Podcast | La pugna con Berlín, Rusia, la inmigración... los retos del nuevo Elíseo

Con una crisis de consecuencias impredecibles abierta con Rusia, los precios de la energía desbocados y la inflación desatada, Europa puede necesitar más que nuca que su segunda economía en tamaño, Francia, apueste por la continuidad política. Así lo entiende al menos todo un sector de los mercados. Junto al nuevo canciller de Alemania, Olaf Scholz, París se enfrenta a las consecuencias de la guerra en Ucrania y a los crecientes obstáculos para el crecimiento económico europeo. Y lo hace en un momento en que se ha avivado la rivalidad entre París y Berlín por el liderato político entre los Veintisiete tras retirarse Angela Merkel.

No es el único obstáculo que va a tener que salvar el próximo inquilino del Elíseo. El nuevo presidente galo heredará una deuda pública récord tras décadas de déficit presupuestario, pero también un marco fiscal reforzado recientemente, que sigue sin poder compararse con el de los países con un control más riguroso, como pueden ser Alemania y los nórdicos, tal y como recuerdan desde la calificadora Scope Ratings. El endeudamiento de nuestro vecino habrá alcanzado el 112,9% del PIB en 2021, frente al 97,4% de 2019.

Quizá sea la única mancha en un expediente económico del que Emmanuel Macron puede presumir, dadas las circunstancias. El PIB de su país recuperó ya durante el pasado verano los niveles prepandemia, el desempleo ha caído al entorno del 7%, su nivel más bajo en 15 años, y la inflación sube, pero algo menos que en los países de su entorno. Sin embargo, la conflictividad social no ha dejado de aumentar ante una clase media que pierde poder adquisitivo y , al mismo tiempo, el desafío migratorio se ha mantenido. 

Habrá que ver cómo encaja el nuevo presidente el compromiso de reindustrializar el país, que se adoptó a raíz de la pandemia, la crisis de suministros y el caos marítimo. Esa promesa, que supone 30.000 millones de euros de inversión dentro del plan 'France 2030' presentado por Macron, apostaba decididamente por la transición ecológica y digital, pero reforzando el peso de las nucleares -el país es ya el primero a nivel internacional en producción de electricidad por esta vía-.

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