Ocho años van ya de conflicto entre Moscú y Kiev en el este de Ucrania, con el ejército del país y los separatistas pro-rusos apoyados por el Kremlin como protagonistas. La tensión es máxima a raíz de la acumulación a lo largo de las últimas semanas de tropas rusas junto a la frontera. La Unión Europea y Estados Unidos temen que sea el preludio de una nueva invasión rusa a Ucrania y han amenazado con sanciones muy duras, sin precedentes, de ser así. Una posibilidad que el Gobierno de Vladimir Putin niega tajantemente: argumentan que sólo están tomando “medidas técnicas y militares adecuadas” para responder a una creciente actividad de la OTAN en Ucrania y sus alrededores.
La ex república soviética mantiene lazos sociales y culturales muy fuertes con Rusia y, de hecho, el ruso es un idioma muy extendido en su territorio. El Kremlin se resiste a que Kiev se desplace hacia las instituciones europeas y ha marcado como línea roja que Ucrania se una a la OTAN o que llegue a contar con armas de la alianza en su territorio. Parte del problema se arrastra desde 2014, un año especialmente intenso: los ucranianos depusieron a su presidente prorruso, Viktor Yanukóvich, tras semanas de protestas en Kiev y otras ciudades del país, y, como respuesta, Rusia invadió y se anexionó la península de Crimea, al Sur de Ucrania, al mismo tiempo que los separatistas respaldados por Moscú tomaban dos grandes franjas de terreno de las dos regiones al Este conocidas como Donbass.
En medio de este conflicto está sobre la mesa la aprobación del gasoducto Nordstream 2, que duplicaría los envíos de gas desde Rusia hasta Alemania (los de la empresa estatal Gazprom) a través del Mar Báltico es decir, evitando Ucrania, que hoy día obtiene ingresos por los otros gasoductos en funcionamiento que atraviesan su territorio -como también lo hace por ejemplo Polonia-. Se calcula que el país percibe por esta vía alrededor de 3mil millones de dólares al año.
El despliegue ruso en la frontera con Ucrania tiene un fuerte efecto sobre el precio del gas, que también se ve afectado de forma negativa por otros factores, como explica Sergio Ávila, analista de IG. El precio del gas natural TTF para entrega en enero de 2022 en el mercado holandés -la referencia en Europa- se ha disparado más de un 28% desde comienzos de semana y lleva acumulada un alza del 47% solo en lo que va de mes. Lleva ya seis días consecutivos cerrando por encima de los 100 euros por MWh.
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