Pensiones privadas: cuatro alternativas para conseguir una jubilación digna

  • ¿Suscribir un plan de pensiones privado? El Gobierno ha abierto el debate sobre cómo asegurarnos una jubilación digna. En el mercado hay un puñado de buenas fórmulas para conseguir el objetivo.
¿Tienen los diputados y senadores un plan de pensiones privado?
¿Tienen los diputados y senadores un plan de pensiones privado?
Enrique Utrera

En comparación con la media de las grandes economías europeas, España ahorra muy poco para la jubilación. Según distintos estudios, sólo lo hacen cuatro de cada diez españoles. Al mismo tiempo, la población envejece a toda velocidad y el impacto de la crisis en las arcas públicas cuestiona sobremanera que el sistema de pensiones pueda sobrevivir muchos más años con el sistema actual.

En realidad todo el sistema está en revisión. Lo está la edad de jubilación, lo está el número de años que computan para el cálculo de las pensiones y lo debería estar también el modelo con el que los españoles pueden garantizarse una calidad de vida razonable después de la jubilación.

Para los que tienen capacidad de ahorro, es la hora de elegir. Hay cuatro posibilidades básicas: los planes de pensiones, los planes de previsión asegurados, los planes individuales de ahorro sistemático (PIAS) y los fondos de inversión.

No hay una vía de dirección única para conseguir el objetivo. Antes de tomar una decisión hay que tener en cuenta la edad y la capacidad de ahorro, las ventajas fiscales, la liquidez, las cantidades máximas que podemos aportar y las rentabilidades y el riesgo que queremos asumir. "Hasta ahora se ha ahorrado pensando en las ventajas fiscales y en el corto plazo. Pero el debate sobre las pensiones nos obliga a preguntarnos qué rentabilidad futura le vamos a exigir a nuestras inversiones", asegura Belén Alarcón, de Abante Asesores. Estas son las claves para una buena elección:

-Las cifras. Los planes de pensiones son el principal vehículo de ahorro para la jubilación. Gestionan un patrimonio de alrededor de 85.000 millones de euros al cierre de 2009 y cuentan con casi 10,7 millones de partícipes.

El impacto de la crisis se ha dejado ver con toda la intensidad en los últimos tres años. Tanto que en ese plazo los planes de pensiones de renta fija mixta, renta variable mixta y renta variable pura presentan rentabilidades negativas.Sin embargo, a quince años ninguna familia de fondos arroja números rojos. La rentabilidad media es del 4,56%, una cifra moderada que demuestra la importancia de elegir bien el producto en el que depositamos nuestros dinero.

-La fiscalidad, decisiva. El principal atractivo de los planes de pensiones es el fiscal. Y aún así, este incentivo es mucho menos interesante desde que se suprimió la exención del 40% sobre el importe rescatado por los ahorradores.

En cualquier caso, la aportación máxima de 10.000 euros hasta los 50 años, y de 12.500 a partir de estad edad permite reducir la factura de la declaración de la renta de cada año. "La fiscalidad en el momento del rescate asusta muchísimo. Hay que introducir modificaciones para que quienes cobren meses a mes tributen de forma reducida", explica Jorge Sanz, máximo responsable de banca privada de Atlas Capital.

La misma fiscalidad rige para los planes de previsión asegurados (PPA). En realidad son seguros de vida dirigidos a los inversores muy conservadores que no quieran arriesgar un solo céntimo de su ahorro. A diferencia de los planes de pensiones, la rentabilidad del producto está fijada de antemano.Favorable es también la fiscalidad de los planes individuales de ahorro sistemático (PIAS), también en la modalidad de seguros. Los beneficios que generan no tributan si se han obtenido en un plazo superior a los diez años y se cobran bajo la fórmula renta vitalicia. ¿Quién pierde en la comparativa fiscal? Los denominados fondos de ciclo de vida. Se trata de fondos de inversión que se ajustan a los plazos y necesidades de inversión de los futuros jubiladas. Como cualquier otro fondo no gozan de deducción fiscal.

-La liquidez. Poder recuperar el ahorro en caso de apuro es la obsesión de muchos ahorradores. Los planes de pensiones y los PPA no pueden rescatarse hasta la jubilación salvo en casos de enfermedad grave, situación de desempleo prologada o fallecimiento. En el caso de los PIAS, el rescate de las aportaciones antes de diez años supone la pérdida de todas las ventajas fiscales. Es en este punto donde los fondos de inversión ganan la batalla: se pueden vender cuando se desee.

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