Cara A y B de los jubilados en España

La encrucijada de los pensionistas: "O vives en pareja... o al comedor social"

Antonio tiene 73 años y un alquiler que se come el 40% de su renta. Si no viviera en pareja acabaría en un  comedor social. Vicenta tiene 90 años y cobra 1.900 euros, tras 54 años cotizados.

Pensionistas vascos se manifiestan
Pensionistas vascos se manifiestan
EFE

El Ministerio de Trabajo y Economía Social registra más de nueve millones de pensiones contributivas del sistema de la Seguridad Socia en toda España. Antonio recibe una de ellas. Tiene 73 años, pero las cuentas al final de mes le recuerdan a sus veinte: "O vives en pareja o acabas en el comedor social". El pensionista afronta el alquiler de un piso a medias en Aranjuez -"Madrid se ha vuelto prohibitivo"- que se come cerca del 40% de su renta. Con todo, dice sentirse afortunado. "Tengo amigos que están sosteniendo a sus hijos en ERTE con pensiones iguales o más bajas que la mía"

Las medidas para evitar el descalabro de las economías domésticas -y la quiebra de cientos de empresas-bajo el yugo de la crisis sanitaria han dejado a las arcas públicas hambrientas de liquidez. Así lo admitió la titular de Hacienda y portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, al comienzo de noviembre, cuando anunció la aprobación de un crédito de 6.000 millones que diera oxígeno a la Seguridad Social. Ya entonces, Montero explicó que las ayudas del Gobierno para aliviar a las compañías, por ejemplo, con la exoneración de cotizaciones sociales, habían derivado en "una necesidad de financiación de la Seguridad Social". Para Montero, esta última inyección permitiría remendar esa red de seguridad -particularmente las pensiones- , para que "nadie quede atrás".  

El caso de Antonio, miembro de la Fundación 26 de Diciembre, y de otros tantos como él, reflejan que la precariedad no es solo pasar hambre . El pensionista fue testigo y protagonista del final de una etapa. "Antes de jubilarme, trabajaba como portero de fincas urbanas". Vivió en sus propias carnes la sustitución del hombre por la máquina. Casi de la noche a la mañana. "Llegó un momento en que, cuando un compañero se jubilaba, dejaban de ponerle un sustituto". Los interfonos acabaron con las expectativas laborales de los conserjes de principios de siglo. La Covid ha sido sólo la puntilla de unos años en los que, según Antonio, cada vez cuesta más llenar el carro de la compra. 

Hacienda embargará el 'aguinaldo' a 75.000 pensionistas

El virus ha aplanado la curva del aumento de gasto de la Seguridad Social en pensiones. Desde el inicio de la crisis sanitaria, se ha recortado el total de pensionistas en España en cerca de 40.000 personas. El mayor 'tijeretazo' lo sufren los jubilados, que ocupan el mayor volumen. El último balance de la cartera de José Luis Escrivá enfrenta las 330.931 pensiones dadas de alta hasta septiembre de 2020 a las 354.247 que causaron baja en dicho periodo. Viudas y jubilados, con un descenso del 16,5% y del 13,9%, respectivamente, acaparan el mayor recorte, coincidiendo con los grupos que presentan edades más avanzadas y, por tanto, donde la Covid aumenta su letalidad.

Esa caída histórica en el gasto público en pensiones del 0,3%, no librará a los pensionistas del recorte. La Seguridad Social retendrá la 'extra' de Navidad a unos 75.000 pensionistas que tienen deudas pendientes con Hacienda. La medida ya se venía aplicando a los nuevos pensionistas. Ahora, se ejecutará también sobre el resto, además de sobre cualquier otro ciudadano. El Gobierno cerrará el grifo del aguinaldo... y de las pagas extra que vengan detrás hasta saldar las deudas. Sólo aquellos pensionistas que no lleguen al Salario Mínimo Interprofesional (SMI) se librarán de un cargo, que podrá retener hasta el 90% para rentas que excedan a un quinto SMI.

Antonio se encuentra en el grupo de 'afortunados' que recibiría el extra con deudas o sin ellas. Una navaja de doble filo, que le recuerda que no llega al SMI. "Mi pensión es de las medias, ronda los 800 euros". Vive en la misma paradoja que sufren los recién graduados. "Si quisiera ir a uno de los comedores de ayuda a los pensionistas, probablemente no podría, dado que mi pensión no es mínima". Como tantos sistemas de becas, este que relata Antonio también tiene lagunas. "Muchas ayudas solo miran el importe total de la pensión, no los gastos. Muchos jubilados tienen la casa pagada, pero yo debo hacer frente a un alquiler. También al agua, la luz...". La alternativa a la vida en pareja a los setenta sigue siendo, como a los veinte, la dependencia paterna, en su caso, la del Estado.  

Aunque el IPC sigue cayendo (al -0,8% el pasado noviembre), la caída de los precios de bienes básicos como los alimentos queda compensada por la subida de la luz. Los alquileres tampoco ceden. "Vivo con mi pareja, también pensionista, en Aranjuez, porque los precios que exigen los arrendadores en la capital son imposibles". Tras una vida trabajando, son muchos los pensionistas que ven su independencia en la cuerda floja.

Al otro lado de la balanza está Vicenta. Acaba de cumplir los 90 años y recibe una renta por jubilación de 1.900 euros. A final de mes, recibe los 300 euros que la Seguridad Social le ingresa por viudedad y cobra otros 1.600, el fruto de todos sus años cotizados. Más de medio siglo, 54 años a pie de pizarra, desde que, con 17 años, dio su primera clase. Su marido trabajó en la banca, ejerciendo por toda España. Desde Zamora hasta Las Palmas. Fue en aquella ciudad castellana donde, por consejo del delegado de enseñanza, se incorporó a una mutualidad del gremio dirigida a los funcionarios de Magisterio Nacional. 

Después de varios años cotizando por esta vía, el resultado fue residual porque "la mutualidad se echó a perder". Según recuerda Vicenta, le quedó lo que había cotizado en la Seguridad Social. "Al final me jubilé con la máxima pensión porque he trabajado lo máximo que se exigía". Pese a las dificultades de su tiempo, la maestra es la cara más amable del sistema de pensiones, la de aquellos jubilados cuyos ingresos les permiten disfrutar de sus años de retiro y que pueden dirigir todas sus fuerzas a luchar contra un enemigo que ahora acusan más que nunca: la soledad.

Antonio y Vicenta son las dos caras de la jubilación en España, cuya media se sitúa en los 1.146 euros mensuales. A la cabeza, País Vasco y Asturias, con rentas que rondan los 1.400 euros de media. A la cola, Galicia y Extremadura, donde la pensión promedio no llega a los mil. Diga lo que diga el IPC, Antonio asegura que, desde el confinamiento, cuesta más llenar la cesta de la compra. "Si no entraran dos pensiones en casa, me vería abocado al comedor social". El espíritu de lucha de toda una generación resuena en las palabras con que el jubilado cierra la entrevista: "Me siento afortunado cuando pienso qué país va a dejarles este virus a los jóvenes. Nosotros hemos vivido, ellos van a necesitar todo el coraje para salir a flote".

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