Las pérdidas de 120 millones de TAP agravan la tensión con el Gobierno luso

  • Según la prensa portuguesa, los malos resultados empresariales de la aerolínea estatal han llevado al límite la relación con su principal accionista.
Primer A330-900 de TAP Air Portugal
Primer A330-900 de TAP Air Portugal
AIRBUS

La tensa relación entre el Gobierno del socialista António Costa y los socios privados de la aerolínea TAP (cuyo principal accionista es el Estado luso) está al límite tras los malos resultados del primer semestre presentados por la compañía, asegura el semanario luso Expresso.

Según la publicación, las pérdidas de 119,7 millones de euros durante los seis primeros meses del año, presentadas este viernes por el Grupo TAP, que incluye a la aerolínea, suponen un punto álgido de la ya complicada relación entre las partes, y puede llevar incluso a explorar la llegada de nuevos socios para la empresa.

"Había una perspectiva de que este sería un año diferente para TAP", dice el semanario, de que "la sucesión de malos resultados fuese una página superada", pero los números rojos cambian totalmente el paisaje.

TAP, cuyo 50% está en manos del Estado luso, en tanto que otro 45% lo ostenta el consorcio Gateway y el 5% restante los empleados, registró en los primeros seis meses de este año unas pérdidas de 119,7 millones de euros, cifra que supera las pérdidas de todo 2018 (118 millones de euros).

Comparado con el primer semestre de 2018, en el que el grupo perdió 90 millones, la situación se vuelve aún más delicada entre el Ejecutivo y los socios que conforman Gateway, el empresario portugués Humberto Pedrosa (una de las mayores fortunas del país) y el brasileño-estadounidense David Neeleman (dueño de la aerolínea Azul).

Tanto, apunta Expresso, como para plantearse incluso buscar otros socios para la TAP. "Hace algún tiempo que en los bastidores del sector de la aviación y financiero hay piezas de ajedrez que se mueven para encontrar un nuevo socio", afirma la publicación, que apunta a la alemana Lufthansa y la estadounidense United Airlines como opciones.

La tensión entre el Gobierno portugués y TAP escaló el pasado junio, cuando se supo que la aerolínea había entregado premios económicos a un grupo de trabajadores a pesar de haber registrado pérdidas millonarias durante 2018.

El malestar fue tal que el Ministerio de Infraestructuras apuntó entonces en un comunicado que se había producido una "ruptura de la relación de confianza entre la Comisión Ejecutiva y el mayor accionista de TAP, el Estado portugués".

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