¿Qué es el período de carencia y cómo se aplica en las hipotecas?

Fotografía de una hipoteca.
Fotografía de una hipoteca.
Pxhere.

La hipoteca es una de las principales cargas económicas que acompañan a muchas personas durante gran parte de su vida, de media los españoles tardan 23 y 7 meses en pagar este tipo de préstamos. Durante ese período la situación financiera de las familias no siempre será estable y pueden existir problemas o imprevistos que dificulten el pago de las de las mensualidades de la hipoteca. Para aliviar esta situación existe una opción que, aunque es solo temporal, puede moderar los gastos para facilitar llegar a fin de mes, es el denominado período de carencia.

El período de carencia es un tiempo durante el cual no se abonan al banco las mensualidades correspondientes a la hipoteca o solo se abona una parte, por ejemplo, los intereses. Así, se puede solicitar la carencia total o parcial, que durará según lo pactado, aunque suele oscilar entre unos meses y hasta 5 años.

Para poder acceder a esta opción debe aparecer en el contrato, en el que se especificarán las condiciones de esta carencia. Aunque también existe la posibilidad de solicitarlo a la entidad bancaria, que tomará la decisión en función de diferentes factores, entre otros, la entidad tendrá en cuenta la situación económica. No obstante, hay que tener en cuenta que el banco puede rechazar esta opción.

En caso de que decida conceder un período de carencia, y de que no estuviese estipulado en el contrato previamente, hay que tener en cuenta que implica un cambio en las condiciones del préstamo y que, por tanto, se produce una novación. Esta operación supone un gasto que debe asumir el cliente.

Una vez aceptada esta opción el cliente verá reducidas sus cuotas hipotecarias durante el período acordado. Esta es la principal ventaja, ya que quienes lo solicitan se encuentran en una situación desfavorable en el aspecto económico y la carencia implica un alivio en los gastos. Además, la carencia permite un ‘parón’, parcial o total, que si lo hiciese sin previo acuerdo implicaría sanciones por impago.

Desventajas

Sin embargo, esta posibilidad también tiene una parte negativa que hay que sopesar antes de solicitarla: el encarecimiento de la hipoteca y de las cuotas. Aunque durante un período las cargas serán menores, una vez pasado el tiempo acordado, la deuda continúa y la cuota que hay que abonar mensualmente se incrementa porque se ha retrasado el pago del capital. Es decir, cuanto más tiempo dure la carencia, más se pagará de más en comparación de si no se hubiese solicitado esa opción.

El período de carencia se solicita en muchas ocasiones al principio del préstamo hipotecario, de manera que los clientes pueden acceder a financiación y no comenzar a pagar la deuda hasta un tiempo después. Aunque no existe un momento obligatorio en el que se pueda solicitar el período de carencia. Igualmente, antes de acceder a él, hay que tener en cuenta las ventajas y desventajas que tiene y cómo podrían afectar a la situación económica de cada uno. Especialmente, hay que valorar la mayor carga que implicará en el futuro.

Otras opciones para reducir las cargas mensuales por la hipoteca sin acceder a un período de carencia podrían ser negociar el tipo de interés, se puede solicitar una bajada del tipo de interés o cambiar el índice al que esté referenciado, o alargar el plazo de la hipoteca, de manera que reducirá la cuota mensual pero se estarán más meses pagando.

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