La tasa de reemplazo ronda el 80%

La pensión de jubilación crece tres veces más que los salarios en la última década

Cuatro de cada diez trabajadores cobran menos que un jubilado medio y apenas dos afiliados mantienen una prestación contributiva. Cada pensionista recibe 1,7 euros de prestación por cada euro aportado.

Yolanda Díaz, Escrivá, Isabel Rodríguez
Díaz y Escrivá trabajan en reformas que contribuirán a la sostenibilidad del sistema.
Europa Press

La reforma de pensiones diseñada por el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, ha incluido en el primer paquete acordado la subida de las prestaciones de acuerdo al Índice de Precios al Consumo (IPC) todos los años. Esto propiciará que los jubilados y demás pensionistas no pierdan poder adquisitivo, pero también que siga aumentando la brecha entre sueldos de los trabajadores, que suben anualmente mayoritariamente por debajo de la inflación, y las prestaciones contributivas.

Las estadísticas de salarios del Instituto Nacional de Estadística (INE) y las de pensiones de la Seguridad Social muestran que mientras el sueldo medio aumentó un 10,7% entre la última década y pensión media de jubilación lo hizo un 30%. En 2011, la retribución mensual de los trabajadores se situaba en 1.841 euros y diez años más tarde apenas superaban los 2.000 -2.038,75-. Por su parte, las prestaciones por retiro han aumentado de 923 euros a 1.196 euros en el mismo periodo de tiempo. Mientras, el Decil de salarios mensuales del empleo principal del INE muestra que un 40% de los trabajadores cobra menos que un jubilado medio.

El mantenimiento del sistema de reparto de las pensiones está basado en las cotizaciones de trabajadores y en el número de ocupados, pero el actual mercado laboral, con altas tasas de desempleo, hace prácticamente imposible sostenerlo y de ahí la necesidad de una reforma profunda que garantice las prestaciones futuras. En un contexto en el que la nómina de las pensiones seguirá creciendo, por la revalorización anual; el mayor número de pensionistas por la entrada en el sistema de la generación del 'baby boom', la más numerosa; y por las prestaciones de las nuevas altas cada vez más elevadas, las opciones son retiros más tardíos, la entrada masiva de trabajadores migrantes o un aumento importante de las cotizaciones.

Apenas dos cotizantes sostienen el pago de la nómina de un pensionista, con provincias como Lugo y Ourense en las que un ocupado mantiene a un jubilado

Mientras, pese a que en el mes de diciembre se consiguió un máximo histórico de afiliados, 19.842.427 personas, el número de pensionistas no para de crecer y y se situó en 9.916.966, lo que supone que apenas dos cotizantes sostienen el pago de la nómina de un pensionista, con provincias como Lugo y Ourense en las que solo un ocupado mantiene una prestación contributiva. Existe el convencimiento entre los pensionistas, según reflejaba una reciente encuesta realizada por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), de que las pensiones son poco generosas, pero la tasa de reemplazo neta del 80% -el porcentaje de ingresos en la jubilación respecto a los ingresos previos como trabajadores en activo- son las espléndidas de Europa.

El sondeo de CIS mostraba que siete de cada diez mayores de 65 años están convencidos de que las nóminas tras el retiro son menores o mucho menores que lo que se ha aportado a la Seguridad Social durante toda su vida laboral, aunque esa percepción también era mayoritaria en el resto de edades. Esas opiniones contrastan con los informes publicados por Fedea y el Banco de España en los que se deja constancia que las pensiones, que se cobran durante más de dos décadas, son muy superiores en su cuantía, entre un 32% y 75%, a las aportaciones realizadas a contingencia comunes. 

El Banco de España, en su informe 'Una estimación del rendimiento financiero del sistema de pensiones', destaca que en términos de Coste por Pensión Unitaria (CPU), "el sistema otorgaría, de media, en torno a 1,7 euros de prestación por cada euro aportado", con diferencias importantes dependiendo de las clases de pensión. Así, las jubilaciones anticipadas, aquellas se producen antes de la edad ordinaria de retiro y que se caracterizan por largas carreras de jubilación -más de 40 años- y bases reguladoras elevadas, 550 euros más que las jubilaciones tras los 65, obtienen casi un 1,4 euros por cada uno de los aportados y a pesar de que sus prestaciones en la vejez son mucho mayores que la media.

Los pensionistas cobran cerca de dos décadas de media la pensión, lo que supone cinco años más de lo que han contribuido para pagar su prestación

Por su parte, los ciudadanos que abandonan el mercado laboral a la edad ordinaria obtienen casi el doble de lo aportado al sistema, mientras las demoradas voluntariamente y las procedente de la jubilación parcial perciben una plus ligeramente inferior a la que se produce a los 65 años o más. Según los cálculos de Miguel Ángel García Díaz, exdirector de Ordenación de la Seguridad Social y que participó en la reforma de pensiones de 2013, recogidos en un estudio de Fedea, los pensionistas cobran cerca de dos décadas de media la pensión, lo que supone cinco años más de lo que han contribuido para pagar su prestación, que se completará con las aportaciones de otros trabajadores, gracias al sistema de reparto. 

Las futuras reformas que se hagan en el sistema contribuirán en buena medida a garantizar las prestaciones, pero el escenario avanzado en diferentes estudios no resulta nada alentador. El gasto en pensiones se triplicará en tres décadas incluso con las reformas previstas, apenas habrá 1,5 ciudadanos en edad de trabajar por cada pensionista y con las pensiones subiendo al ritmo de la inflación durante los próximos 30 años -1,8% de media anual-, con alzas promedio del PIB del 1,4% entre 2020 y 2050 y con una tasa de paro de 7% en este último año -la mitad que la actual-, serán necesarios 450.000 millones para hacer frente a la nómina de las pensiones tres veces superior a la actual.

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