El Banco de España es tajante: el actual escenario demográfico demanda reformas de calado para reforzar la sostenibilidad social y financiera de las pensiones. El progresivo envejecimiento de la población española plantea retos de gran calibre para el sistema a medio y largo plazo y el supervisor ha querido bajar al ruedo para entrar de lleno en el debate, en un momento en el que la reforma de 2013 ha quedado suspendida y su retoque va a ser clave en la próxima legislatura. Su receta pasa por elevar los incentivos para retrasar la edad de jubilación más allá de los 65 años, en línea con lo que plantean formaciones políticas como el PP y Vox.
El retraso progresivo de la edad de jubilación hasta los 67 años va a provocar que los trabajadores que quieran retirarse a partir del próximo 1 de enero con el 100% de la pensión deberán tener ya cumplidos los 65 años y 10 meses. El BdE calcula que ese aplazamiento tiene un efecto positivo, pero todavía moderado, y recomienda a los responsables de diseñar la próxima reforma del sistema que introduzcan más y mejores incentivos para las personas que quieran permanecer en activo más allá de la edad legal de jubilación. Una opción que existe pero que a día de hoy, a su juicio, no está lo suficientemente incentivada.
El resultado de las simulaciones de la Dirección General de Economía y Estadística del Banco es claro: el sistema de las pensiones, tal y como está diseñado en la actualidad, no ofrece incentivos a los trabajadores que quieran permanecer en activo más allá de los 65 años. En términos de rentabilidad, el sistema genera un rendimiento real esperado por encima del 2% para un cotizante con una larga carrera (39 años) que se retira a los 65, y posponer la edad de jubilación no supone un mayor retorno. Al contrario, a partir de los 65, la rentabilidad se estanca.
En base a ese diagnóstico, el BdE considera deseable explorar "opciones" que permitan mejorar los incentivos de aquellas personas que quieran alargar sus vidas laborales, tal y como desveló ayer el director general de Economía y Estadística, Óscar Arce, durante una jornada sobre previsión social organizada por EY y Mapfre. El responsable del organismo invitó a la sociedad española a abrir un debate sobre la sostenibilidad del sistema. "Una vez que se decida el nivel de pensiones que queremos mantener, se podrán fijar los mecanismos sobre cómo financiarlo", dijo.
Aunque no entró a valorar propuestas políticas, su planteamiento se alineó con las iniciativas recogidas en los programas electorales del PP y Vox para contribuir a la solución del problema de las pensiones. Ambas formaciones plantean incentivos a la jubilación tardía, con iniciativas similares que también recoge Ciudadanos y que no comparten otros partidos como el PSOE o Unidas Podemos. El bloque de la izquierda del arco parlamentario que está negociando un gobierno de coalición centra sus recetas en garantizar el poder adquisitivo de los jubilados, ligando las pensiones al IPC y blindándolas en la Constitución. El BdE ya ha advertido de lo que eso cuesta.
¿Qué dicen los programas?
Los populares apuestan por facilitar la prolongación de la vida laboral más allá de los 65 años mediante la compatibilidad de la pensión con una actividad profesional, así como por ofrecer incentivos fiscales a quienes quieran continuar trabajando sin cobrar la pensión de jubilación. El partido de Santiago Abascal, por su parte, aboga por la libertad en la edad de jubilación una vez alcanzada la mínima exigible y por mayores incentivos al retraso de la misma, así como por la mejora de la compatibilidad de la pensión de jubilación con actividades laborales. Mientras, Ciudadanos propone premiar a quienes retrasan voluntariamente su retiro y están en la línea de garantizar que sea compatible trabajar con percibir el 100% de la pensión.
Aunque los socialistas no han recogido propuestas en este sentido en los sucesivos programas electorales, el Gobierno de Pedro Sánchez planteó a principios de este año retrasar la edad efectiva de jubilación hasta los 65,5 años (ahora está ligeramente por encima de los 64 años), y precisamente matizó que esta cuestión debía ir acompañada de una reflexión profunda sobre la tasa de reemplazo, sobre los incentivos a la continuidad en el mercado de trabajo y sobre la introducción de marcos flexibles entre actividad y jubilación.
Hipotecas inversas y cuentas nocionales
En paralelo a la propuesta de incentivar el retiro tardío, el BdE invita a bancos y aseguradoras a invertir mayores esfuerzos en diseñar productos atractivos y accesibles para mejorar la capacidad financiera de los jubilados. Arce recordó que la tasa de vivienda en propiedad en los mayores supera el 80% e hizo referencia a productos como las hipotecas inversas, una forma de convertir la vivienda en propiedad en dinero para la jubilación a través de préstamos (normalmente por un tercio del valor del inmueble) que pueden cobrarse de golpe o en forma de renta mensual, de manera que su beneficiario no pierde la propiedad de su casa, que pasa junto con la deuda contraída a manos de sus herederos, quienes decidirán si la venden para saldar el crédito.
En definitiva, el Banco de España considera necesario evaluar la posibilidad de ampliar el abanico de opciones, dentro y fuera del sistema, para mejorar la capacidad financiera de los mayores. En este sentido, Arce se refirió al sistema de cuentas nocionales y aunque aseguró que "no son una panacea que vaya a resolver todos los problemas", sí consideró que podría ayudar significativamente a construir un modelo más transparente y previsible.
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios