Litio, níquel, cobre, grafito y cobalto. Junto con las tierras raras, estos cinco minerales son esenciales para el proceso de descarbonización de la economía que ya está en marcha. Pese a que las tensiones que ha generado la carrera por su control y comercialización no son nuevas, sí se han agravado a raíz de la guerra comercial, primero, y después de la pandemia, la crisis logística, la explosión de la demanda tecnológica y, en última instancia, la guerra en Ucrania y las sanciones a Rusia -que no afecta a todos ellos por igual-.
La Agencia Internacional de la Energía ha advertido recientemente de que no se están llevando a cabo las inversiones necesarias ajustar el proceso de descarbonización a los objetivos del Acuerdo de París sobre el clima. El organismo calcula que hasta 2040 se va a cuadruplicar la demanda de este tipo de materias primas minerales para poner en marcha las plantas fotovoltaicas necesarias, los parques eólicos... pero también para construir los vehículos eléctricos que se demandarán.
Esto generará más tensiones a futuro ante la reversión parcial que se está produciendo del proceso de globalización y ante la vuelta a una situación geopolítica de bloques más parecida a la de décadas atrás. Es un escenario que puede perjudicar más a Europa, puesto que es especialmente vulnerable al carecer de buena parte de estas materias primas y es, al mismo tiempo, más dependiente desde el punto de vista tecnológico. Sobre todo ello se pronuncian en 'La Información' Diego Crescente, director de Comunicación, Marketing y Relaciones Institucionales de la Escuela de Organización Industrial (EOI); y Pablo Gil, estratega jefe de XTB en España.
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios