En la última década

La cotización de las rentas altas crece tres veces más que su futura pensión

La base máxima está en 4.707 euros y afecta a los que ganan más de 49.000 euros. UP no quiere que suban esas prestaciones y Escrivá cree que no hacerlo quebraría el principio proporcionalidad contributiva. 

El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá.
Escrivá defiende subir las bases máximas, pero también aumentar las pensiones altas.
EP

El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, guarda entre sus numerosas cartas para salvar un sistema de pensiones deficitario el incremento de las bases máximas de cotización, que son las que pagan las rentas más altas, que no ven reflejado 'su esfuerzo' en su futura pensión, que no crece al mismo ritmo que lo que aportan mensualmente a la Seguridad Social.

La iniciativa de Escrivá, que ya utilizó antes la ex ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, Magdalena Valerio, no es demasiado arriesgada, no genera muchos más gastos y sí bastantes más ingresos, y puede ser uno de los 'salvavidas' del sistema de la Seguridad Social en un contexto en el que los sindicatos y el socio de Gobierno, Unidas Podemos, frenan los cambios profundos y propugnan otros que suponen incremento de gasto. 

Sin subidas de las pensiones máximas más allá del Índice de Precios al Consumo (IPC), en el mejor de los casos, son los beneficiarios de rentas de trabajo elevadas los que más retrasan el retiro para no perder nivel adquisitivo, por lo que la jugada es perfecta. Además Escrivá tiene una justificación: los más 'ricos' tienen más calidad de vida, viven más y cobran más tiempo su pensión.

El principal problema es que los mayores aportes no se vean reflejados en la pensión, un asunto contrario al principio de proporcionalidad contributiva, que presupone que la prestación es equitativa a las cantidades aportadas al sistema público, así como a la duración de la cotización a lo largo de toda la vida laboral. 

En la última década, las prestaciones máximas -664.710 pensionistas perciben más 2.600 euros en 14 pagas- han pasado de 2.497 euros, en 2010, a los 2.707 actuales, un 8,5% más. Mientras, las bases máximas, estaban en 2020 en 3.198 euros y en 4.070 euros en 2021, lo que supone un incremento de 27,27%, tres veces más que lo que ha crecido la nómina de las pensiones altas. Por las bases máximas cotizan en torno al 14% de los afiliados.

La cotización de los trabajadores a la Seguridad Social se destina a pagar las futuras pensiones. Mientras los empleados ceden un 4,7%, la empresa aportan un 23,6%, en total 28,3%. La aportación está vinculada a la base de cotización, que tiene un tope mínimo y otro máximo. Subir el límite máximo o definitivamente destoparlo supondría un incremento muy importante de ingresos, que además vendría de las rentas altas, tal y como quiere Unidas Podemos.

La pensión media bruta de jubilación en España es de 1.184 euros, que se abona en 14 pagas, mientras la base de cotización media de los españoles se sitúa en 22.900 euros anuales, que dividido en 14 nóminas, son 1.637 euros. De esta cantidad, el 28,3% es lo que se paga a la Seguridad Social, es decir 14 abonos de 462 euros. Mientras, la pensión máxima, de 2.707 euros, en 14 pagas, tiene una base de cotización de 48.800 euros, que en 14 pagas supone 3.488 euros y un aporte de 14 abonos de 947 euros.

Actualmente la base máxima se sitúa en los 4.070,10 euros mensuales. Según los datos Unidas Podemos, destoparlas sin que se incremente las pensiones más altas reportaría unos ingresos del 0,6% del Producto Interior Bruto (PIB), es decir, de cerca de 7.600 millones de euros. 

Tanto Escrivá, como el sindicato Unión General de Trabajadores (UGT), se han desmarcado de las propuesta de la formación morada, que pretende que suban las aportaciones de los sueldos más altos sin nada a cambio. El ministro y el sindicato consideran que ir en esa dirección supondría quebrar el principio de proporcionalidad contributiva.

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