. Mientras en el conjunto del año pasado los aumentos se situaron dentro de esta horquilla, especialmente por el tirón al alza de los convenios suscritos en el ámbito superior a la empresa, en este ejercicio los incrementos se han moderado por debajo del 2% y se han ido reduciendo drásticamente por los efectos de la crisis de la Covid-19, tal y como recogen los nuevos convenios firmados.
14.000 euros por convenio
Desde el gabinete económico de CCOO vaticinan que los incrementos salariales se van a seguir reduciendo en los convenios firmados en los meses venideros, si bien adelantan que el impacto en el cómputo total del año será mínimo, pues el grueso de los convenios ya estaban pactados con anterioridad, con efectos plurianuales. Según sus cálculos, los efectos del empeoramiento de las expectativas con motivo de la pandemia, por tanto, no se dejarán sentir en los registros hasta 2021, cuando la subida salarial media pactada en los convenios podría quedarse más cerca del 1% que del 2%. Aunque se asume este desplome por el empeoramiento, hay un objetivo al que los sindicatos no renuncian, y es a alcanzar un salario mínimo en convenio de 14.000 euros anuales (14 pagas de 1.000 euros).
El compromiso del salario mínimo en convenio de 1.000 euros también se recogió en el IV AENC, pero en ese acuerdo no solo se hablaba de sueldos. Se abordaba la ultraactividad de los convenios, apostando por saltarse la limitación de un año de vigencia tras su llegada a término que introdujo la reforma laboral de 2012; se adoptaban medidas de flexibilidad destinadas al mantenimiento del empleo, favoreciendo alternativas al despido, mediante la adaptación de jornada; se fomentaba el contrato de relevo para el traslado de conocimiento, rejuvenecimiento de plantillas, mejora de productividad y creación de empleo estable; se instaba a desarrollar medidas integrales para favorecer la igualdad laboral y salarial entre hombres y mujeres; y se abrían a modificaciones normativas en la subcontratación de obras y servicios, entre otros asuntos (formación, absentismo, jubilación...).

La patronal está dispuesta a hablar, cuando toque, de todos estos asuntos, pero se niega en rotundo a echar el lazo a la cuestión salarial en plena pandemia. Y eso mismo le van a trasladar al Gobierno cuando arranque la mesa de negociación para la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en 2021. La intención del Ministerio de Trabajo es seguir avanzando hacia la meta del 60% del salario medio (unos 1.200 euros) a lo largo de la legislatura, desde los 950 euros actuales. Este objetivo es compartido por los sindicatos, aunque ya asumen que la crisis económica provocada por la pandemia va a retrasarlo más de lo que sería deseable y en privado admiten que aceptarían que el SMI aún no alcanzara los 1.000 euros en 2021.
Entre tanto, y negociación sobre 'riders' mediante, patronal y sindicatos deben abordar con Trabajo los retoques a la reforma laboral del PP. La intención de la ministra Yolanda Díaz es sacar, antes de que acabe el año, una ley que modifique la estructura, el ámbito temporal y las condiciones de inaplicación de la negociación colectiva, así como los mecanismos de contratación y subcontratación empresarial. La idea es recuperar la prioridad del convenio sectorial y la ultraactividad y limitar la subcontratación a servicios especializados que no constituyan la actividad principal de la empresa. Todo, una vez salvadas las diferencias con el área económica del Gobierno, partidaria de avanzar hacia el denominado Estatuto de los Trabajadores del siglo XXI y no poner el foco en la derogación de la legislación vigente.
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