Siempre se recuerda. El Pacto de Toledo se creó en el año 1995 para intentar sacar el debate sobre el futuro de las pensiones del ruido de la refriega política y para ello se configuró una comisión parlamentaria permanente a la que se le dio el mandato de elevar al Gobierno cada cinco años un inventario de recomendaciones consensuadas para marcar la hoja de ruta a seguir para garantizar la sostenibilidad a largo plazo del sistema público de pensiones.
Ésta es la teoría. La práctica atestigua que ha habido periodos en que no ha habido recomendaciones porque el clima político estaba tan enconado que fue imposible alcanzar un acuerdo y que hay reformas de pensiones que se han llevado a término sin contar con las supuestamente preceptivas recomendaciones de la comisión parlamentaria.
El tacticismo político también se filtra con regularidad al Pacto de Toledo. El grupo parlamentario de Unidos Podemos ha decidido desmarcarse del consenso general y largamente trabajado para acordar un sistema de revalorización de las pensiones que supere el actual índice de revalorización establecido por la reforma del Gobierno Rajoy, en una decisión que ha causado estupor en el seno de la Comisión y que algunos portavoces no dudan en atribuir a la negociación presupuestaria.
El episodio se produce después de siete largos meses con las negociaciones empantanadas en la definición de un nuevo mecanismo de actualización de las pensiones. Tras muchos tiras y aflojas, el pasado 12 de junio - ya con Pedro Sánchez en La Moncloa - el Partido Popular renunció a mantener el Indice de Revalorización de las Pensiones y se avino a respaldar una recomendación que vinculara la subida de las pensiones con carácter general al IPC y previera un esquema de contingencia para cuando las cosas vinieran mal dadas. Todos en el Pacto de Toledo lo vendieron ese día como un acuerdo.
Luego vino la configuración del nuevo Gobierno y el fin del periodo de sesiones. El asunto se retomó este martes y el Grupo Socialista redactó la propuesta de consenso sobre el particular acordada en junio. Y todos los grupos la respaldaron....excepto el de Unidos Podemos.
"La verdad es que nos sorprendió. Había cierta expectativa sobre la postura que adoptaría el Partido Popular, por aquello de tener un nuevo líder y tal vez una nueva estrategia política, pero una vez que manifestó su apoyo no esperábamos el bloqueo de Podemos", explica uno de los diputados presentes en la reunión.
O el IPC sin matices o no hay acuerdo
La posición de Unidos Podemos fue firme. O se recupera el sistema abolido en 2012 en virtud del cual las pensiones se revalorizan en todos los casos y circunstancias en función del IPC o no respaldarán la propuesta de recomendación número dos. Vuelta a febrero cuando fue el PSOE el que, en medio de un clima de protestas de pensionistas en las calles, se plantó y obligó al Pacto de Toledo a discutir un cambio en el sistema de revalorización de las pensiones antes que dialogar sobre cualquier otra cuestión.
En este caso, la Comisión ha resuelto este nuevo obstáculo de otro modo. Abordará en primer lugar la Recomendación 15, 'Análisis y seguimiento de la evolución del sistema', en tanto se aclara el panorama. Un panorama, recuerdan algunos de los portavoces consultados, marcado por la negociación bilateral que mantienen el Gobierno y el bloque de izquierdas para sacar adelante los Presupuestos de 2019.
La maniobra de Unidos Podemos preocupa también en el Ministerio de Trabajo que aún confía en que el Pacto de Toledo pueda alcanzar un acuerdo antes de presentar su proyecto de Presupuestos. La intención del equipo de Magdalena Valerio es que se pueda incluir ya para 2019 el nuevo sistema de revalorización de las pensiones y no haya que asumir la subida del 1,6% pactada entre el Gobierno de Rajoy y el PNV que probablemente no garantizará el poder adquisitivo de los pensionistas.
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